Las mejores películas de artes marciales son las que no se limitan enteramente a las peleas y más bien exploran la búsqueda personal y continua de excelencia. Sus héroes suelen trascender las limitaciones del cuerpo y el espacio, usando los combates cuerpo a cuerpo como una celebración de sus poderes, diferenciándose de otras películas en las cuales las peleas suelen ocurrir porque los involucrados se odian. Hace dos décadas el cine chino logró un hito que aún es recordado por lo que representó en su momento y su significado en la actualidad, gracias a una historia que llegó a mostrar todo su imaginario como nunca antes se había visto.
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El Tigre y el Dragón - 97%, cuyo título original hace referencia a ocultar la propia fuerza frente a los otros, es la única película de artes marciales en obtener una nominación al premio Óscar a Mejor Película, pero lo hizo acompañado de otras nueve nominaciones incluyendo las de Mejor Director, Mejor Canción Original, Mejor Edición, Mejor Dirección de Fotografía, Mejor Dirección de Arte y Mejor Película en idioma extranjero. Ganó cuatro estatuillas y para ese entonces fue la película en idioma extranjero más nominada en la historia de los premios de la Academia, récord que luego empató Roma.
Para el argumento central el director Ang Lee se basó en la novela china Crouching Tiger, Hidden Dragon de autoría de Du Lu Wang . El guión, que fue escrito por Hui-Ling Wang , James Schamus y Kuo Jung Tsai , cuenta la historia de Li Mu Bai, un experto espadachín que quiere dejar su espada Green Destiny como herencia a su benefactor Sir Te y por eso le pide a Yu Shu Lien, quien es cabeza de una compañía privada de seguridad, que se la entregue. Ella es una poderosa guerrera de la que Li Mu Bai está enamorado, pero nunca ha hecho algo al respecto por honrar la memoria de su amigo cercano Meng Sizhao, con quien ella estuvo comprometida antes de su muerte. Una noche, la espada es robada por uno de los enemigos de Li Mu y allí es cuando se desencadena una búsqueda en la que intervendrán personajes oscuros.
La historia puede parecer tonta a simple vista, como cualquier otra que tenga que ver con artes marciales, pero Ang Lee logra un éxito inusual al llevar al frente de la historia elementos humanos como el amor que no se puede realizar entre los personajes de Yun-Fat Chow y Michelle Yeoh, que hace que el espectador olvide que la película es sobre la búsqueda de una espada o de sus escenas con espectaculares coreografías de peleas, para enfocarse en ese lazo que hay entre ellos para el que no se necesitan las palabras. De hecho el director, que unos años antes había dirigido Sensatez y Sentimientos - 98%, convenció a su actriz para el papel al decirle que este filme iba a ser una Sensatez y Sentimientos pero con artes marciales, y no se equivocó.
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Destacó también por su diseño artístico y por sus peleas que desafían la realidad. Los combates en ella parecen coreografías de danza que se suman a los mágicos escenarios donde los actores aparecen dando saltos entre edificios como si fuera una tarea fácil en la vida real, cortesía del ingenio de Yuen Woo-ping, quien es una de las figuras más importantes del cine de acción en Hong Kong y dio el salto a Hollywood al trabajar en las coreografías de la trilogía Matrix. Como todas las películas ambiciosas, El Tigre y el Dragón trascendió su origen y se convirtió en una obra única en su clase logrando ser atractiva visualmente y al mismo tiempo tener buenas escenas de acción y conmover al espectador.
Esto es lo que dijo la crítica en su estreno:
David Ansen de Newsweek:
El Tigre y el Dragón no abre nuevos caminos, sino que reconfigura el género con la pompa y la ceremonia de los valores de producción occidentales y los matices psicológicos.
Rick Groen de Globe and Mail:
Está muy claro que Lee, junto con el coreógrafo de pelea Yuen Woo-Ping (famoso por The Matrix), ha traído a estos tropos estándar su propia sensibilidad elevada y casi felina.
Peter Travers de Rolling Stone:
Chow revela asombrosas profundidades, pero la revelación es Michelle Yeoh.
Leigh Paatsch de Herald Sun (Australia):
Estas escenas definen su propia realidad: los artistas se deslizan por las paredes, las copas de los árboles y los estanques mientras atacan en pleno vuelo, pero lo más importante es que nunca inspiran incredulidad.
Matt Brunson de Creative Loafing:
Es a la vez pulposa y profunda, una película que nunca se olvida de divertirse, incluso cuando aborda temas tan directos como el honor, la devoción y la compasión.
Matthew Pejkovic de Matt's Movie Reviews:
Una película que funciona en muchos niveles, ya sea acción, drama o romance, El Tigre y el Dragón se recomienda ver para cualquiera a quien le gusten sus artes marciales con algo de corazón y alma.
Chris Cabin de Collider:
Las escenas de lucha son completamente sublimes, a menudo filmadas para hacer un gran uso del ancho de la pantalla, y hablan de la tremenda maravilla y las pasiones viscerales que este tipo de historias despertaron en almas artísticas como Ang Lee.
Peter Rainer de New York Magazine/Vulture:
Es raro encontrar una película que satisfaga nuestro ansia de pop mientras nos brinda la trascendencia de la poesía.
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