[Persona] Frank Miller es un escritor reconocido por darle un toque de brutalidad y realismo a los cómics de superhéroes. Hay un antes y después de su obra. Su huella alteró para siempre a la manera en que percibimos a Batman y a Daredevil. En el caso del primero todo cambió con la publicación de The Dark Knight Returns y de Batman: Year One. Ambas cosas han sido adaptadas a películas animadas, pero no a live-action. No obstante, hay ecos de ambas novelas gráficas en películas como [Pelicula] Batman Inicia y [Pelicula] Batman vs Superman: El Origen de la Justicia

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Lo que no todo mundo sabe es que el autor es islamofóbico. Una gran pista de eso está en la manera en que recreó la Batalla de las Termópilas en 300. Es una pelea simbólica entre Occidente y Medio Oriente. En la que los espartanos son dibujados y caracterizados como heroicos hombres blancos que pelean contra los invasores morenos y deshumanizados. Miller nunca ha tenido el menor empachó en ocultar la manera en que él percibe a las personas de esas regiones del mundo. Esto ya era bien sabido desde siempre. [Persona] Alan Moore no dudó en declarar lo que piensa de la obra de este autor en una entrevista para la editorial independiente Honest Publishing:

Frank Miller es alguien cuyo trabajo apenas he visto en los pasados veinte años. Yo pensé que Sin City es misoginia sin deconstruir; 300 es salvajemente ahistórico, homofóbico y completamente desafortunado. Yo pienso que probablemente ha habido una sensibilidad muy desagradable en la obra de Frank Miller por un largo tiempo.



De hecho, cuando salió [Pelicula] 300, el autor no pudo evitar hacer algunos comentarios poco afortunados que revelaron su verdadera forma de pensar sobre las personas de Medio Oriente y lo que han aportado a la humanidad:

Vamos finalmente a hablar sobre el enemigo. Por alguna razón, nadie parece estar hablando sobre a quién nos estamos enfrentando y la barbarie del siglo sexto que, en realidad, representan. Estas personas le cortan la cabeza a la gente. Ellos esclavizan a las mujeres, ellos mutilan los genitales de sus hijas. Ellos no se comportan siguiendo ninguna de las normas culturales que son adecuadas para nosotros. Estoy hablando desde un micrófono que nunca pudo haber sido un producto de su cultura, y estoy viviendo en una ciudad donde tres mil de mis vecinos fueron asesinados por ladrones de aviones que nunca hubieran podido construir.

Es un discurso reductivista que demuestra que no tiene idea de cómo es esa cultura ni quiere saberlo. Está más cómodo simplificándola y reduciéndola a estereotipos. Parece ignorar o querer ignorar todos los aportes de esa cultura a la humanidad. Por citar uno sin el matemático persa Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī (sí, es el que sale en la portada de Álgebra, de Baldor) ni siquiera tendríamos la palabra álgebra.



Quizá para cimentar su reputación como un escritor islamofóbico decidió escribir una historia en la que Batman se enfrenta a Al-Qaeda durante un atentado tremendamente similar al del 9/11. Así es, en el 2006 fue a la WonderCon para anunciar el título de su nueva obra: Holy Terror, Batman! Como se podrán imaginar esto no llegó a pasar. DC no estuvo dispuesto a que su personaje se enfrentará a una versión ficcionalizada de ese grupo durante el atentado del 9 de septiembre. Eso no quiere decir que Batman no se haya enfrentado antes con caricaturas de personas musulmanas. Lo ha hecho y de eso se hablará en otro artículo.

El hecho de que DC no quisiera hacer el cómic, no detuvo a Miller, aunque cabe decir que su versión de los hechos es que conforme fue pensando la historia se dio cuenta que no era una historia sobre Batman. Es difícil creerle esto porque el diseño de The Fixer es reminiscente al de Batman en The Return of the Dark Knight. La realidad es que es un personaje bastante similar física y espiritualmente. No sólo él, hay equivalente de otros personajes. Natalie Stack es sin duda una versión no muy disfrazada de Catwoman y el comisionado Dan Donegal es el comisionado Gordon. No le cambió mucho el diseño. Lo único que cambió fue el título ligeramente: Holy Terror.

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No obstante, Miller dijo tener una razón para que su personaje no fuera el caballero de la noche. La principal es que quería crear a un personaje que no tuviera ningún problema con matar y torturar a los terroristas:

Yo decidí a la mitad del camino que no era un historia sobre Batman. El héroe es mucho más parecido a Dirty Harry que a Batman. Es un héroe nuevo que inventé que pelea contra Al-Qaeda. Este personaje está mucho más dispuesto a cometer terribles actos de violencia en gente muy malvada



Hablando de “la gente mala”, seguro se estarán preguntando: ¿Qué supervillano musulmán creó para este cómic? Uno pensaría que si vas a poner a tu superhéroe a pelear contra Al-Qaeda vas a crear a un supervillano que pertenezca a dicha organización terrorista. Eso sería lo lógico, pero sólo si tomas a los terroristas como humanos. Ya lo había demostrado con 300. Miller no está interesado en humanizar a los que él ve como enemigos de su país. Aquí fue un paso más allá. Todos los terrorista están la mayor parte de la novela enmascarados. Hay un líder, pero ese líder dice que es una organización tan grande que los terrorista más conocidos “son esclavos a las ordenes de otro esclavo que está a las ordenes de otro esclavo”. Esta manera de describirlos es deshumanizante porque implica que ninguno tiene albedrío. De ese líder no vemos el rostro nunca.

Quizá el momento más deshumanizante es cuando secuestra a uno de los terroristas. Le quita la máscara, lo tortura para sacarle información y lo llama Mohammed porque seguro todos los musulmanes así se llaman. Literalmente eso dice el personaje. Aquí les dejo la escena:

Así que Mohammed, perdóname por adivinar tu nombre, pero tienes que admitir que las probabilidades de que te llames Mohammed son muy altas.



Es como si un extranjero asumiera que en México y en España todo mundo se llama Jesús. Es un nombre común, pero no puedes ir por ahí llamándole a todos Jesús. La gente xenófoba de España, de hecho, les llama a los mexicanos panchitos de forma despectiva. Son estrategias deshumanizantes para olvidar que el otro es una persona.

El cómic, en general, tiene el mensaje de que faltó una respuesta más brutal a los ataques del 9/11. Miller ya lo había dicho, pero lo reiteró en toda la extensión de esta novela gráfica. Es muy explícitamente propaganda islamofóbica conservadora. Además de la narración podemos encontrar caricaturas de figuras como Ramy Essam, Lovina Yavari y [Persona] Hillary Clinton.



Para quien se lo esté preguntando, el autor siempre admitió que se trataba de propaganda:

Yo estoy muy viejo para servir a mi país de cualquier otra forma. Si ése no fuera el caso, yo, gustosamente, sería quien apretara el gatillo.




Grant Morrison tuvo una respuesta bastante elocuente a esto y al libro:

¡Batman vs. Al-Qaeda! ¡Bien pudo haber sido Bin Laden vs. King Kong! ¡O qué tal la siniestra mente maestra de Al-Qaeda contra un hambriento Hannibal Lecter! Para todo el bien que esto podría hacer. Celebrar a un personaje ficticio mientras golpea a terrorista ficionalizados me parece una indulgencia decadente cuando hay terrorista reales matando a gente de verdad en el mundo real. Me impresionaría mucho si Frank Miller dejara de hacer tonterías con sus novelas gráficas y se uniera al ejército. Entonces con el grito de un odio inmortal se apresurara hacia el frente de batalla con los jóvenes soldados que en realidad están arriesgando su vida y sus cuerpos "vs." Al-Qaeda

Éste comentario también es problemático, pero señala el hecho de que no tiene sentido reducir un problema como este a un enfrentamiento absurdo de la cultura popular.

Años después se arrepintió de haber escrito tal cosa porque sí afecto en mayor o menor grado a su carrera. En su opinión fue el resultado de una ira ciega:

Yo puedo sentir la furia salir de las páginas. No quiero borrar capítulos de mi biografía, pero no me creo que capaz de hacer ese libro otra vez.

En lo que más se nota esta furia ciega es en el simple hecho de que para el Miller que escribió el libro sólo hay una manera de lidiar con los “enemigos” de su patria: la diplomacia posmoderna.



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