El 30 de junio se publicó un artículo sobre la trilogía de El Señor de los Anillos que generó algo de controversia. Me refiero a “Queer readings of The Lord of the Rings are not accidents. Following breadcrumbs to find ourselves, in Tolkien’s history and his fiction” (Lecturas queer de El señor de los anillos no son accidentes. Siguiendo las migas de pan para encontrarnos en la historia de Tolkien y su ficción), de Molly Ostertag, quien es una animadora que ha trabajado en Star vs. the Forces of Evil (2015-2019), The Owl House (2020) y ThunderCats Roar (2020).
No te pierdas: El Señor de los Anillos: Errores de El Hobbit que Amazon debe evitar en su serie
Sé que a muchas personas, por alguna razón, les molesta que se haga una interpretación gay de la relación de Frodo y Sam. El asunto es que es posible. Los textos tienen y siempre van a tener muchas interpretaciones, las cuales no necesariamente tienen que ser intencionales por parte del autor. Si los textos sólo tuvieran una interpretación válida, la crítica literaria y la teoría literaria no tendrían razón de ser y Umberto Eco bien se pudo haber dedicado a otra cosa. La realidad es que la autora del artículo argumentó sin salirse demasiado del texto porque considera que esa interpretación es válida. Si el texto tiene elementos para hacerla, claro que se puede. No considero que usar el argumento de que J.R.R. Tolkien era católico y que él describió a su obra como una épica católica sean argumento suficiente para invalidar esa lectura. Tolkien en repetidas ocasiones negó que su obra fuera una alegoría de la Segunda Guerra Mundial, pero eso no ha evitado que se le haya leído como tal. En la obra hay muchos elementos para afirmar esto y para afirmar que la relación de Frodo y Sam no era una relación puramente platónica.
Lo que es verdad es que al hablar de autores o personas que nunca usaron esas etiquetas uno puede llegar a toparse con la pared del podría ser, como bien apunta Ostertag:
Sumergirse en la historia queer puede ser frustrante, debido a que muy seguido te topas con la pared de ‘nunca podremos saber con certeza’. Es truculento aplicar etiquetas modernas a personas que no las utilizaron en vida —pero las etiquetas incluyen ‘hetero’ y ‘cisgénero’ al igual que a ‘gay’ y ‘transgénero’. Todo lo que podemos hacer es observar sus vidas y estar abiertos a la posibilidad.
Dicho eso, hay otra forma de leer esa relación como parte de la comunidad LGBTQIA+ yendo más allá de lo puramente homosexual. Me refiero a que puede ser vista como una relación asexual. ¿Qué es la asexualidad? La asexualidad es un espectro, puesto que se manifiesta en varias formas, como la demisexualidad y la grisexualidad que no voy a explorar aquí porque no son relevantes para este artículo. Puede ser vista como una orientación sexual o la falta de una. Una definición usual es que es la falta deseo de realizar actividades sexuales o tener muy poco deseo. Hay personas en el espectro asexual que sí tienen relaciones sexuales, pero en circunstancias muy específicas o a razón de vínculos afectivos y románticos con sus parejas.
Algo que es importante mencionar es que eso no significa que esas personas no quieren entablar relaciones emocionales y afectivas con otras personas. No es lo mismo ser asexual que arromántico. El arromántico es justamente el que no quiere entablar ese tipo de relaciones. El punto es que se puede ser asexual arromántico y asexual romántico, de la misma forma que se puede ser sexual arromántico o romántico. Si lo pensamos el estereotipo del don juan suele ser un hombre heterosexual arromántico; es decir, un hombre que quiere tener muchas relaciones sexuales, pero ninguna afectiva con ninguna mujer.
Eso nos lleva a hablar de El Señor de los Anillos. Cabe decir que no soy la primera persona que ve desde esta óptica la obra de Tolkien. Les puedo recomendar el artículo “Asexuality and the Baggins Bachelors: Finding My Counterparts in Middle-earth” (Asexualidad y los solteros Baggins: Encontrando mis contrapartes en la Tierra Media), de Isobel Granby.
Independientemente del catolicismo de Tolkien y de que el autor, como señala Ostertag, sí simpatizó con personas homosexuales, como sería el caso de W. H. Auden, la realidad es que vivía en un período histórico en el que era peligroso ser gay o escribir cosas de esa temática que no tuvieran la intención de juzgarla como algo nocivo para la sociedad. Por lo mismo es lógico que los autores que escribían cosas de esta temática usaban múltiples técnicas para que no fuera evidente que lo eran. Una de las más lógicas es que los personajes nunca llegaran a lo carnal y que sus relaciones amistosas fueran lo suficientemente fuertes para que parecieran algo más que eso, pero con la suficiente ambigüedad para que no todo el mundo llegara a esa conclusión. Por lo mismo es posible pensar que algunos de esos personajes fueran asexuales, aunque ésa no fuera la intención explícita del autor.
Es por eso que, por ejemplo, la obra de Tolkien pueda generar la impresión que le dio a Ostertag de que el recurso de que el libro sea metaficcional sea una estrategia para que busquemos mensajes ocultos, pero para que nos quede claro que las muestras de afecto no son aleatorias, sino algo que los personajes pusieron ahí para que las viéramos y llegáramos a cierta conclusión:
También lee: El Señor de los Anillos: ¿Quién es Helm, el protagonista de la nueva película The War of the Rohirrim?
Cuando un libro se presenta como una fuente primaria en lugar de una obra de ficción, es una invitación del autor a mirar entre líneas y buscar verdades ocultas. El narrador se convierte en parte de la ficción - la historia, después de todo, es registrada por personas específicas con sus propios motivos [...] Fue una elección consciente por parte de ‘Frodo’ y ‘Sam’ incluir los muchos momentos en los que expresan amor el uno por el otro, y se lee en gran medida de la misma manera en que las personas del pasado se referían delicadamente a sus relaciones entre personas del mismo sexo: queriendo reconocer su verdad y obedecer las convenciones de la época.
Ahora yendo de lleno a la interpretación asexual del asunto. El personaje de la obra de este escritor que da la impresión de ser asexual de entrada no es Frodo. Se trata de Bilbo. Recordemos que Tolkien escribió lo siguiente:
Bilbo quería mantenerse ‘sin compromisos’ por una razón que en lo profundo de su ser él no entendía, o no quería aceptar, debido a que le alarmaba.
Hay dos formas de interpretar ese pasaje. Una es como, Ostertag, pensar que el personaje era homosexual y no quería pensar mucho al respecto. La otra es que el personaje era asexual e inclusive arromántico, pero lo veía como una anomalía y no sabía qué pensar del hecho de no tener relaciones profundas de carácter romántico con nadie. Es una reacción que algunos asexuales tienen al comprender que no son como los demás.
La principal razón para interpretarlo como un personaje asexual y arromántico es que no se muestra como que sufra por tener una pareja o no ser sexualmente activo. Vivimos en una sociedad que por mucho tiempo ha estado enfocada en la reproducción y, por ello, en la idea de que las personas que no tienen parejas están incompletas de una u otra, igual que las personas vírgenes. Por lo mismo, una idea muy arraigada es que las personas que se mantienen solteras por mucho tiempo, en realidad, son homosexuales de closet y por eso no han entablado una relación. En el mundo real, la otra posibilidad es que sean asexuales arrománticos, como parece ser el caso de Bilbo. Como bien apunta Isobel Granby:
Bilbo nunca parece estar inclinado al romance, ciertamente. Desde el principio, él vive confortablemente solo, dándole la bienvenida a los visitantes —es el anfitrión consumado, y probablemente un amigo excelente. Después de su aventura, él se asentó de nuevo para disfrutar su riqueza que acababa de ser incrementada y luego adoptó a Frodo, encontrando plenitud familiar en el rol de primo y guardián. No hay nada del vacío y sensación de estar incompleto que acompañan a muchos estereotipos de la gente soltera y, aunque sus vecinos lo consideran excéntrico, Bilbo permanece seguro y popular justo antes de su famosa desaparición en su cumpleaños 131.
Por otra parte, Frodo en contraste no es arromántico, puesto que parece tener una relación con Sam de índole asexual, o más bien que podría interpretarse como tal. Es decir, la relación homosexual que Ostertag y muchos otros lectores percibieron en la novela, pero que al no tener un carácter carnal es posible leer desde la óptica de la asexualidad y homorromántica, como señala Isobel Granby:
Frodo, por otra parte, tiene un lado profundamente romántico. Yo leí su relación con Sam como un romance sin sexo. Es extraño pensar que las mejores y más poderosas partes de su romance vienen en los puntos más oscuros de los libros, cuando han perdido toda la esperanza, exceptuando la que encuentran el uno en el otro. Dicho eso, quizá ése sea el punto… Cuando han perdido todo lo demás, ¿qué es lo que les permite sostenerse? Sam invade la torre en la que Frodo se encuentra prisionero y canta en la oscuridad y le parece escuchar ‘una tenue voz que le contesta’. Ellos se enfrentan a los peores lugares que podrían ir junto y están preparados para morir juntos. Es un amor que responde a las circunstancias más terribles creciendo más fuerte y, al final, salva al mundo —y la idea de que el amor puede salvar al mundo sin ser necesariamente sexual me inspiró de manera incalculable.
En conclusión, es bastante llamativo que Tolkien creo unos personajes que bien pudieron haber tenido un final que acabara en boda, como suele ocurrir en algunos tipos de narrativa, pero que el autor prefirió mantener como asexuales, ya fuera para velar la homosexualidad o por alguna otra razón que no somos capaces de dilucidar. Como bien observó Granby:
Este es el tipo de personas que bien podrían tener un romance heroico, si hubieran estado inclinados a ello, pero Bilbo estaba contento sin tener ningún romance y Frodo compartió un tipo diferente de amor con Sam a lo largo de su aventura y más allá. Para mí, su relación es una amista romántica, simplemente porque ese es mi ideal y me gusta pensar que lo comparto con ellos.
Continúa leyendo: El Señor de los Anillos: Por qué la serie de Amazon podría estar condenada al fracaso
Comentarios
Tomatazos (1)
Facebook
Mejores
Nuevos