Amazon se mantuvo bastante hermético sobre su serie basada en el complejo mundo narrativo de J.R.R. Tolkien hasta que reveló su sinopsis oficial hace un mes. Puso en alerta a los fans del escritor sudafricano por tres razones. La primera es que la serie se ubicaría miles de años antes que la trilogía original (1954-1955) y que El Hobbit (1937): en la Segunda Edad. Otra es que no se mencionó a ningún personaje en concreto, sino que se habló de que se verán personajes nuevos y viejos. La última es que en lugar de nombrar a personajes icónicos de la serie, la sinopsis se centró en lugares emblemáticos: Lindon, Númenor y las Montañas Nubladas.
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Estos tres aspectos han dado mucho de qué hablar entre los fans; sobre todo parecen confirmar, para algunos, que las dos razones por las que el programa de Amazon está condenado al fracaso son amenazas reales. Uno de ellos es el YouTuber Nerdrotic (Gary Buechler) quien hizo un video donde habla detenidamente sobre el asunto. Seguramente se han de estar preguntando cuáles son estas dos razones y a continuación voy a hablar de ellas.
La serie no va a estar basada en ningún libro de Tolkien
Para algunas personas como Allie Gemmill, de Collider, el hecho de que se vaya a situar en la Segunda Edad y se mencione a Númenor ha sido visto como una prueba de que la serie podría tomar como inspiración El Simarillion (1977), sobre todo porque su cuarta parte “Akallabêth” habla sobre la caída de dicho reino. El problema con esto es que este libro póstumo de Tolkien, que pudo ver la luz del día gracias a su hijo Christopher con ayuda del escritor Guy Gavriel Kay, es un libro de cuentos y los dos que abarcan la Segunda Edad son de 30 y 20 páginas, respectivamente. En otras palabras, no hay mucha tela de dónde cortar para una serie. Esto parece ser un indicador de que más que basarse en este libro contarán una historia original ubicada en este período. Para personas como Nerdrotic y Víctor López G. de ESPINOF, esto es una señal de alerta inequívoca de peligro. No es sorpresa para nadie que las últimas temporadas de Game of Thrones - 59% (2010-2019) y su desastroso final han dejado a los fans con estrés postraumático. El problema principal de la serie estrella de HBO es que sus showrunners, David Benioff y D.B. Weiss mostraron su talento adaptando los libros de George R.R. Martin , pero en cuanto se les acabó el material en que basarse las costuras empezaron a verse y caerse; comenzaron a pasar más y más cosas que no parecían tener sentido con lo que habían estado contando anteriormente, culminando en un final polémico, por decir lo menos.
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Muchos temen que esto vaya a pasar con la serie de El Señor de los Anillos. Hacer una obra original de una serie querida es siempre un arma de doble filo. Por una parte, tienes libertad creativa para explorar rincones descuidados de esa historia e inclusive crear tu propia versión. Por otro lado, tienes la inmensa responsabilidad de ser fiel al estilo del autor original o enfrentarte a la posibilidad de decepcionar a las fans. J.D. Payne y Patrick McKay son showrunners que nunca habían tenido esta responsabilidad. Los fans están escépticos por ello. En este rubro sólo nos queda esperar que sean mejor narradores que adaptadores y nos entreguen una historia digna del Universo que les han legado.
Algo que tampoco ha ayudado fue la muerte de Christopher Tolkien en enero de 2020. Esto ha dejado en los fans la impresión de que no va a haber nadie que se asegure que se respete la visión original del autor. En este sentido se debe recordar que el Tolkien Estate está involucrado en este proyecto y, en específico, sus dos directores: Baillie Tolkien, viuda de Christopher, y Michael George Tolkien.
En general esta razón es delicada, pero no tan preocupante como la segunda:
Amazon quiere que ésta sea su versión de Game of Thrones
Hay un antes y un después de la serie basada en A Song of Ice and Fire. Vivimos en un mundo en que todas las casas productoras están buscando su propia versión de Game of Thrones. La mayoría han sido programas históricos como The Last Kingdom - 75% (2015-) o Vikingos - 90% (2013-2020). Ha existido también algunos de alta fantasía como la muy olvidable The Shannara Chronicles - 50% (2016-2017) y recientemente Netflix con The Witcher - 67% (2019-). Hasta en el mundo de anime se ha sentido la huella de la serie de HBO como la atestigua la existencia de Vinland Saga (2019). En español hemos visto sus ecos en series como Hernán (2019) y El Cid - 93% (2020). Ambas obras históricas no tendrían por qué ser reminiscentes de la adaptación de la obra de Martin, pero así de profundo ha sido el impacto de la adaptación de la obra de este autor. No olvidemos que hasta existe el rumor de que los creadores de Avatar: la leyenda de Aang: Libro 3 - 100% se bajaron de la adaptación live-action porque Netflix quiere que su versión se asemeje a la serie de HBO.
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Tiene sentido ver a una serie de televisión basada en la obra de Tolkien como el siguiente Game of Thrones, lo que no tiene una pizca de lógica es querer adaptarla a la visión particular de George R. R. Martin. Todo parece indicar que Amazon justo esto es lo que quiere hacer. Desde el principio han existido rumores de que Jeff Bezos directamente pidió que esto sea su versión de Game of Thrones y el hecho de que contrataron como consultor a Bryan Cogman , quien fuera guionista y productor de la serie, parece confirmarlo. Tampoco hay que olvidar que Amazon quiso tener en sus filas a Benioff y Weiss, quienes finalmente se decantaron por Netflix.
La principal razón de que sea un absurdo querer adaptar la obra de Tolkien al tono de Martin es muy simple.
Los libros de Tolkien básicamente son los culpables de establecer las bases de la alta fantasía como la conocemos hoy en día; sin ellos ésta no sería sinónimo de mundos secundarios medievalizantes poblados por elfos, humanos, enanos, orcos y dragones que están bajo la amenaza de un Señor Oscuro que quiere hacerse de un artefacto de poder. Por supuesto que este género es infinitamente más amplio, pero gracias al autor sudafricano esta es la idea que se ha plasmado en el imaginario cultural. Por lo mismo muchas obras de fantasía son reacciones de una u otra forma a Tolkien. Los libros de Shannara de Terry Brooks son relatos que siguen su modelo fielmente. El caso contrario es A Song of Ice and Fire que sin duda puede ser visto como una reacción negativa. Martin lo que hizo, en palabras de Farah Mendlesohn y Edward James en su libro A Short History of Fantasy, es:
Él desarrolló un mundo medieval plausible e internamente coherente mayormente libre de los clichés que Dianne Wynn Jones satirizó en su [The] Tough Guide [to Fantasyland].
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Lo principal que destaca de estas novelas es que son menos maniqueas que las del autor sudrafricano; es decir, aunque en el fondo hay un conflicto entre el bien y el mal, entre los actantes de la historia hay una serie de escalas de grises, eso sin contar que es una historia polifónica con muchos más personajes y tramas entrelazadas que en El Señor de los Anillos.
Dicho de otra forma, se quiere hacer que El Señor de los Anillos se asemeje a una obra que está criticando los elementos lo caracterizan. Lo que Tolkien hizo fue crear una historia épica que reflexiona mitopoéticamente sobre el eterno conflicto entre el bien y el mal de manera que fuera reminiscente de las sagas nórdicas, los textos artúricos, los libros de caballerías y las grandes epopeyas occidentales. Lo que Martin hizo fue agregarle realismo a esto y desvanecer los límites entre el bien y el mal para asemejarse más a los eventos históricos que ocurrieron durante la Edad Media. En otras palabras, una es una obra que aspira a lo mítico y la otra a un realismo histórico ubicado en otro mundo.
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Lo que sí estaría bien es actualizar los textos de Tolkien. Al final de cuentas son una obra de otra época a la que no le vendrían mal algunos conceptos de la fantasía moderna, no sólo de Martin sino de autores más recientes como N. K. Jemisin. El hecho de tener un cast étnicamente más variado es una buena señal en esta dirección. El truco es modernizar la trama sin perder la esencia de la obra original ni querer imitar a otras novelas del género. El problema de Amazon es querer hacer la versión de Martin de lo que hiciera Tolkien. Eso ya existe y se llama: A Song of Ice and Fire. Esperemos que los showrunners recuerden que lo que quieren hacer se llama El Señor de los Anillos.
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