El terror siempre ha sido parte fundamental del entretenimiento humano. Ya sea por mero morbo, por crítica social o por aprendizaje, la sensación que causa este género nos puede marcar de por vida. A nivel cinematográfico, las películas de terror son de lo que más se produce al año y podemos disfrutar de, al menos, un título nuevo al mes en cartelera porque el público simplemente no se cansa.
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Como todo género especializado, el terror cuenta con subgéneros que nos permiten identificar (si somos espectadores) y explotar (si somos creadores) elementos que le dan a cada uno sus particularidades, sus limitaciones y, por supuesto, sus defectos de raíz. Aunque muchas cintas están enfocadas en el miedo más realista del asesino serial, la gente parece gozar mucho más de lo sobrenatural, por lo que se acerca más al horror y todos los entes que puede traer consigo como fantasmas, animales míticos, brujas, etc. Por supuesto, nunca se agotan las necesidades del público y asustarlo es cada vez más complicado. Justo en este intento por resaltar el mayor de los miedos, el escritor H.P. Lovecraft dedicó su trabajo a los lineamientos del horror cósmico.
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El horror cósmico es aquel que lleva a la locura porque el hombre que la percibe simple y sencillamente se ve incapaz de comprenderla. Lovecraft llenaba sus historias de los llamados dioses primigenios, aquellos que al despertar someterían a la raza humana, pero no por ir contra ella o por un deseo de poder, más bien porque en todos sentidos son superiores a nosotros y nuestra vida, y nuestro lugar en el universo, es insignificante. Esta idea bastante deprimente es fuente de mucha inspiración en el cine, desde los títulos que se basan directamente en Lovecraft hasta aquellas propuestas que sólo toman su universo para desarrollar cosas tan o más tenebrosas.
De hecho, los fanáticos de Lovecraft consideran que es muy difícil encontrar buenas adaptaciones del escritor, y tienen razón. Las cintas que se basan en su obra suelen irse a extremos, o filosofía sin trama o monstruosidades sin profundidad. Por ello, muchos han optado por tomar uno de tantos elementos para desarrollar sus propios trabajos, que van mucho más allá del autor.
Alien - El Octavo Pasajero - 97%
Ridley Scott no deja morir su primer tratamiento del horror cósmico. Sin embargo, sus intentos por ponerle más carga filosófica a sus premisas, como en Prometeo - 
73%, fallaron con el público que básicamente quiere ver la misma película una y otra vez: Alien - El Octavo Pasajero - 97%. La cinta de 1979 protagonizada por Sigourney Weaver nos muestra lo que sucede cuando una extraña criatura logra meterse a una nave espacial y cómo la tripulación se ve reducida e incapaz de hacerle frente. Si bien es importante resaltar que no todas las películas que se desarrollan en el espacio o que tienen alienígenas como villanos se pueden considerar horror cósmico, ésta sí es un buen ejemplo por la forma en que muestra la jerarquía universal. Los humanos se presentan como dueños de sus decisiones y con control de su mundo, pero en realidad existen criaturas letales y que son prácticamente invencibles, así como androides que parecen humanos y que sirven a un capitalismo atroz que puede prescindir de sus trabajadores.
Basada en el cuento de Lovecraft del mismo nombre, este nuevo intento de adaptación dirigido por Richard Stanley logró explotar la parte más llamativa de la historia original. Color Out of Space - 77% cuenta cómo una familia entera se ve afectada por la caída de un extraño meteorito en su patio. El peculiar objeto parece causar anomalías temporales y genéticas que sólo pueden terminar en locura. Parte efectiva es el uso de efectos especiales para representar el dichoso color y sus efectos, así como la actuación de Nicolas Cage, quien encuentra aquí su elemento perfecto para sobresalir en la locura de su personaje que pasa de patético a peligroso en unos minutos.
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Aunque técnicamente está basada en la novela de Jeff VanderMeer , Alex Garland decidió seguir sus instintos sobre el horror cósmico en vez de la crítica social y política de la trilogía literaria original. Aniquilación es parecida a Color Out of Space pero en mayor escala, pues de nueva cuenta un meteorito comienza a afectar la naturaleza a su alrededor y va en expansión. La diferencia aquí es que todo el tema, desde el inicio, es de corte filosófico, donde la protagonista interpretada por Natalie Portman se pregunta por qué actuamos como actuamos, por qué nuestras decisiones suelen ser autodestructivas y cuál es nuestro lugar en el universo.
Si bien esta cinta dirigida por Frank Darabont está basada en una novela corta de Stephen King , es claro que el mismo autor tenía un pensamiento de horror cósmico mientras la escribió. La Niebla - 73% nos cuenta cómo un grupo de personas se encierran en un supermercado después de que una extraña niebla cubre todo su pueblo y trae consigo criaturas cuya naturaleza es sanguinaria. Si bien no vemos a las mismas creaciones de Lovecraft, sí existe una obvia influencia visual. Además, el final de la cinta se mete de lleno en los aspectos más nihilistas de este subgénero y supera por mucho el final del libro que deja las cosas en incertidumbre.
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The Void - 73% es una película de horror cósmico de corte independiente dirigida por Jeremy Gillespie y Steven Kostanski que encontró su lugar entre los fanáticos del subgénero y se consolidó rápidamente como de culto. Los directores retoman el universo de Lovecraft, sus monstruos y sus desviados cultos religiosos, y crean algo propio que sirve como claro homenaje, pero también como novedad. La cinta nos cuenta cómo un grupo de personas termina encerrado en un hospital que parece ser sede de un culto extraño que reza a dioses interdimensionales. Aunque se le da prioridad a la parte sangrienta y de deformaciones corporales, dejando de lado la parte filosófica que va implícita en el subgénero, su acercamiento es tan bueno que la consideran uno de los mejores trabajos sobre Lovecraft que no está basado directamente en ninguna de sus historias.
John Carpenter ya nos había presentado un acercamiento al mundo del horror cósmico con su asfixiante La Cosa de Otro Mundo - 80%, pero En la Boca del Terror - 51% es una recopilación explosiva de lo que significa y provoca el subgénero. Sam Neill interpreta a un detective que debe resolver el paradero de un escritor de horror cuyas historias afectan a los lectores de maneras muy extrañas. Por supuesto, la investigación tomará espeluznantes ramificaciones que mostrarán lo débil que es la cordura humana. Este título es un gran ejemplo de horror cósmico en cuanto a cómo empata la idea de que el conocimiento fácilmente te puede llevar a la locura, y cómo es inevitable para el ser humano seguir buscando respuestas aún si pone en riesgo su existencia misma.
Event Horizon - 24% se estrenó en 1997 con pésimas críticas, pero los años le han dado la razón a los fanáticos más leales, quienes siempre la consideraron una historia de culto. Protagonizada por Sam Neill y Laurence Fishburne, la película nos cuenta lo que sucede cuando una tripulación espacial se embarca en una misión de búsqueda y rescate después de que una nave que desapareció en un agujero negro regresa bajo extrañas circunstancias. Aunque no se trata de una adaptación y no vemos a ningún dios primigenio, esta historia llega al horror cósmico en su tercer acto gracias a las intervenciones filosóficas y nihilistas de los personajes y, por supuesto, a la locura creada por la nula comprensión sobre nuestra razón para existir y las posibilidades de vida interdimensional.
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