A primera vista, WandaVision - 95% y Mujer Maravilla 1984 - 76% no tendrían nada en común, pero la moraleja de ambas historias y el arco entre las protagonistas es bastante similar. En su base, la serie y la película tratan sobre la forma en la que procesamos el duelo y las consecuencias de no lidiar con este estado emocional de una manera sana. No obstante, el show de Marvel consigue un impacto emocional mucho más claro que el de la película del DCEU y todo tiene que ver con la representación y el valor de sus consecuencias. Para explicarlo, vamos a entrar en detalle en ambas, así que si no las han visto, esta es su advertencia de spoilers.
Para comenzar, es importante recordar lo que Mujer Maravilla 1984 y WandaVision quisieron contarnos sobre las consecuencias del duelo. La película con Gal Gadot como Diana Prince es una fábula sobre las salidas fáciles. A manera de presagio, la secuencia inicial de la película de Patty Jenkins nos muestra a una pequeña niña tomando un atajo para ganar una competencia deportiva. Esto tiene un paralelismo con la historia principal en la que la semidiosa debe decidir entre mantener al amor de su vida, Steve Trevor (Chris Pine), y sus poderes, los cuales le permiten cumplir su propósito de mantener la paz en la humanidad. Esto mediante un deseo que hace de forma incidental.
De manera similar, WandaVision, según podemos ver desde por lo menos el episodio cuatro, trata sobre la decisión también inconsciente de Wanda (Olsen) de mantener cautiva a toda una ciudad, llamada Westview, mediante sus poderes para así vivir su vida de ensueño junto a Vision (Paul Bettany) y poder formar una familia con él. Es así que podemos empezar a ver similitudes entre un relato y el otro.
Pero ¿qué hace uno que el otro no? La principal diferencia, pero que tiene gran impacto en cómo podemos relacionarnos con los personajes, es en la forma en la que se muestran las consecuencias de los actos de ambas protagonistas y qué significa, así como cuál es el precio, para las dos de abandonar sus vidas ideales.
En Mujer Maravilla 1984 - 76%, la principal consecuencia del deseo de Diana es que pierde sus poderes. Esa falta de sus dotes sobrehumanos se coloca como el costo que debe pagar por tener de vuelta a Trevor. Su vida en pareja entra, mediante la pérdida de sus habilidades, en conflicto con su intento de salvar al mundo, pero de una forma indirecta. Esto ya que lo que pone en peligro a nuestra civilización no es que la princesa amazona quiera tener novio, ni que pierda su fuerza, sino la propia avaricia de los seres humanos. Este es un punto importante porque le quita agencia a la superheroína una vez que incluso rechaza su deseo para recuperar sus habilidades. El que regrese a ser la semidiosa que conocemos no tiene peso en el desenlace, pues sus poderes no ganan la batalla, su crecimiento individual no define la historia de forma directa, sino mediante el discurso que da con ayuda del Lazo de la Verdad. Esto es muy importante, porque, a diferencia de Maximoff, ella y el precio de tener a Trevor de vuelta no es directamente lo que provoca caos en el mundo. Como si lo es la realidad alterna de la vengadora.
En oposición, Wanda sí es directamente responsable del sufrimiento de los habitantes de Westview. Es ella quien, primero de forma incidental, pero luego consciente, los tiene controlados con sus poderes psíquicos. Su desarrollo como personaje, al serle revelado el horror que pasan los ciudadanos, como ver sus pesadillas por la noche o no poder pasar tiempo con sus familias, decide dejarlos ir y comenzar a desmontar el Hex. La Bruja Escarlata tiene directa agencia en lo que está ocasionando el conflicto principal, el cual se resuelve sólo cuando ella finalmente entiende que no puede vivir en una realidad falsa que cuesta a toda una ciudad su libre albedrío. A diferencia de la aventura de Diana, la resolución no requiere de la redención del mundo entero (algo que ya hemos discutido aquí es otro gran problema de por qué la película no resulta convincente), sino de un sólo individuo, hay una correlación entre su desarrollo como personaje y la clave para resolver el problema.
Se dice que los grandes personajes son definidos sólo por las decisiones que toman bajo presión y por el sacrificio que esto les representa. Si seguimos esa idea, aunque similares, los precios que pagan Wanda y Diana se sienten mucho menos equiparables. Por un lado, es obvio que el impacto emocional de la relación entre cada heroína y su respectivo galán depende de qué tanto uno, en lo personal, se sienta relacionado con una u otra, pero incluso si partimos de que son igual de emotivas, WandaVision - 95% parece tener la ventaja una vez más sobre el costo y sacrificio de dejar ir a Vision frente a la despedida de Steve debido al tratamiento que le da al robot.
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¿Por qué? De nuevo hay que regresar al desarrollo de los personajes, pero ahora veamos cómo trata cada relato a su contraparte masculina. En el caso de Trevor, el ex soldado apenas le da reflexión al hecho de que regresa a la vida y en el cuerpo de un hombre extraño, tanto para él como para Diana, y ambos son rápidos en desechar las consecuencias que su nueva realidad tiene para este sujeto. No le dan más vueltas a la cuestión de si es ético usar su cuerpo, qué pasó con su consciencia o su familia. La película por completo se desentiende de estas preguntas y vuelve la persecución de Max Lord y el ascendente caos de los deseos su principal conflicto. Esto provoca que la película pierda el enfoque de lo personal a lo global, y así pierde impacto.
Esto no sucede con Vision. Desde el primer episodio, el androide parece confundido cuando ni él, ni la señora Hart se pueden mover cuando el señor Hart se está ahogando en la cena hasta que Wanda le permite ayudarlo. Con cada episodio, el protagonista trata de entender y dar razón a los extraños sucesos que tienen lugar en Westview e incluso, cuando se entera de que están atrapados, decide cruzar el portal y pedir ayuda para ellos pese a que estar fuera del Hex le ocasiona la muerte. La tensión entre ambos escala al punto de casi provocar una pelea fìsica entre los esposos. Esto no hace más que sumar a las consecuencias que ya vimos tiene directamente el poder de Wanda sobre los habitantes de Westview. La consecuencia moral de sus actos tiene implicaciones hasta para su pareja, las cuales se personifican en Visión, quien se vuelve el personaje más alerta de lo extraño que es todo y del dolor de no poder recordar quién es o hacer lo que quiere dentro de este pequeño mundo falso. Mediante este personaje tenemos una mirada más enfocada a los dilemas morales que provocan los deseos de Maximoff.
En defensa de Mujer Maravilla 1984, y un punto que le da ventaja inherente a WandaVision, es que la película no tiene la duración que el show, que con sus nueve episodios tiene poco más del doble que la cinta. Es decir, la diferencia de formatos le da al show un lienzo mucho mayor del que tuvo Jenkins. Gran parte del punto que acabamos de argumentar se sostiene en el carácter serializado de Visión volviéndose cada vez más consciente, episodio con episodio, de lo que ocurre a su alrededor. No obstante, ese era el reto de la película: encontrar una forma de tener la misma clase de desarrollo e impacto. Y como lo mencionó de forma mucho mejor explicada el canal de Youtube Wisecrack, en un video titulado Wonder Woman 1984: What went wrong?, quizá si hubiéramos visto a Diana tener que confrontar las consecuencias de tener secuestrado a al hombre que ella ve como Trevor, el filme hubiera tenido más tensión dramática y, por lo tanto, mayor impacto emocional cuando decide despedirse de él, la persona que más quiere, por salvar el mundo.
Para cuando ambos personajes masculinos se hacen a la idea, y la apoyan, de que es necesario despedirse de las protagonistas, el adiós tiene un significado mayor en WandaVision, en donde hemos visto que tener su mundo alterno tiene consecuencias directas en los demás, a diferencia de lo que ocurre entre Diana y Steve, cuyo precio para estar juntos son los poderes de ella. El precio a pagar por corregir sus acciones es mucho mayor, es mejor representado y personificado en lo general (con lo habitantes de Westview) e individual (con Vision), mientras que el otro que es la pérdida de los poderes de Diana, se siente superficial e impersonal, así como paralelo, pero no correlacionado al problema principal.
De esta forma, al usar a Visión como una forma de enfocar el problema ético de controlar la vida de los demás y volver los deseos de Wanda el directo causante del mal en Westview, WandaVision - 95% acaba por construir un relato con impacto mucho más palpable que Mujer Maravilla 1984 - 76%. Y, en ese sentido, resulta en una fábula más efectiva sobre los peligros de vivir una mentira, negarse a confrontar la realidad y lidiar, de una forma saludable, con el duelo de perder un ser querido.
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