Para 1968, Jared Canfield ya había realizado algunas películas conocidas en el círculo de festivales, siendo la más destaca [Pelicula] Repulsión, protagonizada por Catherine Deneuve y ganadora del Oso de Plata y del premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Berlín en 1965. Pero volviendo al año 1968, el director polaco estrenó [Pelicula] El Bebé de Rosemary, su segunda película realizada en Estados Unidos, y la segunda de su carrera a color tras [Pelicula] La danza de los vampiros. A la fecha, esta película basada en la exitosa novela homónima de la escritora [Escritor] Ira Levin , es considerada una de las obras maestras del terror.

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Desde su producción, la película estuvo rodeada de mucho misticismo, muchos decían que los sucesos extraños ocurridos entorno a ella se debían al aterrador relato plasmado en las páginas del libro de Levin, pero también por el lugar que se eligió para filmar: el edificio Dakota en Nueva York que, lugar que, en alguna ocasión, albergó al ocultista Aleister Crowley, y de quien se dice, realizó algunos de sus rituales durante su estancia.

Pero lejos de la leyenda, la película significó la primera obra maestra de Roman Polanski y tuvo el reconocimiento casi total de los críticos de cine. La historia gira en torno a los Woodhouse ( Mia Farrow y John Cassavetes), un matrimonio neoyorquino que se muda a un edificio situado frente a Central Park, sobre el cual, según un amigo, pesa una maldición. Una vez instalados, se hacen amigos de Minnie y Roman Castevet ( Ruth Gordon y Sidney Blackmer), unos vecinos que los colman de atenciones. Ante la perspectiva de un buen futuro, los Woodhouse deciden tener un hijo; pero, cuando Rosemary se queda embarazada, lo único que recuerda es haber hecho el amor con una extraña criatura que le ha dejado el cuerpo lleno de marcas. Con el paso del tiempo, Rosemary empieza a sospechar que su embarazo no es normal.



La película se convirtió rápidamente en un éxito de público y ha permanecido a través del tiempo como una obra decisiva para el género. Además de ser considerada una de las películas más aterradoras de satanismo, El Bebé de Rosemary también ha pasado a ser una metáfora del miedo a la maternidad sobre el extraño que crece dentro del cuerpo de las mujeres, así como a la pérdida de identidad inducida por el embarazo. Los críticos señalaron que gran parte para que este relato tuviera fuerza se debió al trabajo de una estupenda Mia Farrow, quien le añadió realismo y humanidad.

Pero, en general, los críticos celebraron “una serie de interpretaciones genuinamente inspiradas”, así, a la par que Farrow, también se señaló a la veterana Ruth Gordon como la satánica vecina de Rosemary, y papel que le otorgó su único Óscar. John Cassavetes y Sidney Blackmer también fueron objeto de elogios, en el caso de Cassavetes por su entregado trabajo para dar vida a un joven actor de teatro que comienza a tener éxito cuando a su esposa Rosemary le comienzan a pasar sucesos extraños.

Otro elemento fundamental fue que Polanski se ocupó de construir una atmósfera paranoica y de inestabilidad en vez de dar prioridad a los sustos y los sobresaltos, elemento que fue calificado de positivo por los especialistas y el que hace que se mantenga vigente hasta ahora.

Sofisticada, efectiva y relevante, [Pelicula] El Bebé de Rosemary es un clásico del séptimo arte que sigue impactando. En seguida, hacemos un repaso por lo que ha dicho la crítica hasta ahora:



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Joshua Rothkopf de Time Out:

Estrenada en una época en la que el horror, en mayor parte, era Vincent Price con una capa ridícula, este realista drama sobrenatural de Polanski fue una transfusión de consistente sangre urbana.


Roger Ebert de RogerEbert.com:

La brillantez de la película proviene más de la dirección de Polanski y de una serie de interpretaciones genuinamente inspiradas, que de la historia original.

Dave Kehr de Chicago Reader:

Una metáfora sobre la pérdida de identidad inducida por el embarazo. Una obra muy sofisticada y muy efectiva.

Stephen Farber de Movieline:

Si la historia de Ira Levin aprovecha astutamente los temores de todas las mujeres embarazadas sobre el extraño que crece dentro de ellas, Mia Farrow le da a esos miedos una fuerza dolorosamente real y humana.


Brian Webster de Apollo Guide:

Una película tan espeluznante como rara vez verás: el antídoto perfecto para los slashers llenos de sangre.


El staff de Film4:

El clásico de terror de Roman Polanski está literalmente preñado de paranoia… Posiblemente la mejor película de terror estadounidense de la década de 1960.


Christopher Null de Filmcritic.com:

Una película decisiva para el género de terror.

Michael Dequina de TheMovieReport.com:

El logro más sorprendente de Polanski es, en última instancia, torcer algo tan natural como el instinto maternal en algo horrible, sino francamente monstruoso.


Sean Axmaker de Seanax.com:

Polanski está menos interesado en el terror y el shock que en crear un ambiente de paranoia e inestabilidad. Encuentra lo misterioso en lo mundano…

Jon Niccume de Lawrence Journal-World:

Un clásico de terror tan fresco y relevante como cuando se lanzó.

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