El México sin la figura de un padre es algo que se ha abordado en distintos medios y desde distintas perspectivas. Mientras la madre es ‘valorada’ –de cierta manera y con un sinfín de condiciones– pues es la que siempre se queda y se encarga de la crianza de los hijos, el padre siempre es visto como un ser ausente, incluso cuando sí está en carne y hueso en los hogares. Detrás de la Montaña es la primera película de ficción del mexicano David R. Romay y en esta se aborda la búsqueda de la siempre faltante figura paterna.

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Detrás de la Montaña cuenta la historia de Miguel, un joven solitario a quien la vida se le va en una monótona rutina, mientras trabaja en un escritorio público, cuida de su madre y sueña con el amor de Carmela, una de sus clientas. Sin embargo, un día todo cambia, pues su madre muere y el trágico suceso lo obliga a enfrentarse a su pasado y a tomar una decisión radical: buscar al padre que los abandonó –y al que culpa de la vida miserable que tuvo su mamá– con la intención de matarlo.

Protagonizada por Benny Emmanuel ([Pelicula] Chicuarotes, [Pelicula] Campeones ), Gustavo Sánchez Parra ([Pelicula] El Complot Mongol, [Pelicula] Violeta al Fin), Reneé Sabina, Marcela Ruiz Esparza y Daniela Schmidt ([Pelicula] Casi divas, [Pelicula] A La Mala), Detrás de la Montaña sigue el viaje de varios personajes solitarios que se unen y encuentran paz, todo guiado por el personaje de Miguel y la búsqueda a su padre.



El filme de Romay tiene algunas similitudes en la forma con Pedro Páramo, una de las novelas más importantes de la literatura mexicana y latinoamericana, pues así como Juan Preciado dice “vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo” y a partir de ahí comienza un viaje de entendimiento de la muerte, la vida y sobre todo una construcción de lo que es México y su gente, en Detrás de la Montaña, el cineasta aborda el descubrimiento personal y la soledad a partir de que su personaje principal llega a Ciudad Juárez buscando a su padre.

Como bien se dijo en un inicio, la falta de un padre y sus repercusiones ya se han abordado desde distintas perspectivas, el mismo [Escritor] Juan Rulfo hizo una de las obras más destacadas de todos los tiempos partiendo de la idea de la ausencia de la figura paterna en la mexicanidad. Sin embargo, el filme de Romay se siente corto en profundidad y al final algunos hilos narrativos quedan colgando.

Más allá de las comparaciones con obras literarias o con otros largometrajes que anteriormente presentaron la búsqueda de la figura paterna como argumento central para, a su vez, explicar otros fenómenos, el problema principal de Detrás de la Montaña es que nunca llega al clímax que desde el inicio promete, incluso el final, que pretende ser un cierre para el personaje principal y los espectadores que lo acompañaron en su viaje, se siente forzado y un tanto absurdo.

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A pesar de lo anterior, el ritmo rápido del filme y la destacada actuación de Benny Emmanuel, quien recibió el Premio Mezcal a Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) del año pasado, permiten que la cinta sea entretenida e incluso se disfrute.

El viaje de descubrimiento personal a partir de la búsqueda de la figura paterna que se plantea Romay en Detrás de la Montaña es interesante y se pudo haber desarrollado mejor. No obstante, por la manera en la que se entrelazan las historias de los demás personajes, mismas que no se resuelven, hay algo en la película que se siente superficial, a la vez que, en general, la cinta parece inconclusa.

Asimismo, es interesante la manera en la que la película aborda la soledad y muestra las relaciones de distintos personajes que no tienen nada, ni a nadie, pero que se encuentran y son buenos entre ellos. No obstante, este punto tampoco termina por desarrollarse y solo es algo más que queda volando en esta historia. De esta manera, Detrás de la Montaña no ofrece nada nuevo, ni profundo, sin embargo, es una película entretenida y con calidad visual.

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