R.L. Stine es llamado por algunos el Stephen King de la literatura infantil. Aquí no me voy a poner a debatir si esto es cierto o falso. Lo que sí es un hecho es que es uno de los nombres más reconocibles del horror infantil gracias a su serie de libros Escalofríos. Algo que ayudó a ser conocido en todo el mundo es la serie de televisión noventera basada en sus libros y en tiempos más recientes las películas protagonizadas por Jack Black, Escalofríos - 76% y Escalofríos 2: Una Noche Embrujada - 29%.
No te pierdas: Tim Burton y sus proyectos frustrados que nos hubiera gustado ver
Algo que indudablemente distingue a los dos autores, aparte de su demografía, son las adaptaciones cinematográficas. La primera novela de King fue Carrie, la cual se publicó en 1974. La película se estrenó en 1976. Hay que admitir que no es muy común que un autor vea su primera novela llevada a la pantalla grande así de rápido, pero la carrera del autor de Maine no es normal.
En contraste, la primera novela de Escalofríos se publicó en 1992 y se llamó Welcome to Dead House. La primera película basada en esta serie salió en 2015. Ahora hay que decir que tiene otra serie popular, sólo que ésa no es infantil sino YA, que apenas se está conociendo a lo largo del mundo gracias al éxito reciente de su trilogía cinematográfica que estrenó Netflix hace unas semanas. Sí, me refiero a Fear Street. La primera novela de esa serie, The New Girl, se publicó en 1989. En otras palabras, para la primera película de Goosebumps, tuvimos que esperar 23 años y para la otra serie tuvimos que esperar 32 años.
Hay que tomar en cuenta que, si bien de ambas hay series spin-off, y un aluvión de libros más, las series principales de ambas son noventeras y en esa década tuvieron su mejor momento. De Escalofríos se publicaron 62 libros entre el 92 y el 97. De Fear Street fueron 51 entre 1989 y 1997.
La lógica es que su hubiera intentado hacer una película en los noventa. En el caso de ambas eso sí ocurrió. Aquí me voy a centrar en Escalofríos. Sabemos que Tim Burton había sido contratado para producir una adaptación de la serie de novelas infantiles. No sabemos exactamente en que año pasó eso, pero sabemos que fue en los noventa. En algunas entrevistas, Stine ha dicho que fue en el 94 o 95, que fue el momento cúspide de estos libros. Según se sabe, en algún momento Fox la tuvo en su calendario de estrenos con la fecha tentativa de octubre de 1996. Cabe decir que la serie de televisión se transmitió del 95 al 98.
¿Qué sabemos de esta posible versión de Burton? Que no llegó muy lejos. En una entrevista para CinemaBlend en diciembre de 2018, el escritor reveló que se reunió con el famoso director; conversaron y todo parecía ir muy bien y luego absolutamente nada pasó. ¿Por qué? Eso debió a que el director estaba ocupado realizando otra película que nunca llegó a ser: Superman Lives con Nicolas Cage. Esto es lo que dijo en esa ocasión:
Teníamos un trato para hacer una película de Escalofríos y no te puedo decir qué año era. Era en la cúspide de escalofrías, en el 94 o 95, por esa época, y en realidad teníamos un trato con Fox para hacer una película y Tim Burton iba a ser el productor. Tuvimos una gran reunión y yo pensé: ‘Oh, esto va a ser genial. Tim Burton y Escalofríos. Va a ser grandioso’. Tuvimos una agradable reunión con él y nos la pasamos muy bien y hablamos sobre que deberíamos hacer y luego nada pasó. Es una historia típica allá afuera, ¿verdad? Él se involucró en un Proyecto de Superman que tampoco llegó a pasar. Él iba a hacer Superman y luego nunca volvimos a saber de él. Ese fue el fin de ese asunto. Yo pienso que íbamos a hacer una nueva historia, pero usando algunos de los elementos. Pero nunca llegamos tan lejos, ¿tú sabes?
En esa época iban a hacer una historia original con algunos elementos de sus libros. Cabe decir que en una entrevista más antigua, que dio para The Wrap en octubre de 2015, Stine había dicho que el problema fue el guión o la falta de uno que les gustara, así como el hecho de no saber en qué libro centrarse.
Tuvimos un trato para una película hace unos 20 años en la cima [del éxito] de Escalofríos en los noventa. En esa época, Tim Burton supuestamente iba a ser el productor. Pero no pudimos conseguir un guión que nos gustara ni pudimos decidir qué libro o monstruo usar, así que pereció. Habían 17 o 18 guiones y yo le perdí la pista al asunto porque estaba ocupado escribiendo los libros.
Justo en esa ocasión dijo que, en su opinión, lo que permitió que la del 2015 existiera fue centrarse en varios monstruos y no en una historia en particular.
Lo interesante es que ahora sabemos que hubo un momento en el que sí se tuvo la intención de adaptar uno sólo de los libros. Y no fue cualquier persona la que quería hacer esto, sino uno de los directores de terror más legendarios: George A. Romero
También lee: Guillermo del Toro: sus películas favoritas de George A. Romero
El grupo de investigación University of Pittsburgh Library System's Horror Studies descubrió un guión de Escalofríos del mismísimo Romero. Revelaron sus hallazgos a principios de este mes. Como ya se dijo no se sabe con certeza absoluta en qué año ocurrió esto. Podría ser que el guión de este cineasta sea uno de los múltiples que no quiso elegir Burton. También podría ser algo que ocurrió antes de que este último director se involucrara.
Lo que sí sabemos es que Romero había elegido adaptar la primera novela de Escalofríos: Welcome to Dead House (1992). Es una novela de zombies, así que tiene sentido que le haya interesado. La novela se centra en una familia que se muda a un pueblo. Los habitantes son muertos vivientos que necesitan la sangre de una nueva familia cada año para poder seguir sobreviviendo. El legendario director le había dado su toque personal al proyecto:
Romero conserva el escenario básico y todos los nombres de los personajes principales, pero modifica la historia de maneras reveladoras. En el libro de Stine, la zombificación ocurre, a la Return of the Living Dead, porque un misterioso gas que se escapa de una fábrica local. Romero hace más enfáticos los orígenes capitalistas: el patriarca del pueblo, el acaudalado Foster Devris, en su muerte ha poseído al pueblo. El estado de muertos vivientes que experimentan los residentes viene un poder sobrenatural que Devries ha compartido / impuesto a la ciudad. Romero reimagina a Dark Falls como el último pueblo compañía, en el que los habitantes dependen por completo de su jefe para su continua existencia como muertos vivientes, pero el alcanze de sus nuevas ‘vidas eternas’ está altamente circunscrito y limitado a lo que Devries permita. Eso significa quedarse en los límites de la ciudad y alimentarlo con una nueva familia cada año. A diferencia de la versión de Stine, el peligro aquí no es que los habitantes simplemente los quieran matar y vaciarles la sangre, sino que van a ser forzados a unirse al pueblo y ‘vivir’ según los requerimientos del mismo. Eso quiere decir una perdida de independencia, sin posibilidad de autodeterminación […] El pesadillesco escenario de Romero aquí involucra no ser asesinado y comido, sino esencialmente tener un trabajo horrible que te mata el alma.
Además de eso, este jefe malvado y capitalista iba a ser uno de los tópicos que Romero siempre quiso utilizar en sus películas, pero nunca lo hizo; es decir, una casa viviente y parasitaria:
Había una cantidad de escenarios de terror a los que Romero regresaba constantemente a lo largo de los años, pero nunca llegaron a estar en un filme terminado: Pie Grande, golems, monstruos de Frankenstein, etc. Su versión de Escalofríos retoma una idea que él había desarrollado por años en un proyecto llamado Apartment Living que estuvo muy cerca de ser producido en los ochenta, y al que regresaría de nuevo: una casa que está viva, y que se alimenta de sus habitantes.
Sólo que en esta versión particular más que ser una casa viva es una casa no muerta, vampírica, quizá, que se alimenta de sus habitantes y luego los revive como zombies para unirse al pueblo. Escapar en un escenario así implica derrotar al jefe, pero también a los empleados leales que están contentos con su nueva “vida” y su nuevo salario: una inmortalidad putrefacta.
Esta metáfora no se iba a limitar sólo a la relación del hombre capitalista que controla a sus empleados/zombies con una nueva forma de salario (inmortalidad). También iba a explorar la idea de que ser mano de obra es algo que se le impone a los hijos sin pensar que pueden haber otras posibilidades. Ese es el caso del jefe de los empleados/zombies Compton Dawes y su hija Karen. En la película, una vez que han derrotado a la casa / Devries, ella y los otros niños le piden disculpas a los protagonista y les revelan que justamente estaban en ese ciclo de empleador/empleado porque simplemente siguieron las enseñanzas de sus padres, pero no debieron hacerlo y les agradece que los hayan liberado, lo cual aquí se traduce en por fin ser libres y morir.
El guión de Romero que nunca se produjo era básicamente un análisis de la relación empleador/empleado en el Estados Unidos de los noventa, así como sus otras películas de zombies lo eran del capitalismo en otras décadas:
A Romero le gustaba hablar de sus películas de zombies como que hacían balance y analizaban cada década de Estados Unidos. Ésta no era una secuela de Night, Dawn ni Day, pero era una película de zombies. Y en este regreso a los zombies, Romero hizo una verdadera pesadilla infernal: estar atrapado en un trabajo horrible con un jefe autoritario por el resto de la eternidad. A su manera, ese guión parece tan incisivo y perspicaz sobre la América de los noventa como sus predecesores lo fueron sobre sus respectivos tiempos, capturando algo visceral sobre las crecientes demandas que los empleadores hacen a sus trabajadores y la peligrosa precariedad que yace debajo de una superficie llena de prosperidad aparente.
Continúa leyendo: Directores que han criticado los remakes de sus películas
Comentarios
Tomatazos
Facebook
Mejores
Nuevos