Razones por las que una secuela de Cruella sí es necesaria

No cabe duda de que Cruella - 93% se ganó a la crítica y la audiencia desde su estreno simultáneo en cines y Disney Plus. La idea de ver un spin-off de 101 Dálmatas - 98% es algo que siempre interesó a muchos por varias razones que van desde la inolvidable villana de la película animada, cuya única misión en la vida parecía la de matar cachorritos para hacerse un abrigo de piel, hasta la desquiciada y bastante celebrada, e igualmente difícil de olvidar, interpretación de Glenn Close en el live-action de 1996 que la compañía hizo como sabiendo que en el futuro iba a convertir a todos sus clásicos animados en adaptaciones en el formato de acción real.

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También hay que recordar que la actriz Emma Stone siempre fue una de las favoritas de los fans de esta cinta para interpretar a Cruella de Vil en caso de que se presente la oportunidad. Todo estaba servido, listo para que Disney lo tome en consideración y al mismo tiempo pueda satisfacer el deseo de su base de fans masiva, así que por qué no hacer caso. Después de todo, si alguien podía pisarle los talones al trabajo de Close es, justamente, una Emma Stone en su mejor forma, con la capacidad de dar muchas sorpresas al tratarse de una actriz cuya carrera parece estar lejos de llegar a su fin; y no es que la de Close haya terminado, sino que es obvio que para lo que necesitaba el estudio, una actriz con la mitad de su filmografía, y por ende menos años, es lo que debían encontrar.

Desde el estreno de Cruella - 93%, la gente se empezó a preguntar si una secuela estaba entre los planes de Disney. Las razones no faltan, y no tienen que ver exactamente con la única idea de obtener más dinero para sus bolsillos (aunque sí). Esta historia de origen nos presenta a Emma Stone como Estella, una joven que busca triunfar en la industria de la moda, y que cuando era una niña perdió a su madre de manera trágica. Esto es muy importante para la resolución de la película y además para las motivaciones de la protagonista que más adelante se convierte en Cruella, y luego en Cruella de Vil, pero de la que aún sentimos que falta mucho por ver.

Una secuela, afortunadamente, viene en camino con algunos de los mismos involucrados y sabemos que Emma Stone desde el comienzo dijo que estaría interesada en volver a ser Cruella. Sin embargo, los comentarios sobre una secuela innecesaria no demoraron en llegar, y aunque entendemos el por qué, la última palabra siempre la iba a tener el estudio de Disney, el cual confirmó que la segunda parte se encuentra en desarrollo. ¿Totalmente innecesaria o, por el contrario, necesaria? Hay que reconocer que con Cruella - 93% sí está justificada una segunda parte por las razones que les explicaremos a continuación.

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¿Fue ese el final de la Baronesa Von Hellman?

Emma Thompson debería recibir casi tanto crédito como Emma Stone. La veterana actriz interpreta a la Baronesa Von Hellman con perversa alegría, creando un personaje elegante y odioso como ningún otro villano de Disney. De hecho, podemos decir que Thompson interpreta a esta villana de una forma que está mucho más de cerca a la interpretación original de Cruella de Vil en 101 Dálmatas. No es de extrañar que Thompson sobresalga en el papel porque sobresale en todo lo que hace. Cruella termina con ella enviándola a prisión, pero a la vez dejando la puerta abierta para un posible regreso. Una secuela sería la oportunidad perfecta para traerla de regreso, y más de Emma Thompson siempre es algo bueno. Además, la historia siempre puede tomar el enfoque de la relación entre ambas de una forma en la que no se exploró durante la primera película.

Cruella aún no es la villana de 101 Dálmatas

Cruella tuvo un final feliz en el que Estella finalmente derrotó a su horrible madre biológica, vengó la muerte de su madre adoptiva y finalmente se estableció con una carrera increíble en la moda después. Fue un final increíble para el personaje, que pasó de ser una ladrona común a una diseñadora de moda talentosa con un futuro prometedor, pero solo para Estella. Ese mismo final realmente no es cercano a la Cruella de Vil que apareció en 101 Dálmatas y eso nos hace sentir que la historia quedó inconclusa. Es difícil imaginarla haciendo algo tan mezquino como cazar a los cachorros de dos perros, todo en nombre de un abrigo lujoso. En última instancia, una secuela les da más tiempo a Emma Stone y a los escritores para desarrollar el personaje y desarrollar completamente su eventual giro villano.

El público aún no tiene motivos para odiar a Cruella

Al igual que Maléfica - 50%, Cruella nos presentó a alguien que anteriormente fue retratado como un villano sin corazón ni cualidades redimibles. El sentimiento que comparte una gran parte de la audiencia, es que para el final de la película definitivamente se entiende lo que ocurrió con Estella y muchos la amaron y apreciaron su personalidad fuera de lo común. De hecho, esto marcó tanto la diferencia que actualmente hay una desconexión entre ella y la Cruella de Vil que conocemos como la villana de 101 Dálmatas. La película está bien tal como está, pero el público podría beneficiarse de una segunda película que muestre la transformación y caída de Cruella que inevitablemente la pone en el camino de que estaría tan desesperada por secuestrar a un grupo de cachorros. Al final de Cruella, ella es más una celebridad que acaba de terminar la carrera de su malvada madre biológica y no el tipo de persona que seguiría sedienta de venganza. Hay tantos espacios por llenar en su historia que una segunda película suena como algo lógico.

Aún no vemos reflejado su odio hacia los dálmatas

En Cruella, entendemos por qué desprecia a los dálmatas después de que tres fueran los responsables de la muerte de su madre adoptiva. Es completamente comprensible y, dudamos que una persona amante de los perros esté feliz después de presenciar cómo una manada empuja a un ser querido por un precipicio. El problema es que realmente no vemos ese enojo reflejado en Cruella o nunca realmente dirigido a los perros. No es que deseamos ver a Cruella ser cruel con los animales de una forma exageradamente gráfica, pero la película de Disney hizo todo lo posible para mostrar que no iba a ser mala con esos perros. Esa no es la Cruella que conocemos de los 101 Dálmatas originales. Sabemos lo que tiende a hacer Disney en sus producciones y no hay que tener grandes expectativas precisamente por eso, pero eventualmente tendremos que verla, al menos, burlarse de un perro en el futuro.

¿Qué tienen que ver Roger y Anita? (¿Y Pongo y Perdita exactamente?)

Esta cinta incluyó a modo de sorpresa una escena en la mitad de los créditos que unió un poco más a la historia de Cruella con la de 101 Dálmatas. A diferencia del clásico animado, Roger y Anita apenas tienen algo que hacer en Cruella. Anita es presentada como amiga ¿o aliada? de Cruella, pero no hay mucho de su supuesta amistad, y Roger es un abogado encantador pero torpe que trabaja para la baronesa y culpa a Cruella por su eventual despido. Tanto Roger como Anita causan una impresión duradera a pesar de sus papeles reducidos, y el público definitivamente los encontró encantadores. Pero al final de la película, Cruella les envía un par de cachorros dálmatas, Pongo y Perdita, en una escena que de alguna manera se acerca demasiado a los eventos de 101 Dálmatas. Una secuela aún podría centrarse en Cruella pero darles a Roger y Anita papeles más grandes, y de una vez por todas aclarar qué es lo que está sucediendo porque nos hace pensar que Disney estaría cerca de reiniciar el clásico animado.

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