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La adolescencia en una etapa difícil y más cuando el contexto social en el que se desarrolla el adolescente resulta poco favorable para su psicología. A lo largo de la historia del cine nos hemos encontrado hermosos relatos sobre la adolescencia, en los que se retratan muy bien a personajes que quieren correr por vivir la vida como adultos cuando acaban de dejar de ser niños. Un clásico que explora la adolescencia como poco lo han hecho es y seguirá siendo [Pelicula] Los 400 Golpes de [Director] François Truffaut, en este caso y en obras contemporáneas acerca de esta etapa, la rebeldía de los jóvenes es el resultado de relaciones disfuncionales con su padres. En esta ocasión, la nueva película de los hermanos Dardenn, [Pelicula] El Joven Ahmed (2019), tiene como argumento a un adolescente en conflicto consigo mismo, pero esta vez es provocado por su religión.
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El cine [Director] Jean-Pierre Dardenne y Susie Abromeit, se ha caracterizado desde siempre por tener una mirada cruda y un compromiso por los temas sociales. Su carrera comenzó en los 70 en el género de documental, en la siguiente década realizaron Falsch (1987), su primera obra de ficción, no obstante, el reconocimiento de estos dos cineastas belgas apareció en el año 1996 con La Promesa, una película que los llevó a ganar la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid, así como la atención y las alabanzas de la prensa cinematográfica. En 1999, presentaron [Pelicula] Rosetta en la edición número 52 del Festival de Cannes, donde fueron acreedores de la Palma de Oro. Posteriormente todos sus títulos se estrenaron en selecciones en competencia dentro del festival francés y obtuvieron nuevamente premios como la Palma de Oro con [Pelicula] El Niño (2005), Mejor Guión por El Silencio de Lorna (2008) y el Gran Premio del Jurado por [Pelicula] El Chico de la Bicicleta (2011).
Su penúltima película, [Pelicula] La Chica Desconocida (2016) tuvo una recepción poco favorable por parte de la crítica, ya que la consideraron en su momento una cinta una tanto irregular. Su última entrega, El Joven Ahmed, también fue presentada en el Festival de Cannes, pero a pesar de que la película obtuvo el premio a Mejor Dirección y la calidad narrativa de sus realizadores sigue presente en este título, la película no alcanza a tener la fuerza de sus mejores títulos, ni la potencia dramática de sus primeras obras. El Joven Ahmed se centra en la historia de Ahmed (Idir Ben Addi), un adolescente musulmán de 13 años que comienza a regular su vida de acuerdo a los ideales de pureza impuestos por su imam y el fundamentalismo islámico.
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La cinta tiene ese tonto documental que caracteriza a los hermanos Dardenn. La cámara añade una esencia de hiperrealismo a la narración y sigue en todo momento al protagonista. A través de los movimientos de cámara, nos intenta introducir en la mente de un joven que está regido por un fanatismo religioso que lo motiva a tomar decisiones extremistas. En ocasiones, la cámara y los cineastas consiguen hacer empatizar al público con el Ahmed que está confundido, dividido entre sus emociones y perdiendo la inocencia frente a lo que los adultos pretenden imponerle. No obstante, ningún recurso narrativo consigue que logremos entender por completo las motivaciones exactas para que el personaje ceda a sus convicciones y el resultado es un personaje que carece de los matices necesarios para conectar con el público.
La principal falla de este filme es definitivamente el guion, al presentar a su protagonista con un arco dramático construido en espiral, el cual provoca que el personaje vuelva una y otra vez al mismo punto sin un cambio significativo. Aunque la estructura también se encamina a sumar al tonto minimalista que plantean los directores, no resulta favorable para construir un resultado verosímil. Hay un postura neutral por parte de Jean-Pierre y Luc, que permite al espectador ser juez ante las situaciones que se presentan, pero finalmente la película deja cabos sueltos y tampoco presenta consecuencias muy claras hacía las acciones de Ahmed, pues aunque no sea una película moralista, las intenciones de retratar los peligros de fanatismo religioso se ven disminuidas en un este relato en el que por querer decir mucho con poco, queda debiendo mucho más.
Las actuaciones son un punto bastante destacable de la película, en especial la de Ben Addi, quien responde de una manera orgánica a los estímulos provocados por las situaciones tan controversiales que vive su personaje. La dirección de los dos cineastas belgas, es correcta a nivel técnico y de actores, sin embargo, ni la entrañable sencillez ayuda a despegar el vuelo de un guion que tenía una interesante historia acerca de cómo nos transforma la religión. Una película que nuevamente consiguió premios para los Dardenn, pero que no logrará estar entre lo mejor de su filmografía.
Continúa leyendo: El Joven Ahmed ya tiene calificación de la crítica
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El cine [Director] Jean-Pierre Dardenne y Susie Abromeit, se ha caracterizado desde siempre por tener una mirada cruda y un compromiso por los temas sociales. Su carrera comenzó en los 70 en el género de documental, en la siguiente década realizaron Falsch (1987), su primera obra de ficción, no obstante, el reconocimiento de estos dos cineastas belgas apareció en el año 1996 con La Promesa, una película que los llevó a ganar la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid, así como la atención y las alabanzas de la prensa cinematográfica. En 1999, presentaron [Pelicula] Rosetta en la edición número 52 del Festival de Cannes, donde fueron acreedores de la Palma de Oro. Posteriormente todos sus títulos se estrenaron en selecciones en competencia dentro del festival francés y obtuvieron nuevamente premios como la Palma de Oro con [Pelicula] El Niño (2005), Mejor Guión por El Silencio de Lorna (2008) y el Gran Premio del Jurado por [Pelicula] El Chico de la Bicicleta (2011).
Su penúltima película, [Pelicula] La Chica Desconocida (2016) tuvo una recepción poco favorable por parte de la crítica, ya que la consideraron en su momento una cinta una tanto irregular. Su última entrega, El Joven Ahmed, también fue presentada en el Festival de Cannes, pero a pesar de que la película obtuvo el premio a Mejor Dirección y la calidad narrativa de sus realizadores sigue presente en este título, la película no alcanza a tener la fuerza de sus mejores títulos, ni la potencia dramática de sus primeras obras. El Joven Ahmed se centra en la historia de Ahmed (Idir Ben Addi), un adolescente musulmán de 13 años que comienza a regular su vida de acuerdo a los ideales de pureza impuestos por su imam y el fundamentalismo islámico.
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La cinta tiene ese tonto documental que caracteriza a los hermanos Dardenn. La cámara añade una esencia de hiperrealismo a la narración y sigue en todo momento al protagonista. A través de los movimientos de cámara, nos intenta introducir en la mente de un joven que está regido por un fanatismo religioso que lo motiva a tomar decisiones extremistas. En ocasiones, la cámara y los cineastas consiguen hacer empatizar al público con el Ahmed que está confundido, dividido entre sus emociones y perdiendo la inocencia frente a lo que los adultos pretenden imponerle. No obstante, ningún recurso narrativo consigue que logremos entender por completo las motivaciones exactas para que el personaje ceda a sus convicciones y el resultado es un personaje que carece de los matices necesarios para conectar con el público.
La principal falla de este filme es definitivamente el guion, al presentar a su protagonista con un arco dramático construido en espiral, el cual provoca que el personaje vuelva una y otra vez al mismo punto sin un cambio significativo. Aunque la estructura también se encamina a sumar al tonto minimalista que plantean los directores, no resulta favorable para construir un resultado verosímil. Hay un postura neutral por parte de Jean-Pierre y Luc, que permite al espectador ser juez ante las situaciones que se presentan, pero finalmente la película deja cabos sueltos y tampoco presenta consecuencias muy claras hacía las acciones de Ahmed, pues aunque no sea una película moralista, las intenciones de retratar los peligros de fanatismo religioso se ven disminuidas en un este relato en el que por querer decir mucho con poco, queda debiendo mucho más.
Las actuaciones son un punto bastante destacable de la película, en especial la de Ben Addi, quien responde de una manera orgánica a los estímulos provocados por las situaciones tan controversiales que vive su personaje. La dirección de los dos cineastas belgas, es correcta a nivel técnico y de actores, sin embargo, ni la entrañable sencillez ayuda a despegar el vuelo de un guion que tenía una interesante historia acerca de cómo nos transforma la religión. Una película que nuevamente consiguió premios para los Dardenn, pero que no logrará estar entre lo mejor de su filmografía.
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