Atinadamente protagonizada por Jesse Eisenberg, El Arte de Defenderse - 85% (The Arto of Self-Defense), comedia escrita y dirigidapor Riley Stearns (director en 2014 del largometraje Faults; y en 2013 del cortometraje The Cub), no ha dejado indiferente a la crítica especializada por el desenfadado enfoque crítico sobre la masculinidad exagerada y la soledad moderna con el cual está contada.
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Luego de que Casey, un tímido, apocado y retraído contador interpretado por Eisenberg, es víctima de un grupo de pandilleros en motocicleta toma la decisión de inscribirse a una escuela de karate. Será bajo las instrucciones tanto de su simpático sensei (Alessandro Nivola), como las de su avanzada compañera, la cinturón marrón, Anna (encarnada por Imogen Poots), que Casey aprenderá el arte de la autodefensa, al mismo tiempo que incrementará su autoestima. No obstante la imagen formada hasta esta primera etapa sobre su carismático sensei, cambiará tras asistir a sus clases nocturnas. Entorno que lo introducirá a un mundo siniestro de fraternidad, brutalidad e hiper-masculinidad en el que se sentirá particularmente expuesto frente a su misterioso maestro.
Desarrollando su historia a partir de la particular interpretación de su director sobre la filosofía de las artes marciales, El Arte de Defenderse, juega con la comedia, la acción y el suspenso en un tono evidentemente satírico, misma atmósfera que aprovecha no sólo para burlarse, sino para criticar la glorificación de la violencia, su utilización innecesaria y la masculinidad tóxica. Echando mano constantemente de la ironía, la película recurre a la introducción de escenas tanto humorísticas y violentas de manera sorpresiva e inesperada, punto que, sin embargo, para una parte de la crítica, a jugado en su contra al no definir su tono narrativo.
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En seguida mostramos una breve recopilación de críticas referentes a El Arte de Defenderse:
Leah Greenblatt, de Entertainment Weekly, opina al respecto:
El Arte de Defenderse podría tener mucho que decir sobre la soledad moderna y la masculinidad tóxica, ideas que el escritor y director Riley Stearn decide en gran medida entregar como una sátira de fuerza contundente y seca.
Liz Lopez, de True View Reviews, considera:
… la historia lleva al espectador sin esperar a las escenas de humor, luego a otras llenas de acción y suspenso, sátira, más humor, violencia y hasta lo inesperado.
Alfred Cols escribe para Cine Críticas:
… con giros delirantes, inquietantes y sorpresivos que arrancan carcajadas con la ironía de ser presentados en un contexto puramente dramático, es allí donde radica lo sublime de uno de los mejores guiones de este año.
Joe Morgenstern, de Wall Street Journal, destaca:
La película en su conjunto se siente audaz y original, un estudio de caso sobre la violencia engendrando más de lo mismo, y el señor Eisenberg es idealmente elegido como el alma del miedo.
Para Rock & Films, Juan Pablo Martínez resalta lo siguiente:
Riley Stearns, se vale de cierta filosofía que emana de las artes marciales de origen oriental, para, acomodándola a su gusto, componer una película repleta de alegorías.
Morgan Rojas, de Cinemacy, describe:
Las acrobacias impresionantes, la cinematografía precisa y un estilo visual divertido se combinan como un combo de karate experto para crear un divertido equilibrio entre comedia y suspenso.
En palabras de Jon Winkler, de The Young Folks:
La penúltima escena de la película le da una gran puntuación, burlándose de la premisa de un enfrentamiento épico y mostrando un resultado algo más divertido. Cuanto más se aprietan y posan sus sujetos, más difícil es no reírse.
Marl Jackson, de Epoch Times, señala:
El problema principal con “El Arte de Defenderse” es que no puede decidir su tono. Se supone que es una especie de parábola inexpresiva, peculiar, oscura… vagamente divertida, un poco caprichosa, algo entretenida.
En la misma línea, Joshua Brunsting, de The Criterion Cast, escribe:
… lo que se ve aquí es una película que no es tan inteligente como cree que es ni tan provocativa.
En tanto que para Peter Travers, de Rolling Stone:
Jesse Eisenberg entra en el dojo y obtiene algunas buenas lastimadas de la masculinidad tóxica antes de que las odiosas comparaciones del “Club de la Pelea” rompan el Impacto cómico y dramático de la película.
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