Luc Besson necesitaba relajarse y bajar el perfil tras Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas - 50%, la superproducción francesa protagonizada por Cara Delevingne y Dane DeHaan que fue una de las más grandes decepciones en taquilla de Europa Corp. Pero antes de esa película estuvo Lucy, una película con grandes logros, aunque para muchos resultó olvidable. Lucy - 67%, interpretada por Scarlett Johansson, sigue el camino de las heroínas que tanto le gustan al director francés, asesinas perfectas y empoderadas, no por nada sus películas han sido calificadas como representaciones del empoderamiento femenino.
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Quizás se pregunten por qué hablo de estas dos películas si lo que nos ocupa ahora es hablar de Anna: El Peligro tiene Nombre - 53%, porque necesitamos rastrear los últimos trabajos del cineasta para decir que esta película es una pieza relajada que no le significó ningún esfuerzo a Luc Besson ya que recuerda a los argumentos de sus películas de los años noventa, aunque ésta resulte simple. En el mejor de los casos, estamos ante una cinta de transición.
Resulta inevitable ver Anna: El Peligro tiene Nombre sin que nos recuerde a Lucy, pero principalmente a Nikita - La Cara del Peligro - 88% y, a diferencia de este éxito, ésta se ha despojado de la profundidad del otro personaje y su conflicto y, sin embargo, Anna tiene su encanto.
Consiente de sus propias limitaciones, la película no ambiciona ser más de lo que es: una producción entretenida y palomera a la que, si aceptamos su trama de espionaje ligera, la disfrutaremos. La película sigue a Anna Poliatova (Sasha Luss) que bajo su hipnotizante belleza se esconde un secreteo que la lleva a poder desatar una imparable agilidad y fuerza, convirtiéndose en una de las asesinas a suelda más temidas. Una agente de la KGB que esconde su identidad bajo la apariencia de una cotizada modelo.
Las escenas de acción están bien coreografiadas y generan la acción necesaria para una película de espionaje y conspiración, aunque son pocas. Pero el mejor acierto para mantener la expectación de los espectadores es que la historia se cuenta a través de saltos en el tiempo, así vamos descubriendo no sólo a Anna, sino sus intereses y su sueño de libertad; también a sus compañeros de trabajo: Olga, una implacable y siempre perfecta Helen Mirren; Alex, su maestro y amante interpretado por Luke Evans, así como el simpático y calculador agente de la CIA, Leonard Miller (Cillian Murphy).
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Como ya se decía en líneas atrás, la trama brilla por su sencillez, pero para hacerla llevadera, Besson ha creado un aspecto visual electrizante, con bellas secuencias en las que explota el encanto de Shasa Luss, así como del mundo de la moda; una forma de capturar el rosto y los movimientos de la protagonista tal como lo hizo con Isabelle Adjani en Subway: Prohibido Pasar.
Si bien la película no exige actuaciones sorprendentes, se debe decir que Helen Mirren entrega un personaje extraordinario, siendo la única que destaca de todo el elenco.
En cuanto al tono y a la forma en la que es entrenada por los rusos, el personaje de Anne tiene consonancias con el de Jennifer Lawrence en Operación Red Sparrow - 58%, sin embargo, Sasha Luss no llega a la profundidad ni matices de Jennifer y tampoco a los de Scarlett Johansson en Lucy, personaje con el que también tiene semejanzas, principalmente porque las dos son poderosas asesinas y buscan su libertad.
Pero Anna: El Peligro tiene Nombre - 53% no busca esos objetivos y Luc Besson nos invita a no tomarla tan en serio, evitando toda complejidad. Una película intrascendente después de un tropezón con la que el francés puede darle un jaque mate a KGB.
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