Es difícil imaginar lo que sería el mundo de la animación sin Hayao Miyazaki y es difícil imaginar lo que sería Hayao Miyazaki sin la animación. El director, animador, productor y co-fundador de Studio Ghibli es una leyenda en este campo y son muy pocos los que no han visto alguna de sus películas o al menos escuchado sobre ellas. De hecho, si hablamos sobre Japón, su país de origen, es donde se lo considera el equivalente a Walt Disney. No cabe duda que tanto él como sus películas cuentan con gran fama y eso lo confirma una encuesta realizada por Tsutaya, una cadena de alquiler de películas, donde se preguntó a 1,251 de sus clientes, con edades que iban desde los 16 hasta los 69, si alguna vez han visto una de sus películas. Que el 96 por ciento haya declarado que ha visto al menos una dice mucho.
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Al ser un referente en su área, y en el cine en general, el respeto que se le tiene lleva a que muchos estemos pendientes de sus declaraciones. Y es que luego de comprobar la calidad de sus trabajos hay que reconocer que es un genio aunque con el paso del tiempo no ha resistido la oportunidad de expresarse sobre lo que le disgusta y en ese sentido tiene mucho que decir sobre el anime. Pero viniendo de él no todo es alabanzas como se podría creer, sino más bien críticas hacia un sector de la industria de la animación y sus fans.
De seguro en alguna ocasión vieron la frase “el anime fue un error” junto con el rostro de Miyazaki y se preguntaron si fue algo que realmente dijo o si solo es otro de esos memes con frases falsas. Hay un poco de verdad en ambas: aunque nunca dijo esa frase de forma literal, sí ha sido muy crítico con los creadores, el público que sigue estas producciones y la industria. Es cómico a la vez ya que, como señala CBR, son comentarios de un hombre muy tradicional en muchos aspectos. Hace poco les habíamos comentado sobre la ocasión en la que se reveló que no usa teléfonos móviles y no tiene idea de lo que es el streaming, lo cual resulta interesante sabiendo que HBO Max adquirió los derechos para transmitir sus películas en Estados Unidos y que Netflix hizo lo mismo para los mercados internacionales.
La gran pregunta es qué tanto puede el director “odiar” a sus colegas. En primer lugar hay que señalar que cuando se refiere al anime existen dos mundos: uno de ellos está conformado por proyectos de gran presupuesto que toman ideas visionarias y las trasladan a la pantalla, muchas veces en el estilo del “cine de autor” sin un público objetivo definido. Este ha sido muy influenciado por el japonés y está hecho para el público como un todo. En cambio, ese otro mundo en cuestión es principalmente definido por producciones de carácter comercial que suelen ser series de televisión que buscan una audiencia específica. Esto no quiere decir que no existen productos buenos, pero el punto se entiende y es ese ámbito el que no puede dejar de criticar.
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El problema de la industria es que está llena de otakus
Durante una entrevista con Golden Times (vía Sora News24), el director se encontraba dibujando a una joven con un cigarrillo y mientras trabajaba en ello explicó por qué hace lo que hace y lo que diferencia a sus obras del resto de producciones de anime:
Verás, si puedes dibujar de esta manera o no, si piensas en este tipo de diseño, depende de si puedes decirte a ti mismo o no: “Oh, sí, las chicas como esta existen en la vida real." Si no pasan tiempo mirando personas reales, no pueden hacerlo, porque nunca lo han visto. Algunas personas pasan la vida interesadas solo en sí mismas. Casi toda la animación japonesa se produce sin ninguna base tomada de la observación de personas reales. Es producido por humanos que no soportan mirar a otros humanos. ¡Y es por eso que la industria está llena de otakus!
El tipo de otaku que menos le agrada
El término otaku se refiere a una persona demasiado fanática a la cultura japonesa y se aplica especialmente a los campos del anime y el manga. Aunque en general no parece agradarle este tipo de fans, hay uno en especial que no soporta y es el denominado “gun otaku”, es decir aquellos obsesionados con las armas en varios aspectos de la cultura popular y eso incluye el anime. Cuando en una entrevista se le preguntó si, después de todo, él es un otaku más fue que salió con esta declaración:
¿Otaku? Las personas que más odio son esos “gun otaku”. Hablando honestamente, creo que tienen un nivel realmente bajo, y son fanáticos de las armas de fuego, pero los que adoran las pistolas son los peores. Son a los que les quedan los rasgos de carácter más inmaduros ¿No estás de acuerdo?
Está en contra de la tecnología en la animación (y en general)
Que Hayao Miyazaki no tenga idea de cómo funciona el streaming es una cosa, pero saber lo desinformado que está en cuanto a la tecnología y lo mucho que la aborrece es diferente. Asegura no tener computadora, prefiere enviar cartas en lugar de e-mails y ni siquiera ve televisión. La tecnología moderna es algo que no entiende y se rehúsa a aplicar pero hay que ilustrar este punto con algunos ejemplos. Es muy probable que una tablet, o cualquier dispositivo similar, sea el mejor amigo de un ilustrador. Sin embargo, el cineasta tiene una opinión muy diferente y hasta extraña, ya que en una ocasión comparó al iPad con la masturbación (vía Kotaku).
Para mí, no hay ningún sentimiento de admiración o emoción en absoluto. Es desagradable ver cómo en los trenes se multiplica la gente haciendo extraños gestos de masturbación con su iPad.
A partir de La Princesa Mononoke - 92% sus películas cuentan con algo de colorización digital y ligeros efectos CGI, pero mantiene el proceso de animación tradicional en todo lo que puede a pesar de que en 2018 dirigió el cortometraje Boro the Caterpillar para el Museo Ghibli en el que se recurrió a un uso más amplio de los gráficos generados por computadora. Pero su crítica más dura al respecto es la que surgió como respuesta a una computadora capaz de “dibujar como los humanos lo hacen”. Miyazaki comparó la animación de un zombie generada por un programa con una persona con discapacidad.
Quien crea estas cosas no tiene idea de qué es el dolor o lo que sea. Estoy completamente disgustado. Si realmente quieres hacer cosas espeluznantes, puedes seguir adelante y hacerlo. Nunca desearía incorporar esta tecnología en mi trabajo en absoluto. Siento firmemente que esto es un insulto a la vida misma.
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