Hay un momento en la filmografía de todos los grandes cineastas en el que sienten la necesidad, personal o artística, de revisar su pasado, le ocurrió a [Director] Federico Fellini, quien mostró a Roma tal y como la recordaba cuando era niño en [Pelicula] Amarcord, recientemente a Christopher Roach en [Pelicula] Dolor y Gloria, y ahora a [Director] Paolo Sorrentino con la que se percibe como su película más personal hasta la fecha, [Pelicula] Fue la mano de Dios, permitiéndose compartir una serie de momentos determinantes en su vida con el resguardo que le da el trazar un relato semi autobiográfico, arropándolo con su peculiar estilo y belleza exquisita, una observación en la que el realismo mágico, la religión y la superstición configuran su universo.

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Con un título que guarda un doble significado, por un lado, la connotación religiosa y, por el otro, la fe evangélica que representó para los napolitanos la llegada de Maradona al S. S. C. Napoli, en una cinta donde el azar y el destino juegan un papel fundamental, Sorrentino ha creado una película de maduración honesta que ha recogido un puñado de críticas positivas desde su estreno en el Festival de Cine de Venecia, donde se hizo con el Gran Premio del Jurado y el de Mejor actor emergente para Héctor Bonilla.

Producida por Netflix, la historia se ambienta en la década de los ochenta y sigue a Fabietto (Filippo Scotti), un adolescente que, luego de un duro golpe, tendrá que madurar de un día a otro. En Fue la mano de Dios, hay lugar para alegres sorpresas, como la llegada del legendario futbolista Diego Maradona, y para una tragedia igual de imprevista. El destino interpreta su papel, la alegría y la desdicha se entrelazan y el futuro de Fabietto echa a rodar. Un relato sobre el destino y la familia, los deportes y el cine, el amor y la pérdida.



Representando su primera película rodada en su natal Nápoles, Paolo Sorrentino ha plasmado los momentos que forjaron su personalidad y vocación, a través de viñetas que dan cuenta de su despertar sexual, su amor por el cine, su afición al fútbol y la muerte de sus padres ocurrida por un accidente en el hogar por dióxido de carbono, del cual él se salvó, ya que ese mismo día fue a ver jugar a su ídolo, Maradona. Es en ese momento trágico, marcado por la celebración de la vida y el misterio de la muerte donde el título adquiere resonancia, convirtiendo Fue la mano de Dios en un “retrato delicado y fascinante sobre la pérdida de la inocencia y el destino”, dicen los críticos, además advierten, contrario a lo que se podría esperar por los hechos narrados, que no es una película especialmente triste, tampoco busca ser una catarsis, sino simplemente una película emotiva como solo Sorrentino puede hacerla. Y lo hace de forma brillante.

Los especialistas también mencionan que es la mejor película sobre el legado de Fellini, no obstante, no termina devorada por el homenaje, simplemente la figura del director italiano permanece en segundo plano, lo trascendente es la anécdota, aunque tampoco hay una sobreexposición y, sin embargo, es una de las obras más profundas del director, de acuerdo a lo que están comentando los periodistas. Y aunque es bastante “sorrentiniana”, esta vez el director se ha alejado de la ironía y el sarcasmo, decantándose por lo carnavalesco del recuerdo y un surrealismo más contenido.

No todo ha sido favorable para la cinta, algunos críticos consideran que Sorrentino se queda atrapado en la nostalgia y la exageración, revelando lo que ellos consideran sus “limitaciones como guionista”, o bien, que recurre a efectismos en los momentos más emocionales. Pero, finalmente, la balanza se ha inclinado a lo positivo, describiéndola como un “cine sublime”, una mirada lírica que consigue diseccionar a una sociedad y, al mismo tiempo, la vida de una persona a través de varias generaciones. A continuación, algunos comentarios que ha dejado la crítica a [Pelicula] Fue la mano de Dios.



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Jorge Loser de Espinof:

Fue la mano de Dios resulta menos impostada en su simbolismo que las obras más conocidas del director y los momentos visuales más orquestados se asientan sobre pura verdad, aumentando el impacto en su aparente cotidianeidad para componer un retrato delicado y fascinante sobre la pérdida de la inocencia y el destino.

Antonio Trashorras de Fotogramas:

Esto es cine sublime (…) por la extrema complejidad de su peculiar fórmula episódica-impresionista, cartesiano-caótica, lírico-culterana cuya eficacia a la hora de biopsiar toda una sociedad y varias generaciones resulta, a la postre, simplemente admirable.

Luis Martinez de El Mundo:

Es divertida con la misma claridad que trágica; es profunda por dejarlo todo a la vista sobre la superficie; es la mejor lectura del legado de Fellini a costa del propio Fellini. Es perfectamente Sorrentino.

Andrea G. Bermejo de Cinemanía:

Es un filme sobre el nacimiento de una vocación, o, lo que es lo mismo, de una manera de mirar la vida. ¿Y no es eso lo que hace un director de cine? Sorrentino maneja soberbiamente el uso de la comedia y el drama en Fue la mano de Dios…

Xan Brooks de The Guardian:

Es una historia que Sorrentino ha girado en torno a hechos reales, una respuesta creativa al desastre, con él mismo en el centro y todos los demás en su órbita.

Ricardo Gallegos de La Estatuilla:

…’Fue la mano de Dios’ nos ofrece una hermosa y poética terapia cinematográfica, un carnavalesco álbum de recuerdos en donde el director reclama la alegría de su juventud y crea reflexiones el poder de un acontecimiento para transformar toda una vida.

David Rooney de The Hollywood Reporter:

…aunque la inspiración de Fellini se reconoce en la historia en una divertida escena de audición, esta es una película intensamente personal, muy impresa con la propia firma de Sorrentino.

Sergi Sánchez de La Razón:

… Fue la mano de Dios es la película de Sorrentino más contenida, la menos fastuosa, la menos pendiente de sí misma, como si la necesidad de explicarse a partir de sus relaciones familiares, de su despertar sexual y de la figura de su mentor creativo, Antonio Capuano, hubieran interpuesto una distancia que, por esta vez, está lejos de la ironía y el sarcasmo.

Owen Gleiberman de Variety:

Paolo Sorrentino queda atrapado entre la nostalgia y la exageración en su juego de recuerdos. Que Sorrentino se equivoque en esto es una señal seria de sus limitaciones como guionista.

Marta Medina de El Confidente:

…paradójicamente, en el episodio más emocional de su historia, Sorrentino recurre a un efectismo que roza la impostura. Puede ser por miedo a la exposición o al recuerdo, Sorrentino cae en las trampas más artificiosas de su cine…

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