En semanas anteriores ya hemos hablado de los animes shonen que refuerzan el mito de la meritocracia y la distinción entre los maho shojos y los animes shonen en cuanto a este mito se refiere. Ahora ha llegado el momento de hablar de animes que están en contra de la meritocracia. Me parece que es buena idea reiterar lo que es el mito de la meritocracia. La palabra hace referencia a un sistema de gobierno donde la jerarquía está basada en los méritos de los individuos. En sí, hoy en día, el mito de la meritocracia se refiere a la idea de que una persona puede triunfar en la vida simplemente por esforzarse mucho y no importa que no tenga los contactos o el talento necesario. Lo importante aquí es esforzarse más que todos los demás. Eso está presente en muchos mangas shonen. Naruto, Black Clover, Haikyu, Food Wars, Hajime no Ippo, Kenichi y muchos otros son ejemplos.

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Japón es una sociedad meritocrática y esto se ve en que todas las áreas laborales son altamente competitivas y las personas literalmente trabajan hasta desfallecer o morirse. Hay una palabra para ello: Karoshi. Hay mangas shonen un poco más realistas que critican esto como Bakuman o Silver Spoon, pero la realidad es que la mayoría promueven esforzarse más allá de los límites racionales. Esto es un mito que no sólo se cree allá; en Latinoamérica hay mucha gente que se la vive pensando que si la gente no consigue cosas es porque no se esfuerza y no toman en cuenta las limitantes económicas, raciales y de género que limitan a las personas y que no tienen nada que ver con hacer méritos. En esta ocasión nos vamos a centrar en cuatro mangas y animes que de una u otra forma han criticado el mito de la meritocracia.



One-Punch Man





[Temporada] One Punch Man (2) es uno de los dos grandes animes y mangas de superhéroes de la actualidad junto con My Hero Academia. Ambos nos presentan una sociedad donde los superhéroes están jerarquizados a partir de sus méritos. La diferencia es que en el segundo eso es parte de su tono meritocrático y en el primero está para burlarse de este mito. Como bien señaló Chase Magnett de Comic Book en su artículo “One-Punch Man and the Myth of Meritocracy”:

La organización de este mundo tan familiar muestra que las pruebas y sistemas utilizados para determinar el mérito son profundamente falibles. Superficialmente se dice que todos están bien organizados según su habilidad, pero esto es transformado en el remate del chiste en cada volumen. Este chiste es más evidente en la carrera de Saitama. El One-Punch Man de la serie es mostrado como el héroe más fuerte del planeta, capaz de derrotar monstruos con un solo puñetazo, pero fue asignado a héroe de Clase-C por la Asociación de Héroes.


Y también como él señala, el principal problema es que la persona más fuerte de ese mundo, Saitama, no tiene las características deseadas en un líder ni está interesado en esforzarse. Es un personaje flojo que se la vive permanentemente aburrido por ser tan fuerte. En contraste un personaje como Mumen Rider que se esfuerza al máximo nunca va a ser el mejor porque tiene superpoderes ni nada. El mensaje es que el esfuerzo no vale nada en una sociedad enfocada en sólo premiar el mérito, y sobre todo si éste sólo se concentra en la fuerza y deja de lado otras características. Además, un personaje como King que no tiene ningún poder, pero por una confusión es considerado el séptimo héroe más fuerte, demuestra que esa jerarquía no es infalibe y se pueden colar personas no calificadas, justo como en la vida real.



Bakuman





Bakuman en sí mismo es una anomalía en el catalogo de Shonen Jump. Es un anime semiautobiográfico sobre un par de jóvenes que quieren publicar un manga en dicha revista y eventualmente tener un anime basado en el mismo. El manga fue escrito por [Persona] Tsugumi Ohba y dibujado por [Persona] Takeshi Obata , creadores de Death Note. De hecho, la historia es una versión muy ficcionalizada de la creación de este célebre manga. Lo interesante es que pintan al mundo editorial de Shonen Jump como un mundo meritocrático no muy disímil al de los mangas que publican. Los protagonistas, Moritaka Mashiro y Akito Takagi, son mostrados como la dupla que se debe esforzar mucho para derrotar a los genios que publican en la misma revista: Eiji Niizuma y Kazuya Hiramaru. El primero parece ser una versión de [Persona] Eiichiro Oda , autor de One Piece, y el segundo una combinación de Sorachi Hideaki, autor de Gintama, y Yoshihiro Togashi, autor de Hunter X Hunter.

Lo que evita que sea una historia meritocrática sobre jóvenes que se esfuerzan de manera sobrehumana para derrotar a los genios es que el karoshi es parte de la premisa de este manga. Mashiro no estaba seguro de volverse un mangaka porque su tío se murió de karoshi mientras intentaba conseguir que le serializaran un manga (un mangaka sin una serie publicada es básicamente un desempleado). El manga no idealiza esta profesión y deja claro que es estresante y mala para la salud. De hecho, Mashiro termina en un hospital por esforzarse demasiado. En Bakuman quieren que entendamos que no debemos de querer ser como los genios, sino hacer nuestras propias cosas. Ellos logran crear su mejor manga hasta que comprenden eso y que en lugar de tratar de hacer mangas shonen que evadan las convenciones, deben jugar con ellas para crear un manga único que en el fondo sea shonen. Así crean Reversi, un manga sobre la batalla entre el bien y el mal, pero centrado en el personaje maligno, justo como Death Note. Si lo pensamos este último es un ejemplo de manga shonen no meritocrático. Ambos personajes son genios y la historia es una batalla de ingenios, no de ver quien se esfuerza más para lograr sus metas.



Autobiografía de Shigeru Mizuki





Shigeru Mizuki es uno de los tres autores legendarios de mangas de la edad dorada de este medio, los otros son [Persona] Osamu Tezuka y Shotaro Ishinomori. Su obra más famosa es el manga sobrenatural GeGeGe no Kitarō. Una menos famosa, pero no por ello menos importante es su Autobiografía. En ella tiene un pequeño relato llamada “El poder del sueño”. Es una crítica a la cultura de la meritocracia y en particular al mal hábito de no dormir con tal de trabajar. Más que nada es una anécdota de cuando habló de esto con Tezuka e Ishinomori, quienes no dormían muy bien que digamos. Mizuki murió a los 93 años, los otros dos a los 60. Aquí les dejo ese cómic:

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En la época en que Tezuka e Ishinomori seguían saludables. En una fiesta de una editorial…
—Oh, ahí esta Mizuki-sensei.
—Él está comiendo bien.
—Es verdad.
—Ey, ustedes dos, ¿cómo les ha ido últimamente?
—Ocupados, trabajando todas las noches diario.
—Yo llevo dos días seguidos.
—Yo llevo tres.
—No podemos evitar reducir horas de sueño.
—Yo duermo 10 horas sin importar lo ocupado que esté.
—Yo te envidio por eso.
—Yo desearía tener tanta suerte como tú.
—Ustedes no deberían subestimar al sueño.
—Huh.
—Uno vive tanto como duerme. Cosas como la felicidad también vienen del ‘poder del sueño’.
—‘El poder del sueño’ es la raíz de todo.
—Y así, ellos murieron rápidamente.






Los isekais modernos de reencarnaciones





Seguramente se están preguntando lo siguiente ¿qué significa isekai? Es un subgénero de la fantasía japonesa muy popular en novelas ligeras, animes, mangas y videojuegos. Es básicamente el equivalente de ese país de la fantasía de portal; es decir, obras, como Las Crónicas de Narnia o El mago de Oz, en las que el protagonista o protagonistas son enviados a un mundo de fantasía, normalmente, para salvarlo de alguna amenaza. En épocas modernas este género se ha vuelto sinónimo de reencarnación. En muchísimos animes modernos la manera de viajar a otro mundo es morir. Muchos de ellos comienzan con el protagonista muriendo y reencarnando en otro mundo donde tiene una nueva oportunidad en la vida. En muchos de estos reencarnan siendo mucho más poderosos que las personas promedio y por ello pueden tener una mejor vida que en la Tierra. Se cree que el culpable de la popularidad de este lugar común es la serie de novelas ligeras y su posterior adaptación a anime Jobless Reincarnation: I Will Seriously Try If I Go to Another World (Reencarnación de un desempleado: Yo lo voy a intentar seriamente si voy a otro mundo). Esa serie trata de un hombre sin oficio ni beneficio que al ser atropellado reencarna en un mundo de fantasía con sus memorias intactas e intenta tener una vida sin remordimientos.

Lo que los hace antimeritocráticos es que, en muchos de estos animes de reencarnados, ellos llegan al nuevo mundo con alguna habilidad que les ayuda a romper las reglas de esa realidad. Lo que les permite tener una vida regalada sin necesariamente esforzarse. Ya sea teniendo una fuerza sobrenatural (Overlord, So I'm a Spider, So What?, Didn't I Say to Make My Abilities Average in the Next Life?!, y un largo etc.), una habilidad única como absorber a criaturas más poderosas (That Time I Got Reincarnated as a Slime) o revivir en un save point para elegir la ruta más adecuada (Re:Zero − Starting Life in Another World) simplemente conocimiento de tecnologías modernas que les dan la ventaja a lo A Connecticut Yankee in King Arthur's Court, de [Persona] Mark Twain (Ascendance of a Bookworm: I'll Stop at Nothing to Become a Librarian).

El punto es que los personajes no tienen que entrenar mucho para cumplir sus metas. Ellos son los elegidos que tienen las de ganar en sus nuevos mundos. Ése no es el caso de todos los isekais, pero inclusive en los que el personaje está en desventaja, suelen encontrar una forma de darle la vuelta a las cosas. Una muestra de ello es The Saga of Tanya the Evil. En ese anime un oficinista ateo es castigado por Dios por no tener fe y reencarnado en un mundo donde tenga todo en desventaja, lo cual lo obligaría a creer en Dios y pedirle ayuda. Acto seguido reencarna como una niña huérfana en una Alemania donde la magia existe y la primera guerra mundial se extendió hasta los veinte. El protagonista tiene todo en contra, pero es un genio lo que le permite subir de rango rápidamente. A diferencia de una historia meritocrática shonen. A él, ahora ella, no le interesa ser la mejor, lo que quiere es subir de rango lo suficiente para estar alejada del campo de batalla y tener una vida regalada.

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