RESEÑA: Noches de Julio | El cine mexicano bien hecho

El cine mexicano nos entrega esperanza de que se puede seguir haciendo cine de calidad. Noches De Julio, la ópera prima del director Axel Muñoz lo demuestra siendo impecable en todos sus aspectos. Un guion sólido, una cuidadosa fotografía, un diseño de producción exquisito, un sonido limpio, un diseño sonoro totalmente adecuado, una dirección muy bien ejecutada y unas actuaciones bastantes verosímiles. La película resulta una joya del Nuevo Cine Mexicano gracias a su esencia tan particular que le otorga un lugar especial incluso entre el cine de autor.

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La película se centra en el personaje de Julio, un chico tímido e introspectivo que trabaja en una lavandería, constantemente evita relacionarse con los demás, pero a partir de esa timidez desarrolla una curiosidad por entrar de contrabando a casas ajenas y ahondar en objetos íntimos. Las cosas cambian para Julio cuando conoce a Mara, una chica que lo sigue y que también disfruta inmiscuirse en casas. La idealización del uno por el otro los lleva a vivir en una fantasía mutua mientras logran conocerse mejor.

El guion de la película se construye a partir del conflicto interno del personaje principal. En ningún momento se abusa del dialogo o la sobrexplicación para hacerle frente a las emociones, sino que se utilizan elementos más cinematográficos para introducirnos en la psique de los personajes. Entre más avanza la trama más queremos conocer a Julio, más queremos acompañarlo y llegar a descifrar que es lo que hay detrás de un ser que se resiste tanto al contacto de quienes le rodean.

Es una película que de cierta manera nos recuerda la importancia que tiene la relación del ser humano con los demás. También se tocan temas como la soledad y la idealización hacia el otro. Los detalles que tiene la cinta provocan que un relato muy íntimo se convierta en una pieza memorable. Son esos detalles los que aportan luz a los momentos de soledad y vacío que llega a respirar su protagonista.

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Protagonizada por Hoze Meléndez (Mente Revólver - 60%, Sueño en Otro Idioma - 91%), quien con una excelente y contenida actuación nos lleva a empatizar desde el inicio con su personaje. De la misma manera, la actriz Florencia Ríos (La Guzman, Yankee), logra una interpretación que da bastante brillo a la película. Ambos actores son capaces de transmitir incluso en las escenas que no tienen diálogos, ya que el trabajo interpretativo que les demanda esta cinta recae en las miradas o los gestos y ambos superan el reto con gran acierto.

También cuenta con la participación de las actrices Laura de Ita, Martha Claudia Moreno y Johanna Murillo, quienes encajan perfecto en sus personajes con interpretaciones convincentes. La dirección de fotografía aporta bastante al universo emocional y nos adentra de manera orgánica al relato. Diferentes tipos de iluminación lucen maravillosos en función al tono de la película; calidez y brillo para la fantasía romántica, así como oscuridad y sombras para reforzar los toques de misterio. Cabe mencionar que tiene unas escenas con iluminación nocturna perfectamente logradas.

Axel Muñoz tiene una sólida trayectoria como sonidista en proyectos como Güeros - 94%, Hasta el sol tiene manchas o el documental Café, por lo que supervisa al máximo la utilización del sonido y el diseño sonoro de esta película. Muñoz consigue introducirnos en su narración a partir de lo que vemos, pero de la misma forma lo hace a partir de lo que escuchamos. Resulta muy interesante la forma en que el director utiliza el silencio en esta cinta, pues mucho del encanto también está en lo que no se dice.

Noches de Julio, es un drama romántico que tiene todos los elementos necesarios para quedar en la memoria del espectador y del cine mexicano. Vale la pena ver porque no recurre a clichés y propone nuevos estilos narrativos sin la necesidad de llegar a ser pretenciosa. Una película que deja con más que con un bueno sabor de boca al salir de la sala y sus 78 minutos de duración te exigen querer volver a vivirla. Porque eso es Noches de Julio, una película tan bien hecha que se alcanza a vivir.

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