La trilogía de secuelas de Star Wars ha sido un viaje desenfrenado para la franquicia, los fans y para quienes trabajaron en las películas. En 2012, cuando se anunció que Disney había adquirido Lucasfilm por varios miles de millones de dólares, lo que significaba que iban a ser los dueños de los derechos de las películas existentes y que tendrían el poder de crear nuevas y manejar la franquicia a su antojo, muchos se emocionaron ante la posibilidad de regresar al universo que George Lucas volvió tan popular desde su primera película en 1977.
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La adquisición llegó con el anuncio de una nueva trilogía, y la casa del ratón terminó entregando tres películas diferentes que, hay que admitir que cada una tiene algo que la hace especial a su manera, pero no fueron bien recibidas del todo por la crítica y el público. Star Wars: El Despertar de la Fuerza - 92% fue la promesa inicial de una compañía que deseó continuar la historia de los Skywalker pero también introducir nuevos personajes. Lo logró, aunque seguirá siendo muy cuestionada por repetir patrones conocidos, y fue una auténtica máquina para generar dinero. Dos años después le siguió Star Wars: Los Últimos Jedi - 91%, y dividió a los fans porque nadie pudo llegar a un consenso. Esta hizo todo lo posible por mantenerse en el espacio dejado por El Despertar de la Fuerza pero también quería ser libre para innovar y proponer ideas nuevas a los fans. Nunca sabremos qué es lo que quieren exactamente, ya que el cierre que le da Star Wars: el ascenso de Skywalker - 61% tampoco los convenció y esta vez ni a la crítica.
Por esas y más razones, la nueva trilogía estuvo llena de desaciertos aún cuando tuvo un gran potencial. La Saga de Skywalker se tomó la pantalla grande por más de cuarenta años y aún no podemos creer que la que se considera como una de las mejores sagas de ciencia ficción en la historia del cine estuvo (y sigue) llena de controversia entre los fans. Quizás si nunca se hubiese decidido estirar la trilogía original no hubiésemos llegado a este punto, pero nunca lo sabremos porque las decisiones ya fueron tomadas. Sin embargo, sabemos que las secuelas pudieron ser mucho mejores si el estudio hubiese evitado ciertas decisiones creativas que terminaron afectando al producto final.
Estas son las ocasiones en las que definitivamente se equivocaron:
Personajes desperdiciados
Las secuelas tienen grandes personajes, quizás algunos de los más importantes de la franquicia, pero también ha sabido cómo desperdiciarlos. Rose Tico fue anulada en Star Wars: El ascenso de Skywalker luego de haberse robado la atención en la película anterior, los Caballeros de Ren brillaron por su ausencia luego de que nos hicieron creer que serían importantes, Maz Kanata es interesante y daba para más pero desapareció de la noche a la mañana. Tampoco podemos olvidarnos que Captain Phasma se vio genial pero no aportó realmente y hasta ahora no sabemos cuál era realmente el papel de R2-D2 y si realmente era necesario para la trama. Snoke… es realmente un caso aparte que habla por sí solo de la forma en la que se manejaron los proyectos.
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Actores desperdiciados
Hubo más de un nombre que llamó la atención cada vez que se confirmaban a los actores que formarían parte del elenco. En general, hubo buenas interpretaciones, pero las historias fueron decepcionantes para tanto talento disponible. Benicio del Toro tuvo que interpretar a un personaje de relleno, y se nota que hizo lo que pudo. Se usó a Justin Theroux como carnada (a pesar de que luego se reveló que originalmente tuvo un papel más grande) para atraer a los interesados y Lupita Nyong'o fue igual de desaprovechada a pesar de que su personaje CGI tuvo mucho más tiempo en pantalla.
No hubo realmente un plan
Para tratarse de una de las franquicias más populares del cine, manejada por una empresa que ha demostrado tener experiencia en el tema, es increíble lo desorganizado que terminó siendo todo. Producciones apuradas, cambio de director (de director y otra vez de director si contáramos los spin-offs), decisiones creativas cuestionables y la falta de sentido común de los involucrados fue una decepción. Es inevitable pensar que todo el plan que supuestamente tenían para la franquicia luego de la compra de Lucasfilm fue una farsa.
Oportunidades desperdiciadas
La introducción de los Caballeros de Ren hizo que muchos se dediquen a construir teorías y manifestaran un gran interés por ellos. No sabemos qué mejor señal quería Disney para darse cuenta que darles una buena historia habría encantado a los fans, pero nos vendieron humo. Además, la oportunidad de ver a los héroes de todas las trilogías en una escena fue otra pérdida para las secuelas, ni qué decir de lo memorable que pudo haber sido ver a los otros Jedi y no solo oír sus voces.
Estancarse con los Skywalker
Para muchos, la Saga Skywalker terminó con Star Wars: Episodio VI - El Regreso del Jedi - 80% y nada los hará cambiar de opinión. El objetivo de las películas, era demostrar que alguien como Anakin podía ser seducido por el lado oscuro, pero recapacitar al final para derrotar a los Sith, y es lógico que eso viene con la muerte de Darth Sidious. A pesar que la trilogía de precuelas fue destrozada por muchos, su historia se al menos era algo que la comunidad de fans de Star Wars necesitaba conocer. En cambio, las secuelas camuflaron lo más parecido a un reboot usando a los personajes conocidos, quienes deberían haber sido dejados donde los vimos la última vez.
El ascenso de Skywalker fue demasiado corta
Si Disney necesitaba cerrar una historia complicada, lo mínimo que podría haber hecho era tomarse el tiempo necesaria para contarla y hacer que tenga sentido. La entrega final de la trilogía duró dos horas con veinte minutos, cuando tenía que haberse acercado más a la duración de Avengers: Endgame - 95% (3 horas), pero parece que quienes trabajaron en ella nunca pensaron que el público podría salir confundido de la sala de cine. Se han descubierto tantas cosas relacionadas a la película gracias a que salieron de una guía visual oficial, cuando tenían que haber sido contadas en la pantalla grande, y esto ha llevado a las burlas de la gente en Twitter, incluyendo los hilarantes tuits de Elijah Wood ante las novedades que siguen apareciendo.
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Subtramas sin sentido
Ya mencionamos el caso de los Caballeros de Ren, pero a este se suma el romance olvidado entre Rose y Finn de Los Últimos Jedi, la historia del Líder Supremo Snoke que se perfilaba como el gran villano de la trilogía, el sable de luz en manos de Maz Kanata y el misterioso mensaje que Finn quería darle a Rey permanecerán como los grandes misterios que las secuelas plantearon pero nunca pudieron responder, y son capaces de sacar alguna expansión en libros, que sería un motivo más para recordar a los fans por qué les enojaron estas películas. Para hablar sobre el regreso de Darth Sidious y justificarse necesitarán una saga de libros.
Las “diferencias creativas”
Un término repudiado por muchos, pero la razón por la que el estudio tuvo que hacer cambios de último momento. Los episodios no conectan entre sí como deberían, y El ascenso de Skywalker más parece una secuela de El Despertar de la Fuerza que de Los Últimos Jedi. No está mal que el estudio haya dejado trabajar a sus directores, pero la falta de un plan fue grave y sus consecuencias notorias. Además, luego de conocer las ideas de Colin Trevorrow por las que terminó despedido no podemos sino preguntarnos qué fue lo que pensó Lucasfilm en todo este tiempo.
No mantener a un solo director
En otros casos, tener tres directores para cada una de las películas no habría sido un problema. De las secuelas no se puede decir lo mismo, ya que el desacuerdo entre ellos es demasiado notorio. No dudamos que J.J. Abrams y Rian Johnson hicieron lo mejor que pudieron, pero el hecho de que las películas no conectan entre sí como deberían, y prefieren ignorarse, lleva gran parte de la culpa por la que la trilogía no fue un éxito con los fans. Además, el despido de Colin Trevorrow, que iba a dirigir el Episodio IX, fue el indicio de que las cosas no andaban bien.
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