El concepto de un individuo implantando ideas en el subconsciente de otras personas es algo que no suena tan ilógico en la actualidad, pero cuando Christopher Nolan la propuso fue completamente revolucionario. La diferencia es que la tecnología está tan avanzada hoy en día que saber que nuestros teléfonos móviles nos escuchan reduce un poco el impacto que habría tenido esa idea hoy en día. Sin embargo, esto no resta mérito a una película que ha envejecido muy dignamente y una década después de su estreno es tan fascinante como en aquella ocasión en la que muchos, como yo en su momento, nos sentamos en una sala de cine sin saber que lo nuevo del director de Memento - 92% iba a ser amor a primera vista.
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El Origen - 86% (o Inception, su título original) es la película que lo definió como el hombre de los estrenos que se convierten en eventos cinematográficos. Podrá no ser su película más famosa porque para eso está Batman: El Caballero de La Noche - 94%, pero no necesitó de payasos y hombres encapuchados para conseguir una obra maestra o lo más cercano a ello. Esta historia, por si la habían olvidado, nos introduce al lado más creativo de Nolan con una historia protagonizada por Cobb (Leonardo DiCaprio), un hombre cuyo trabajo consiste en entrar a los sueños de las personas para robar información que puede ser contraseñas de bancos, ideas o lo que se le pida. Claro que todo es más complicado de lo que parece, ya que accede a realizar un trabajo relacionado a su área pero de mayor complejidad que lo obliga a armar un equipo.
La dificultad está en que para conseguir lo que quiere debe profundizar en tres capas, lo que se describiría como un sueño dentro de un sueño dentro de otro sueño, y allí es donde el cineasta manipula las leyes de la física para dar forma a una trama compleja que requiere la atención del espectador en todo momento. Los personajes se pasean por cada una de esas capas, y en todo momento alguien está haciendo algo en alguna de ellas mientras se nos da a entender que nada es lo que parece. Siempre que aceptamos una realidad estamos propensos a descubrir que lo que conocíamos era un engaño.
El caos en la trama, que luego conlleva a unas cuantas escenas de acción sobresalientes, sucede cuando la víctima, en este caso un magnate japonés llamado Saito (Ken Watanabe), descubre la operación y a partir de ese giro inesperado es que la situación se sale de control. Lo que este hombre le propone a Cobb es que en lugar de robar una idea la implante y aunque el equipo se opone inicialmente, termina aceptando con la promesa de que todos sus problemas se resolverán si el plan marcha bien. Allí es cuando conocemos a Eames (Tom Hardy), un falsificador que cambia de apariencia en los sueños, Ariadne (Ellen Page), la arquitecta del mundo de los sueños y Yusuf (Dileep Rao), un químico que desarrolla sedantes.
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Cada uno lleva consigo un tótem, que es un objeto que conocen muy bien con el que podrán saber si se encuentran en la realidad o en el sueño de alguien más. El de Cobb es una peonza que gira constantemente cuando no se encuentra en el mundo ficticio, pero en el mundo real sí llega a detenerse. Este objeto es el centro de la escena final en la que el personaje interpretado por DiCaprio se reúne con sus hijos pero antes la deja girando y la película termina antes de que el espectador pueda comprobar si se trata de la vida real o si el protagonista está dentro de un sueño, dando lugar a un debate que ha seguido todos estos años por parte de los fans de El Origen y de quienes han descubierto la película después.
La crítica se deshizo en elogios hacia este trabajo de Christopher Nolan, especialmente por el mérito que tuvo al salir de un guión original en una época en la que el cine de superhéroes comenzaba a llenar la cartelera, pero también porque fue un caso raro que se siente como híbrido entre el cine de autor y los blockbusters, que de seguro se debió a la grandiosidad con la que la historia fue llevada a la pantalla grande. Además, fue igual de sobresaliente en su apartado técnico y contó con una banda sonora a cargo de Hans Zimmer que se volvió inolvidable. Llegó a los premios Óscar con ocho nominaciones, incluyendo Mejor Película y Mejor Guión Original, pero se llevó cuatro: Mejor Dirección de Fotografía, Mejor Edición de Sonido, Mejor Mezcla de Sonido y Mejores Efectos Visuales.
Siempre es un buen momento para revisitar El Origen - 86%, pero si no se animan quizás la opinión de los medios especializados los hagan cambiar de idea a no ser que debamos entrar a sus sueños para convencerlos:
Tom Charity de CNN.com:
Un espectacular thriller de fantasía basado en el guión original de Nolan, El Origen es el viaje más inteligente de CGI desde The Matrix.
Caryn James de Newsday:
Este remolino infinitamente fascinante de una película podría haber venido solo de Nolan, quien combina el retorcimiento cerebral de Memento (su película de suspenso que retrocede en el tiempo) con la acción espectacular de su megahit de Batman, The Dark Knight.
Peter Bradshaw de Guardian:
Junto con la brillantez técnica y el ingenio, hay algo desconcertantemente importante sobre El Origen con una trama que marca notablemente en su acto final, y, sin embargo, induciendo a jadear sus efectos y mundos inventados, la historia se detiene; nunca puedo dejar la sospecha de que algo más interesante podría estar sucediendo en la realidad normal y sin pretensiones. La invención es más baja una vez que estamos en esas laderas nevadas, y el duro golpe narrativo sigue desintegrándose en una nube flotante de píxeles. Pero qué bien que se ve.
Charlotte O'Sullivan de London Evening Standard:
Inception es el tipo de película llena de información que crea la sensación dolorosa/placentera de que no hay tiempo para pensar.
Sarah Knight Adamson de Sarah's Backstage Pass:
En general, la película es única, una obra maestra y una obra de arte, por así decirlo. La partitura musical superior que acompaña a la película aumenta el suspenso y se suma a las secuencias misteriosas.
Drew Dietsch de Giant Freakin Robot:
Diez años después, El Origen continúa funcionando como una emocionante película de robo de ciencia ficción, pero sus secretos más profundos son lo que la ha consolidado como la obra maestra de Christopher Nolan.
Jenny McCartney de Daily Telegraph (UK):
El Origen no es un fracaso, pero tampoco es una obra maestra. Es como una olla muy ambiciosa y demasiado larga: visualmente hermosa, ingeniosa en partes y arrastrando a otras.
Matthew Lucas de The Dispatch (Lexington, NC):
Un thriller de verano inteligente lleno de piezas visionarias, grandes imágenes y giros emocionantes, pero su falta de un centro emocional hace que le falte poco para la grandeza.
Michael Compton de Bowling Green Daily News:
Un thriller alucinante que es completamente original, consolidando el estado de Nolan como uno de los cineastas más brillantes de esta generación.
Kate Rodger de Newshub (NZ):
Piérdete en el mundo de los sueños de Chris Nolan. Es posible que nunca quieras despertarte.
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