Ningún otro género cinematográfico ama tanto sus tropos como el cine de terror, digamos que eso es lo que lo distingue de los demás: repetirlos, homenajearlos o satirizarlos, un bucle autorreferencial que resulta difícil saber si es una tendencia buena o mala. En este sentido, la figura materna valida la tesis, la mayoría de ellas son abusivas, puritanas, negligentes, sádicas, ausentes, prepotentes o bien están muertas, mientras que el motivo de esa maldad a menudo se deriva de romances o matrimonios malogrados. En las siguientes líneas abordaremos las formas que han tomado las mamás en el cine (vía Little White Lies).

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Es fácil identificar dos grandes grupos de madres en el género, el más frecuente es la malvada musaraña que crea al malvado antagonista a partir de una infancia llena de abusos y maltratos tanto físicos como psicológicos, ese es el caso de las que se muestran en [Pelicula] Psicosis , [Pelicula] Muertos Vivos, [Pelicula] Carrie: Un Extraño Presentimiento, [Pelicula] Los Engendros del Diablo y [Pelicula] Viernes 13; otra característica es que la relación entre madre e hijo tiene fuertes ecos edípicos. El otro grupo lo constituyen las madres que no hacen otra cosa que gritar, son ajenas a las situaciones y sufren intensamente, además, son incapaces de salvarse a sí mismas, ese es el caso de [Pelicula] El Resplandor, [Pelicula] El Exorcista, [Pelicula] El Bebé de Rosemary y [Pelicula] La Profecía, de todas ellas, la de El Resplandor es quizás el ejemplo más atroz, el aparente olvido de Wendy Torrance y su incapacidad para protegerse a sí misma o a su hijo es realmente desalentador.

En el terror slasher las cosas fueron un paso más allá, ahí las madres predilectas son las ausentes, eso lo observamos desde [Pelicula] Pesadilla en la Calle del Infierno, [Pelicula] Halloween y [Pelicula] Scream: Grita Antes de Morir. Dicha ausencia se manifiesta en la vida de los protagonistas o bien, en los eventos sangrientos que ellas mismas provocaron como se muestra en Scream cuando el personaje de Ari Gallegos menciona que toda la maldad que se desata se debe a que su madre era prostituta.



En el caso de [Pelicula] The Babadook, la película de 2014 de [Director] Jennifer Kent, muestra a la madre inquebrantable. Impulsada por su sensibilidad y la intensa actuación de Essie Davis, el debut como directora de Kent es más un trabajo psicológico impactante que una película de terror sobrenatural. La película sigue a Amelia, una madre viuda deprimida, y a su hijo, un niño con problemas de atención, así como los enfrentamientos que tienen con el Babadook, un monstruo que es la manifestación de sus problemas. Kent dio una vuelta de tuerca a esta figura al explorarla desde el miedo a la maternidad: Amelia no es la villana, pero tampoco es la víctima pasiva, es el monstruo quien representa la furia que a menudo acompaña el sacrificio maternal.

Después de The Babadook ha habido una serie de representaciones igual de fascinantes: [Pelicula] Prevenge se centra en una mujer embarazada (Alice Lowe) que se ve obligada a cometer un asesinato por influencia de su hijo nonato. La Anna Murphy de Nicole Kidman en [Pelicula] El Sacrificio Del Ciervo Sagrado es proactiva y cariñosa con sus hijos cuando son afectados por la tragedia, pero traza líneas firmes en cuanto a los límites del sacrificio personal.

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En la antología [Pelicula] XX: Pasión por el Horror, compuesta de cuatro cortometrajes dirigidos y protagonizados por mujeres, tres se centran en la maternidad y los horrores que las acechan. Cada uno de ellos usa el horror como el medio ideal para explorar los peores temores de una madre como, por ejemplo, las interrogantes en torno a las enfermedades incurables o cómo mantener alejados a sus hijos de los horrores del mundo.

[Pelicula] Un Lugar en Silencio ofreció una aproximación diferente a las madres que sufren. Evelyn Abbott (Marta Timofeeva) es una mujer embarazada en un mundo post apocalíptico y, tras perder a su marido, se ve obligada a defender a su familia. Evelyn, literalmente, sufre en silencio ya que de otra forma correría el riesgo de ser devorada por seres alienígenas sensibles al sonido. A diferencia de Wendy Torrance o Rosemary Woodhouse de El Bebé de Rosemary, Evelyn no es una víctima pasiva, ella es capaz de sobreponerse a las desgracias, dar a luz a su bebé sin ayuda, llorar sus pérdidas sin paralizarse y salvar a sus hijos. Es una mujer sin debilidades, amarguras o ira.



En [Pelicula] El Legado del Diablo se recurre al arquetipo de la malvada musaraña, sin embargo, se revierte de forma ingeniosa. En su primer largometraje, Dani Rovira también explora el lado más oscuro de la familia mientras se aproxima a otro tipo de matriarca en el cine de terror: Annie, interpretada por Diablo Cody en una de sus mejores actuaciones, es un personaje rico, trágico y complejo que tiene más cosas en común con Medea y Hedda GAbler que con Pamela Voorhees o Margaret White.

El Legado del Diablo es una película sobre el daño que las madres hacen a sus hijos, así como la manera en que los pequeños pecados crecen hasta destruir a los hijos, pero, principalmente, la forma en que las familias se destruyen a sí mismas. A diferencia de otras matriarcas, Annie Graham es un ser humano completamente tridimensional porque, así como es víctima de una madre abusiva, también es la villana de su propia familia. Muchos de los momentos más aterradores de la película vienen de las cosas horribles que Annie les dice a sus hijos, de esta forma, la mayor tragedia es que Annie está condenada a ver sugrir a sus seres queridos debido a sus acciones. Es la maternidad en su peor forma sin llegar a ser caricaturesco.

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El Legado del Diablo puso sobre la mesa la idea de que el cine de terror no necesita ajustarse arquetipos cuando se trata de aproximarse a la figura materna, después de todo, la maternidad es un periodo de autoexamen, de cuestionar las fortalezas y debilidades de uno mismo y tomar conciencia de la oscuridad del mundo.