En medio de la pandemia mundial por el Coronavirus, la situación laboral de muchas personas se ha vuelto incierta. El COVID-19, ha forzado a un gran número de empresas a parar su producción por tiempo indefinido y contemplar cierres definitivos. Un sector de la población ha podido continuar trabajando desde casa, ya que las condiciones lo permiten, algunos negocios han sido generosos al otorgar descansos laborales con goce de sueldo a sus empleados, pero la realidad es que hay un gran número de personas que han perdido su trabajo o temen perderlo ante esta emergencia de salud. ¿Cuándo es necesario luchar por defender los derechos laborales?
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Si luchas puedes perder, si no luchas estás perdido, con esta frase de Bertolt Brecht arranca En Guerra, cuya trama se centra en el cierre de una fábrica Alemana de autopartes que opera en Francia, dejando a miles de obreros sin empleo y con quienes se había comprometido a mantener sus puestos de trabajo, por un periodo de 5 años a cambio de un recorte salarial. A partir del anuncio del cierre, comienza una lucha sindical ente un grupo de empleados liderados por Eric Laurent (Vincent Lindon) y los altos directivos de la empresa, quienes se niegan a revocar su decisión y justifican sus actos en las bajas ganancias económicas. Las cosas se complican cuando la empresa comienza a persuadir a algunos de sus empleados para desistir en la lucha, sin embargo hay quienes están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias por defender su trabajo, sus derechos y la dignidad que les corresponde.
El director Stéphane Brizé (La Ley del Mercado - 92% / Not Here to Be Loved - 100%) recrea un relato social, con un tono muy realista, casi a manera de documental, en el que se apoya en una cámara en mano, escenas bien logradas de noticiarios que dan la impresión de ser material de archivo. A momentos nos sumerge en una atmósfera muy claustrofobia en medio de la impotencia que viven los personajes ante la situación. Desde el guion, hay un ritmo muy lento, plagado de diálogos, que se intentan justificar como información necesaria para conseguir que seamos parte de esta lucha, para despertar nuestra empatía que nos lleva a seguir el conflicto hasta su desenlace.
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La película arranca in media res y deja muy pocos espacios para escenas libres de tensión, sin embargo, esto no es del todo un acierto, ya que cansa una estructura que por momentos se vuelve reiterativa. La propuesta visual funciona en su intención de hiperrealismo, pero a momentos también demasiada distancia entre la cámara y los personajes deja vacío ese espacio de intimidad necesario para conectar con el relato. Durante algunas escenas aparece una propuesta contemplativa en las que la trama avanza, pero el exceso de diálogos termina ahogando las imágenes. Llega un punto en el que se añora el silencio y que el director hubiera intentado ser más sutil, por ejemplo, hay escenas que se vuelven muy poderosas a partir de la música que le da un sentido total a esta guerra.
El personaje de Laurent, es un personaje fuerte y tridimensional, que lleva bajo sus hombros todo el hilo de la narración y antepone la importancia del otro en una lucha colectiva. El director no se preocupa por exponer demasiados asuntos de la vida privada de Laurent, ya que a partir de sus diálogos y sus acciones es que podemos conocer lo que necesitamos de este personaje y logramos conocer a un hombre aguerrido, con carácter y que no da tregua ni paso atrás ante las líneas enemigas. Lindon, es el mayor acierto de este largometraje, su actuación y sus gestos sostienen con fuerza cada palabra y movimiento que juega su personaje en el tablero de En Guerra.
El final de la cinta deja a Brizé en una postura muy experimental en todos los sentidos, son notables sus intenciones de arriesgar, pero también en ese intento queda mucho de lo que pudo haber sido una película memorable. No obstante, En Guerra, es una película muy importante de revisar porque nace a partir de un tema universal con mucha resonancia en la actualidad, los derechos laborales. Es cine con un importante discurso sociopolítico y muestra una lucha ejemplar por el trabajo. Es una película que refleja una realidad que se vive en distintas partes del mundo. El filme nos hace cuestionarnos y nos lleva a descubrir las grietas de un sistema económico mundial sumamente corrompido. Recomiendo esta película en especial a quienes se encuentran en una situación de incertidumbre laboral ante la emergencia de salud que nos acontece. Presentada dentro de la Competencia Oficial del la 71 edición Festival de Cannes, es un acierto la fecha que seleccionaron para este estreno.
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