RESEÑA | Exorcismo en el séptimo día: Cómo no hacer una cinta de exorcismos

El referente más cercano y famoso por excelencia sobre una cinta de exorcismos es la obra maestra de William Friedkin, El Exorcista - 87%. En 1973, se realizó esta adaptación de la novela de William Peter Blatty Blatty que a su vez se basó en un exorcismo real. Existe un antes y un después en el cine de terror gracias a esta cinta, pues se le considera como una de las más aterradoras y populares de todos los tiempos, sino es que la mayor. Pero, ¿por qué es importante mencionar este hecho?.

Te recomendamos: Exorcismo en el séptimo día ya tiene calificación de la crítica

Si bien a raíz de este filme muchas películas de terror se volvieron famosas, cada vez que se hacían específicamente sobre exorcismos, el punto más alto al que debían aspirar este tipo de cintas era (y es) El Exorcista, ¿por qué?, la película se tomó el tiempo de retratar de formas muy claras las principales características de una persona poseída, tales como hablar un idioma que no conozca, repeler los símbolos cristianos, maldecir, practicar la telequinesis y demostrar una fuerza superior a sus capacidades humanas. En resumen es una tragedia provocada por fuerzas sobrenaturales a niveles violentos.

Hollywood se ha encargado de llevar a la pantalla grande múltiples historias sobre esta práctica, algunas con mejores resultados que otras. Ahí El Exorcismo de Emily Rose - 45%, la saga de Actividad Paranormal - 83%, El Rito - 20%, la franquicia de La Noche del Demonio - 66% y las películas de El Conjuro - 86%, entre muchas otras son las más conocidas de la era contemporánea. ¿Qué aporta Exorcismo en el séptimo día - 7%?.

Te puede interesar: El Exorcista, de William Friedkin, ¿qué dijo la crítica en su estreno?

La historia gira en torno a un exorcista de renombre que se une a un sacerdote novato para su primer día de entrenamiento. A medida que se sumergen más profundamente en el infierno en la tierra, las líneas entre el bien y el mal se desdibujan y sus propios demonios emergen. A primera vista, la sinopsis insinúa que se trata de una historia bastante interesante sobre los exorcismos, un padre que está aprendiendo este arduo camino sobre un conflicto profundo; pero cuando vemos la película, el guión apenas desarrolla los puntos que el resumen expone.

Si bien, el punto más alto e interesante que tiene la cinta dirigida por Justin P. Lange es su introducción, pues se muestra un hecho del pasado que terminó por marcar al joven padre Peter, donde es la única ocasión que se siente un peligro real y constante tensión por parte de los actores al presenciar un exorcismo. Desgraciadamente, una vez que termina esta secuencia, todo va en picada. Si bien el arquetipo del "héroe roto" que interpreta Guy Pearce es interesante, sólo sirve de excusa para tenerlo inmóvil en toda la historia, no hay un desarrollo mínimo en su personaje o diálogos intensos que lo hagan ver como un mentor que trata de aniquilar a las posesiones que están sucediendo en el país.

Que no se te pase: El Conjuro y otros exorcismos en el cine

Respecto a su coprotagonista, el mexicano Vadhir Derbez parece que no termina por creerse que está interpretando por fin un personaje serio de índole dramático, pues todo el tiempo se le nota tenso, con pocas expresiones faciales y entonación de voz muy floja. Su papel dentro de la historia es aprender todo lo que pueda de su maestro, mientras va tropezando a lo largo de su conflicto por saber exorcizar, sólo que el detalle más grande de estos puntos es que en todo el largometraje hay poca credibilidad en el rol de Derbez, y realmente su "lección" nunca se nota. Su actuación no despierta empatía ni preocupación por parte del espectador en lo más mínimo.

La historia vaga entre un drama policiaco y una invasión de demonios; que quizás pudieron estar bien ensambladas, pero sólo se enfocan en presentar pedazos de subtramas y clichés de lo más gastados. Realmente, la esencia de los exorcismos no está presente. Su clímax y plot twist no sorprenden y más bien hacen ver ridícula a la historia. La revelación que "ata" todos los cabos (que por cierto muchos quedan en el aire) no convence debido al pobre desarrollo de sus respectivos protagonistas. Ni hablar sobre la "batalla final" que en vez de causar tensión, causa bostezos.

Exorcismo en el séptimo día - 7% dura 87 minutos, de los cuales su ritmo y edición se hacen eternos o aburridos. Es el claro ejemplo de que, evidentemente, así no se debe hacer una cinta sobre exorcismos.

Antes de que te vayas: El exorcismo de Carmen Farías ya tiene calificación de la crítica