Ver una película de terror, sea cual sea el formato, es una experiencia divertida cuyo objetivo primario es acelerar nuestro ritmo cardiaco por unos instantes y dibujar una sonrisa en nuestro rostro cuando nos percatamos que hemos sido víctima de las artimañas del director. Al final, nos sentimos aliviados cuando las luces de la sala de cine se encienden o los créditos comienzan a rodar en la pantalla de nuestro hogar, recordándonos que todo es ficción y que ese fantasma, demonio o asesino no puede ocasionarnos ningún daño. Pero, de vez en cuando, emerge una película que trae a la conversación temas que incomodan a la sociedad, los coloca bajo un filtro de horror y coloca un mensaje profundo que invita a la reflexión, recordándonos que las peores atrocidades están en lo cotidiano y que las bestias más despiadadas pueden estar bajo la piel de tu vecino, aquel extraño con el que te cruzaste en una avenida o tu mejor amigo. Es así que llegamos a Espíritus Oscuros - 73%, un drama con elementos de horror que difícilmente te dejará indiferente.
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Espíritus Oscuros está dirigida por el cineasta estadounidense Scott Cooper, al que se le recuerda mayormente por el drama Loco Corazón - 91% y también está producida por uno de los expertos del género: Guillermo del Toro. La trama sigue a Lucas Weaver (Jeremy T. Thomas), un niño tímido y reservado que despierta la atención de su profesora (Keri Russell) después de leer un cuento en clase que parece ser una metáfora sobre los abusos que sufre en casa. Esto desencadenará una investigación por parte de la docente y su hermano (Jesse Plemons), un miembro importante del cuerpo policiaco, para tratar de ayudar al infante sin saber que este esconde un secreto más siniestro de lo que aparenta, un secreto que parece tener relación con una serie de violentos asesinatos que azotan súbitamente el pequeño pueblo donde viven. Como dato curioso, la película está basada en un cuento corto titulado “The Quiet Boy” escrito por Nick Antosca , que también se encargó de desarrollar el libreto de esta expansión.
Después de una larga espera de casi dos años, la cinta de Cooper llega a salas nacionales e internacionales este fin de semana. En Tomatazos ya hemos sido parte de la experiencia y a continuación te daremos a conocer nuestro veredicto.
Uno de los puntos fuertes de Espíritus Oscuros - 73% es su uso de metáforas visuales para abordar problemáticas sociales como las adicciones o la violencia intrafamiliar de forma sutil y accesible para que todos en la audiencia puedan captarlos. Este recurso cinematográfico nos invita a descodificar lo que se ve explícitamente en pantalla y atribuirle un significado, invitándonos a realizar una profunda reflexión cuando ya tenemos listas las conjeturas en nuestra cabeza.
La dirección de Cooper es increíblemente apropiada para ser su primera película de terror, creando una atmósfera perdurable de misterio con tomas largas de rincones oscuros que estimulan la mente del espectador al mostrar muy poco de lo que se encuentra ahí. Esto probablemente no suena tan bien puesto en palabras pero a la hora de ser ejecutado desemboca en escenas brutales capaces de quitarle el sueño a la persona más valiente. Mientras tanto, el guión de Antosca podría ser comparado con un paseo sobre una carretera sinuosa: por momentos conduce la historia con mucha clase y estilo hacia una meta clara hasta que comienza a pecar de ambicioso, colocando pequeñas semillas narrativas que no concluyen en nada y llenan de curvas insufribles su recorrido.
En el apartado de las interpretaciones, el joven Jeremy T. Thomas hace muestra de un despliegue actoral camaleónico: es inquietante, conmovedor o entrañable según se requiera. Keri Russell tampoco decepciona, su mirada melancólica y su voz apagada consiguen poner al espectador en el lugar emocional nada agradable donde se encuentra su personaje. Pero, mientras Rusell y Thomas realizan un trabajo eficaz para mantenernos comprometidos con la historia, Jesse Plemons lamentablemente se queda atrás con una de las actuaciones más blandas e inexpresivas de toda su carrera, aunque tampoco es que el guión le de mucha tela de donde cortar, con diálogos breves y ocasionales que no hacen ningún esfuerzo por desarrollar a fondo su personalidad a pesar de tener un pasado doloroso sobre el cuál se podría haber indagado.
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Con respecto al principal atractivo de este filme: la criatura conocida como Wendigo, su diseño es intimidante, grotesco y original, una figura extraída directamente desde tus peores pesadillas con un trasfondo folklórico bien cimentado que nos permite conocer su origen, sus hábitos y sus debilidades. Si bien aparece poco a lo largo del metraje, esas escenas recompensan con creces la paciencia del público y lo posicionan como uno de los monstruos del cine de horror más interesantes de los últimos tiempos.
Mientras la historia fluye orgánicamente en los primeros dos actos, estoy seguro que el tercero va a polarizar las opiniones de aquellos que acudan a verla. En mi opinión toda la construcción atmosférica y de personajes se ve obstaculizada por un final anticlimático, donde las limitaciones presupuestales alcanzan a la visión de la producción y se opta por cortar todo de forma abrupta. Los arcos dramáticos tampoco se cierran de forma satisfactoria, confían en el espectador para que este deduzca a donde se dirigen los personajes que sobreviven pero es imposible hacerlo cuando la información previa no es lo suficiente sustanciosa para llegar a ese punto. Sin embargo, estoy consciente de que también puede haber gente que resuene con este o que no necesite de más para sentir que la experiencia está completa, dejándose sacudir sin oposición por el impactante giro final.
Finalmente, la nueva película de Scott Cooper es un aporte valioso para el género, hecho con corazón y con una voz lo suficientemente fuerte para grabarnos su mensaje urgente. Tiene defectos y estos son demasiado evidentes como para pasarlos por alto pero, poniendo las cosas en balanza, sus aciertos son lo suficientemente sólidos como para mantenerla de pie y con dignidad. No se dejen engañar por su título en español, en Espíritus Oscuros - 73% no encontraras un fantasma al fondo de un pasillo oscuro o un demonio aterrorizando una familia, aquí el horror es puramente terrenal, extraído de aquellos problemas sociales duros e incomodos de los que se evita hablar como la violencia intrafamiliar o el abuso. Y sí, el resultado es todavía más aterrador que la ficción.
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