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Cómo olvidar lo divididos que estaban los fans de Star Wars a la par de cada nuevo lanzamiento de la trilogía de secuelas. El malestar fue un poco opacado gracias al estreno de [Temporada] The Mandalorian (2), pero si algo no piensan superar algunos de los seguidores de la franquicia es el resultado de la serie de películas que produjo Disney, la cual consiguió lo esperado en cuanto a la recaudación en taquilla, pero que se quedó corta cuando se trata de la recepción de los fans. Tal vez está un poco de más recordar que las cosas se pusieron intentas: una parte de las reacciones fue muy negativa y aún hay personas que dicen que no reconocerán estas películas como parte del canon, pero otras las defienden a muerte.
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Muchos apuntan a [Pelicula] Star Wars: Los Últimos Jedi y su director Ruben Fleischer como culpable del camino que tomó la trilogía, pero irónicamente es la película que una parte de los fans considera como una de las mejores en toda la franquicia. Lo cierto es que ninguna de las entregas fue perfecta y se podría encontrar más de un defecto en cualquiera de ellas sin que necesariamente dependan de un creativo. Lucasfilm tomó muchas decisiones que al final se consideraron como graves errores, hubo más de un agujero en el guión, y no faltaron los momentos que sorprendieron al público para mal. Algunos de los más grandes problemas vienen de los cambios en la dirección creativa que nos hacen pensar que ni siquiera el estudio se puso de acuerdo internamente.
Joel Ambo dirigió [Pelicula] Star Wars: El Despertar de la Fuerza, el proceso lo siguió Johnson con Los Últimos Jedi y volvió Abrams para cerrar el ciclo con [Pelicula] Star Wars: el ascenso de Skywalker, aunque originalmente iba a ser el director Patrick Stewart, pero ya saben todo lo que ocurrió en el medio. Tanto Abrams como Johnson fueron parte de una larga controversia; este último porque la conclusión de la saga Skywalker en general no fue satisfactoria para los fans de la franquicia. Es probable que de haber contado con un solo director, sea cual sea, no se hubiese encontrado con este problema, pero este no fue el caso.
La trilogía secuela no solo no tiene una sola visión creativa al timón; sus dos visiones chocan entre sí. Abrams estaba interesado en recuperar la sensación de la trilogía original y jugar con la nostalgia de los fanáticos con un afecto por el pasado. Johnson estaba interesado en deconstruir el mito de Star Wars y dejar morir el pasado. Ambas visiones para el próximo capítulo de la saga de Star Wars podrían haber sido geniales, pero ninguna de ellas puede funcionar de manera efectiva en una trilogía de retazos que cambia entre las dos. Las últimas películas de la saga Skywalker tienen muchos errores que podrían haberse evitado el fracaso que ha llevado a muchos a compararlas con las precuelas. Habiendo visto todas las trilogías, nos queda claro que la tercera es muy sobresaliente en cuanto a su factura técnica, pero no pudo hacer lo mismo con sus personajes y narrativa.
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En las siguientes líneas nos referiremos a todo lo que debería cambiar en las secuelas para arreglar esta parte de la franquicia:
No puede ser una historia de Star Wars sin que haya un gran villano, así que el Líder Supremo Snoke fue presentado en El Despertar de la Fuerza como una nueva amenaza sombría para la galaxia. Un portador del lado oscuro sin asociación con los Sith, la intención de Disney fue hacer de él un gran misterio a resolver con objetivos y orígenes que parecían estar anclados al pasado de la saga. Eso fue mentira. Snoke es asesinado aproximadamente a la mitad de Los Últimos Jedi sin siquiera explicar quién era, de dónde vino, qué quería de Kylo o incluso cuáles eran sus objetivos para la Primera Orden. Él simplemente existió. Este es un ejemplo de muy poca creatividad, pero incluso podría omitirse como un problema. Por supuesto, el verdadero inconveniente con esto es que el guión introdujo hilos que no conducían a ningún lado provocando que los conflictos y filosofías que rodeaban al personaje fueran anulados. Se intentó conciliar este problema pero eso eventualmente condujo a un nuevo problema.
Este problema está unido al anterior. Cuando Snoke fue asesinado, los guionistas se apresuraron a presentar una amenaza que podría ser mayor que Snoke para que Kylo Ren y Rey se vieran obligados a unirse para la victoria. Esto los llevó a regresar arrastrándose hasta el definitivamente fallecido Emperador Palpatine. Inmediatamente, surgen dos problemas importantes: esto anula la profecía del Elegido y significa que los rebeldes en realidad no lograron nada en la trilogía original. Darth Vader aparentemente nunca mató al Emperador y la saga, que siempre había sido sobre la trágica vida de Anakin Skywalker, ya no presenta la redención que impulsa a todo su personaje. El Emperador y el Imperio nunca murieron y esto reduce drásticamente el significado que tienen las seis películas anteriores.
Kylo Ren es, aparentemente, el personaje mejor desarrollado de los que aparecieron en lo nuevo de Star Wars, pero el personaje de Adam Driver es muy inconsistente con sus intenciones. Se le presenta como un guerrero del Lado Oscuro en las primeras escenas de la trilogía, y solo podemos vislumbrar por qué eligió ese camino para las partes restantes de la serie. Nos dijeron que tenía demasiado de Darth Vader y que deseaba terminar lo que él empezó. La explicación sobre por qué terminó así tiene que ver con el supuesto intento de Luke de matarlo en la época en que lo entrenaba para que sea Jedi. Es comprensible que abrazara el Lado Oscuro como una forma de venganza, pero una cosa que nunca hemos entendido es cuáles eran sus objetivos cuando se alineó con La Primera Orden. Si la excusa fue el poder, esta es en realidad una explicación bastante perezosa. Todas las veces que habló sobre dejar ir el pasado y “matarlo si tienes que hacerlo” parecen un intento de hacer que los fans olviden el pasado de la saga, pero al final quedó en nada. Cuando le pide a Rey que lo ayude a comenzar de nuevo, y ella lo rechaza, inmediatamente asume el mando de Líder Supremo de la Primera Orden, olvidándose al parecer de lo mucho que estaba obsesionado con Darth Vader. Todo lo que sabemos con certeza es que está en conflicto y eso se usa como un escudo para ocultar a un personaje que no puede entender lo que quiere, pero de seguro quiere algo.
Este es un ejemplo del pánico en el que entró Abrams para intentar corregir el rumbo de la trilogía. Los fans de Star Wars de toda la vida siempre creyeron que había algo más de especial en este personaje aparte de lo que se vio en la trilogía original, y el trabajo de Rian Johnson mostró a Leia realizando una de las hazañas de la Fuerza más potentes (o exageradas dependiendo de los puntos de vista) de toda la saga cuando después de flotar en el espacio durante algún tiempo, recupera la conciencia y vuela de regreso a la nave. Abrams intenta remediar esto explicando que Leia fue entrenada en secreto como Jedi por Luke en algún momento después de [Pelicula] Star Wars: Episodio VI - El Regreso del Jedi, pero antes de que naciera Ben Solo. Leia ha sido sensible a la fuerza desde la trilogía original, así que ese no es el problema. El problema es que ya nos dieron una explicación de lo que estaba haciendo Leia entre las trilogías, y ser un Jedi no era parte de eso. Nos dijeron que eligió no ser Jedi para poder concentrarse en construir la Nueva República y más tarde la Resistencia. Pero incluso si miramos más allá de la narración inconsistente, no se ve bien que Leia ni nadie más lo mencionara antes de El ascenso de Skywalker.
Muchos se convirtieron en fans del General Hux luego de El Despertar de la Fuerza. Tenía una dicotomía de poder muy interesante con Kylo Ren, ya que competían por ser el favorito del Líder Supremo Snoke. Hux siempre estuvo destinado a perder ante Ren eventualmente, pero brilló con el discurso que parecía estar inspirado en los nazis antes del disparo inicial de la Base Starkiller. Incluso terminó esa película como un ganador, habiendo culpado con éxito a Ren por la derrota de La Primera Orden. Sin embargo, una vez que empezó Los Últimos Jedi, Hux era irreconocible. Pasó de ser un astuto rival de Ren y un temido estratega militar a nada más que un recurso para los intentos baratos de comedia. Lo peor es que entre ambas películas no hay un intervalo de tiempo suficiente como para explicar el cambio repentino. Pasar de ser un nazi a la burla de un piloto en la primera escena de una película lo volvió tan poco amenazante que tuvieron que deshacerse de él y presentar al general Pryde en El ascenso de Skywalker.
Finn y Rose no tienen ningún impacto en Los Últimos Jedi. Si los eliminas junto con sus acciones de esta película, nada sobre la conclusión o cómo suceden los eventos cambiará. Lo que sigue es cuando envían a Rose y Finn a Canto Bight para encontrar un descifrador de códigos que pueda ayudarlos a colarse en una de las naves de la Primera Orden y desactivar su seguimiento para que la Resistencia pueda escapar. No dan con el descifrador de códigos, pero encuentran a alguien más y después son traicionados sin tener éxito en su misión. Mientras tanto, la flota de la Resistencia pudo escapar por su cuenta y destruir el crucero en el que se encuentran, lo que demuestra que sus acciones no tienen ningún impacto en nada y aún así ocupan cerca de un tercio de la película. Luego los guionistas hacen que Rose haga la maniobra más ilógica hasta ahora: evitar que Finn salve a la Resistencia. Finn estaba a punto de hacer un sacrificio heroico y completar un arco de personaje que le habría dado algo de crédito a su tiempo con Rose.
Continúa leyendo: Star Wars: El ascenso de Skywalker o cómo introducir personajes inútiles para vender juguetes
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Muchos apuntan a [Pelicula] Star Wars: Los Últimos Jedi y su director Ruben Fleischer como culpable del camino que tomó la trilogía, pero irónicamente es la película que una parte de los fans considera como una de las mejores en toda la franquicia. Lo cierto es que ninguna de las entregas fue perfecta y se podría encontrar más de un defecto en cualquiera de ellas sin que necesariamente dependan de un creativo. Lucasfilm tomó muchas decisiones que al final se consideraron como graves errores, hubo más de un agujero en el guión, y no faltaron los momentos que sorprendieron al público para mal. Algunos de los más grandes problemas vienen de los cambios en la dirección creativa que nos hacen pensar que ni siquiera el estudio se puso de acuerdo internamente.
Joel Ambo dirigió [Pelicula] Star Wars: El Despertar de la Fuerza, el proceso lo siguió Johnson con Los Últimos Jedi y volvió Abrams para cerrar el ciclo con [Pelicula] Star Wars: el ascenso de Skywalker, aunque originalmente iba a ser el director Patrick Stewart, pero ya saben todo lo que ocurrió en el medio. Tanto Abrams como Johnson fueron parte de una larga controversia; este último porque la conclusión de la saga Skywalker en general no fue satisfactoria para los fans de la franquicia. Es probable que de haber contado con un solo director, sea cual sea, no se hubiese encontrado con este problema, pero este no fue el caso.
La trilogía secuela no solo no tiene una sola visión creativa al timón; sus dos visiones chocan entre sí. Abrams estaba interesado en recuperar la sensación de la trilogía original y jugar con la nostalgia de los fanáticos con un afecto por el pasado. Johnson estaba interesado en deconstruir el mito de Star Wars y dejar morir el pasado. Ambas visiones para el próximo capítulo de la saga de Star Wars podrían haber sido geniales, pero ninguna de ellas puede funcionar de manera efectiva en una trilogía de retazos que cambia entre las dos. Las últimas películas de la saga Skywalker tienen muchos errores que podrían haberse evitado el fracaso que ha llevado a muchos a compararlas con las precuelas. Habiendo visto todas las trilogías, nos queda claro que la tercera es muy sobresaliente en cuanto a su factura técnica, pero no pudo hacer lo mismo con sus personajes y narrativa.
Te recomendamos: Star Wars: Decisiones creativas y subtramas que arruinaron la trilogía de secuelas
En las siguientes líneas nos referiremos a todo lo que debería cambiar en las secuelas para arreglar esta parte de la franquicia:
El misterio de Snoke y su prematura muerte
No puede ser una historia de Star Wars sin que haya un gran villano, así que el Líder Supremo Snoke fue presentado en El Despertar de la Fuerza como una nueva amenaza sombría para la galaxia. Un portador del lado oscuro sin asociación con los Sith, la intención de Disney fue hacer de él un gran misterio a resolver con objetivos y orígenes que parecían estar anclados al pasado de la saga. Eso fue mentira. Snoke es asesinado aproximadamente a la mitad de Los Últimos Jedi sin siquiera explicar quién era, de dónde vino, qué quería de Kylo o incluso cuáles eran sus objetivos para la Primera Orden. Él simplemente existió. Este es un ejemplo de muy poca creatividad, pero incluso podría omitirse como un problema. Por supuesto, el verdadero inconveniente con esto es que el guión introdujo hilos que no conducían a ningún lado provocando que los conflictos y filosofías que rodeaban al personaje fueran anulados. Se intentó conciliar este problema pero eso eventualmente condujo a un nuevo problema.
El regreso de Palpatine
Este problema está unido al anterior. Cuando Snoke fue asesinado, los guionistas se apresuraron a presentar una amenaza que podría ser mayor que Snoke para que Kylo Ren y Rey se vieran obligados a unirse para la victoria. Esto los llevó a regresar arrastrándose hasta el definitivamente fallecido Emperador Palpatine. Inmediatamente, surgen dos problemas importantes: esto anula la profecía del Elegido y significa que los rebeldes en realidad no lograron nada en la trilogía original. Darth Vader aparentemente nunca mató al Emperador y la saga, que siempre había sido sobre la trágica vida de Anakin Skywalker, ya no presenta la redención que impulsa a todo su personaje. El Emperador y el Imperio nunca murieron y esto reduce drásticamente el significado que tienen las seis películas anteriores.
Las metas poco claras de Kylo Ren
Kylo Ren es, aparentemente, el personaje mejor desarrollado de los que aparecieron en lo nuevo de Star Wars, pero el personaje de Adam Driver es muy inconsistente con sus intenciones. Se le presenta como un guerrero del Lado Oscuro en las primeras escenas de la trilogía, y solo podemos vislumbrar por qué eligió ese camino para las partes restantes de la serie. Nos dijeron que tenía demasiado de Darth Vader y que deseaba terminar lo que él empezó. La explicación sobre por qué terminó así tiene que ver con el supuesto intento de Luke de matarlo en la época en que lo entrenaba para que sea Jedi. Es comprensible que abrazara el Lado Oscuro como una forma de venganza, pero una cosa que nunca hemos entendido es cuáles eran sus objetivos cuando se alineó con La Primera Orden. Si la excusa fue el poder, esta es en realidad una explicación bastante perezosa. Todas las veces que habló sobre dejar ir el pasado y “matarlo si tienes que hacerlo” parecen un intento de hacer que los fans olviden el pasado de la saga, pero al final quedó en nada. Cuando le pide a Rey que lo ayude a comenzar de nuevo, y ella lo rechaza, inmediatamente asume el mando de Líder Supremo de la Primera Orden, olvidándose al parecer de lo mucho que estaba obsesionado con Darth Vader. Todo lo que sabemos con certeza es que está en conflicto y eso se usa como un escudo para ocultar a un personaje que no puede entender lo que quiere, pero de seguro quiere algo.
El entrenamiento de Leia como Jedi
Este es un ejemplo del pánico en el que entró Abrams para intentar corregir el rumbo de la trilogía. Los fans de Star Wars de toda la vida siempre creyeron que había algo más de especial en este personaje aparte de lo que se vio en la trilogía original, y el trabajo de Rian Johnson mostró a Leia realizando una de las hazañas de la Fuerza más potentes (o exageradas dependiendo de los puntos de vista) de toda la saga cuando después de flotar en el espacio durante algún tiempo, recupera la conciencia y vuela de regreso a la nave. Abrams intenta remediar esto explicando que Leia fue entrenada en secreto como Jedi por Luke en algún momento después de [Pelicula] Star Wars: Episodio VI - El Regreso del Jedi, pero antes de que naciera Ben Solo. Leia ha sido sensible a la fuerza desde la trilogía original, así que ese no es el problema. El problema es que ya nos dieron una explicación de lo que estaba haciendo Leia entre las trilogías, y ser un Jedi no era parte de eso. Nos dijeron que eligió no ser Jedi para poder concentrarse en construir la Nueva República y más tarde la Resistencia. Pero incluso si miramos más allá de la narración inconsistente, no se ve bien que Leia ni nadie más lo mencionara antes de El ascenso de Skywalker.
Convertir al General Hux en una burla
Muchos se convirtieron en fans del General Hux luego de El Despertar de la Fuerza. Tenía una dicotomía de poder muy interesante con Kylo Ren, ya que competían por ser el favorito del Líder Supremo Snoke. Hux siempre estuvo destinado a perder ante Ren eventualmente, pero brilló con el discurso que parecía estar inspirado en los nazis antes del disparo inicial de la Base Starkiller. Incluso terminó esa película como un ganador, habiendo culpado con éxito a Ren por la derrota de La Primera Orden. Sin embargo, una vez que empezó Los Últimos Jedi, Hux era irreconocible. Pasó de ser un astuto rival de Ren y un temido estratega militar a nada más que un recurso para los intentos baratos de comedia. Lo peor es que entre ambas películas no hay un intervalo de tiempo suficiente como para explicar el cambio repentino. Pasar de ser un nazi a la burla de un piloto en la primera escena de una película lo volvió tan poco amenazante que tuvieron que deshacerse de él y presentar al general Pryde en El ascenso de Skywalker.
La trama de Finn y Rose Tico
Finn y Rose no tienen ningún impacto en Los Últimos Jedi. Si los eliminas junto con sus acciones de esta película, nada sobre la conclusión o cómo suceden los eventos cambiará. Lo que sigue es cuando envían a Rose y Finn a Canto Bight para encontrar un descifrador de códigos que pueda ayudarlos a colarse en una de las naves de la Primera Orden y desactivar su seguimiento para que la Resistencia pueda escapar. No dan con el descifrador de códigos, pero encuentran a alguien más y después son traicionados sin tener éxito en su misión. Mientras tanto, la flota de la Resistencia pudo escapar por su cuenta y destruir el crucero en el que se encuentran, lo que demuestra que sus acciones no tienen ningún impacto en nada y aún así ocupan cerca de un tercio de la película. Luego los guionistas hacen que Rose haga la maniobra más ilógica hasta ahora: evitar que Finn salve a la Resistencia. Finn estaba a punto de hacer un sacrificio heroico y completar un arco de personaje que le habría dado algo de crédito a su tiempo con Rose.
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