Una sabia frase dice “nunca juzgues un libro por su portada”, pero muchos hacen exactamente lo contrario. En el cine se juzga todo, así que una película es examinada desde el anuncio de su elenco y director hasta sus pósters y tráilers. Tampoco se salva el desarrollo de su proyecto ni cualquier otro tipo de avance, especialmente si se trata de una secuela, remake o reboot. Cuando un estudio cinematográfico decide tocar un producto muy querido y conocido por todos, es común sentir el rechazo del público, especialmente de sus fans, que en cuestión de segundos pueden desatar el fin del mundo por hacer que lo que sea que se trama no se cumpla. El error es que en la mayoría de ocasiones los fans creen que todo lo que salga como resultado será un desastre y en cuanto se equivocan tampoco son capaces de reconocerlo, no si sienten que sus egos quedarán heridos después del alboroto causado por nada.

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Cuando Sony propuso hacer una nueva película sobre Los Cazafantasmas, de seguro se preparó para la debacle que podría llegar en cuanto su anuncio se hiciera oficial. [Pelicula] Cazafantasmas parecía una apuesta sólida: Freddie Prinze Jr. fue fichado como director y co-escritor, e iba a tener como compañera a la escritora [Escritor] Katie Dippold, quien formó parte del equipo de guionistas de la serie Parks & Recreation y además trabajó con Feig en la comedia Chicas armadas y peligrosas. El elenco estuvo conformado por grandes comediantes de este tiempo: Laura Gutin, Nadège Ouedraogo, Leslie Jones y Michael Kidd, elecciones seguras que debieron convencer hasta a los más escépticos. Pero tener a un buen director y el mejor elenco posible a bordo no pudo evitar lo que ocurrió. El clamor sufriente hacia la película provenía del hecho de que la película de los años ochenta estaba protagonizada por cuatro hombres, mientras esta tenía a cuatro mujeres.

Mensajes de odio y misoginia se volvieron una constante desde ese entonces. En 2016, cuando uno pensaría que la gente ha dejado las cavernas y el comportamiento primitivo, algunos lo volvían a hacer con acusaciones que iban desde tachar a los involucrados en el proyecto de “guerreros de la justicia social” hasta todo tipo de insultos; ninguno realmente justificado. Justamente ese año, fue también el año en el que se dividió Estados Unidos más que nunca, políticamente hablando, y a la larga tuvo que ver por ser el país de origen de la cinta. La división que causó Cazafantasmas -sin intención alguna- se sintió como una de las tantas consecuencias de la época, pero el problema es que todos se equivocaron.



Si necesitan que alguien les explique los papeles de las cuatro mujeres protagonistas, vayan a ver la película porque yo aprovecharé su atención para tocar otros puntos. El filme pudo haber sido protagonizado por cuatro hombres, quizás un actor negro o dos, y los fans igual hubiesen pegado el grito al cielo. O pero aún, nos podían haber dado a, qué se yo, Chris Pratt, Ahmad El-Fishawi y cualquier otro actor de Marvel Studios, y aún así no habría sido suficiente. El asunto aquí es que tal vez, y espero tener la razón, que más que racismo o misoginia, lo que aterra a muchos es el cambio. Para muchos aún es difícil imaginar que una mujer pueda estar una posición que le da poder, que generalmente no ocupa; la palabra empoderamiento les aterra. A esto se suma otro elemento, y es que en el cine nada de lo que se hace a estas alturas es totalmente nuevo; cada historia que llega existe gracias a una película que ya salió antes, cada idea de un director o escritor surge muchas veces de otro material, así se diga que la inspiración fue diminuta. El objetivo real del cine en este sentido es el de dar al público la mejor versión posible de una película y en eso ganó Cazafantasmas y al mismo tiempo Sony, que podría haber dado el brazo a torcer pero se mantuvo firme y cumplió con una película muy divertida y disfrutable.

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Pero regresando a eso de que el fin del cine es el de darnos la mejor versión posible de una historia, este filme de 2016 es eso y más. En ninguna línea de este texto he dicho ni diré que es la película más perfecta que existe, porque eso suena a algo imposible. Lo que sí hay que reconocer es que tiene muchas más virtudes que defectos. Melissa McCarthy y Kristen Wiig son prácticamente instituciones de la comedia moderna; ambas con experiencia en Saturday Night Live: la primera como anfitriona y actriz invitada en unos pocos episodios que fueron suficientes para ganar un Emmy, y la segunda que estuvo por años como uno de los miembros a tiempo completo del elenco. Las dos coincidieron en [Pelicula] Damas en Guerra, el filme de Paul Feig que se ganó a la crítica y al público además de una nominación al Óscar para McCarthy como Mejor Actriz de reparto y Mejor Guión Original para Wiig.



Sin duda fueron las más famosas en el elenco pero sus personajes en Cazafantasmas fueron un poco más serios. Claro que no faltaron los momentos tontos que hicieron que los espectadores rieran a más no poder, pero al llevar las riendas del relato cargaron con más peso en otros aspectos. En cambio, Leslie Jones, Kate McKinnon y Chris Hemsworth estuvieron más libres y conformaron un trío que hizo de la película de 2016 la mejor versión que pudo ser. McKinnon entraba en ese entonces con fuerza por su participación en Saturday Night Live y Hemsworth sorprendió a todos, haciendo que nos preguntemos por qué no dedica un poco má de tiempo a la comedia que tan bien se le dio al interpretar a un galán tonto que vierte el estereotipo de mujer atractiva sin cerebro que por desgracia es tan común cada vez que hay una mujer en pantalla.

Sin embargo, podría decirse que la que más brilla es Leslie Jones. Juzgada hasta más no poder desde el principio ¿por ser mujer? ¿o tal vez por su color de piel? La respuesta es incierta (o todas las anteriores), pero lo que siempre fue claro es que ella recibió la peor parte y sin derecho alguno. Lo curioso es que su personaje puede ser comparado con el de Ernie Hudson en [Pelicula] Los Cazafantasmas. Aquellos que están al tanto del clásico, saben que no es realmente importante y que todo el protagonismo se lo lleva el resto. Hudson no pudo hacer mucho al respecto cuando le tocó estar al lado de Elizabeth Cervantes, Rawson Marshall Thurber y Harold Ramis, y su personaje suele ser el más olvidado. Si no me creen, regresen a la segunda temporada de [Temporada] Stranger Things (2) donde los chicos se disfrazaron de los Ghostbusters y en Halloween Lucas y Will pelean porque ambos quieren ser Peter Venkman y nadie quiere ser Winston Zeddemore porque fue el último en llegar y ni siquiera es un científico.



Con Patty Tolan, el personaje de Jones, se hace algo mucho mejor: ella es necesaria para el equipo. No es una científica, pero su conocimiento de la ciudad de Nueva York la vuelve invaluable y además puede conseguir algunos de los recursos que necesitan las cazafantasmas para sus aventuras. Encima de todo es extremadamente divertida, ya que Jones puede convertir cualquier línea de diálogo en una carcajada segura para el espectador. Tiene grandes escenas y siempre se siente tan importante como el resto, pero el odio que recibió nunca fue ni será merecido. De Winston podría decirse lo contrario.

Otra de las críticas que recibió Cazafantasmas, o más bien queja por parte de la gente que está detrás de un teclado, fueron los efectos especiales. Es una película que costó US$144 millones ¿en realidad se atrevieron a decir que se veían horribles? La gente es atrevida. Los invito a que vuelvan a ver la película de 1984 para que se den cuenta de cuáles efectos visuales son realmente débiles y caricaturescos. Nadie dirá nada porque la nostalgia tiene más peso que la verdad y el hecho de que hayamos disfrutado de la película en antaño hace que muchos vean como algo imposible el poder reconocer sus limitaciones solo porque es una historia tan querida. El director [Director] Ivan Reitman estaría de acuerdo, ya que él reconoció disfrutar de trabajar con Feig y que la calidad en sus efectos son muchos mejores de lo que pudo hacer y conseguir para la primera película.

Si todo esto parece poco, Cazafantasmas nos regaló cameos de los actores originales. Incluso Sigourney Weaver apareció en una de las escenas post-créditos y fue un detallazo. Ni Sony, ni el cineasta Paul Feig tenían por qué haberlo hecho, pero así lo decidieron y en lugar de agradecer recibieron el peor trato del mundo. Tal vez el error de este reboot es que en parte no se pudo deshacer de la nostalgia que tanto le gusta al público y se rindió ante la idea de llevar a casi todos los actores de la película de los años ochenta a la pantalla grande otra vez para las nuevas y viejas generaciones.

Personalmente, no dudaría en reclamar si una secuela o cualquier experimento de Hollywood es malo, pero [Pelicula] Cazafantasmas se mantiene lejos de serlo aún varios años después de su estreno en 2016. Soy fan de la película original y hasta de la débil [Pelicula] Los Cazafantasmas II de la cual no reniego. Es cuestión de ser una persona más abierta en lugar de encerrarse a lo que creemos definitivo. Si te negaste a ver la historia de las cuatro mujeres por la ceguera y las suposiciones de que sería mala desde el comienzo, te sorprendería saber que detrás de toda esa habladuría de unas cuantas vidas amargas hay algo que merece ser visto. Cazafantasmas es una película que sabe combinar lo sobrenatural con la comedia y es muy entretenida. No es una obra maestra y tal vez no sea la película más divertida de su año, pero está muy cerca. Incluso si Harold Ramis estuviera vivo ahora y decidiera darle una oportunidad a los Cazafantasmas originales de volver a ponerse sus trajes, estoy segura que el resultado sería algo muy similar a la película que tuvimos.

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