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Sundance 2022 | RESEÑA | Navalny: el hombre que asusta a Vladimir Putin

Aunque se trata del perfil del opositor político del presidente ruso, la caracterización que hace de él en contraste es algo que rara vez vemos en los medios.

Con la creciente tensión en Ucrania entre países de Occidente y Rusia, Navalny no pudo ser más oportuno para recordarnos sobre la política de ese último país. Este documental, que se estrenó como parte de la programación del Festival de Sundance 2022, es un perfil del opositor de Vladimir Putin que fue misteriosamente envenenado hace dos años. El filme examina el caso al mismo tiempo que nos presenta por qué causa tanta incomodidad al régimen del Kremlin.

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Dirigida por Daniel Roher, Navalny toma su nombre de Alexei Navalny, un político ruso que se volvió mundialmente famoso tras sobrevivir un intento de asesinato en agosto de 2022 y quien realiza movimientos en contra del mandatario actual. El documental es un perfil de su carrera, así como el seguimiento que él mismo y un par de periodistas europeos hicieron del envenenamiento que sufrió y la investigación que buscó dar con los responsables. Todo esto con un retrato del lado más autoritario de Vladimir Putin, presidente de Rusia, de fondo.

Aunque la película trata de distanciarse de su protagonista, para permitir cierto grado de imparcialidad, casi siempre regresa a él para discutir los hechos. No obstante, el trabajo de Roher es efectivo en usar esta historia en particular para hablar tanto de él como persona y político como del carácter fascista y las mañas autoritarias de Putin en general y por contraste. Pese a que el presidente ruso no aparece, su figura sí se asoma por el relato como una de antagonista y no con falta de razón.

En su mejor momento, Navalny funciona como thriller criminal durante el segmento en el que él y dos periodistas deciden investigar su envenenamiento y construyen un plan para que el ruso mismo llame por teléfono a los sospechosos del caso. Sin adelantar mucho, la cámara coloca al espectador en la habitación junto a estos protagonistas cuando uno de los implicados cae en la trampa y acaba por revelarle a Alexei que, en efecto, miembros del Servicio Federal Ruso lo siguieron por semanas para aprender su comportamiento y eventualmente administrarle el químico que casi cobra su vida.

Más allá de la reconstrucción de los hechos y la investigación, el documental hace algo que no hemos visto hasta ahora y eso es enmarcar a Putin como alguien temeroso de sus oponentes. Esto se refleja en el material que el filme recupera, primero del presidente ruso hablando sobre él sin siquiera usar su nombre y, luego de hacerse público el vínculo entre su administración y el intento de asesinato, al usar tanto a los medios como a la policía para ridiculizar el caso y reprimir las protestas a favor de Navalny.

Con frecuencia, y como recientemente hizo, Alex Gibney con su documental Citizen K - 93% (disponible en Prime Video) sobre Mikhail Jodorkovsky, un empresario que ha sido otro enemigo de Putin y que acabó también encarcelado por él, mostrar al mandatario ruso desde su corrupción y autoritarismo ayuda a consolidar el miedo que muchos de sus ciudadanos, y otros de países, le tienen y del cual él se beneficia. Este nuevo material, en cambio, lo retrata como temeroso que Navalny y consciente de que su propio pueblo se le está saliendo de control.

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Este efecto proviene del carisma de Navalny. Hay un par de ocasiones en las que él mismo hace bromas sobre su envenenamiento, no se muestra asustado y constantemente se burla de Putin y su fallido intento por asesinarlo. Esto ayuda a presentarlo como alguien valeroso y simpático. Las pocas ocasiones en las que se revela como alguien preocupado por su imagen, cuando una de las encargadas de sus relaciones públicas le pide tratar de verse menos enojado, o cuando se le encara por su participación en una marcha en la que se reportaron neonazis, esto queda enterrado, debido a la poca habilidad del director para hacer las preguntas correctas y por el talento del protagonista para presentarse como un hombre cualquiera. Es fácil entender cómo su personalidad se ha ganado tanto apoyo en comparación a la más rígida presencia mediática de Putin.

La película recuerda a otro título que debutó en Sundance hace dos años llamado Assassins, documental de Ryan White que investigó el asesinato, también a través de un agente químico, de Kim Jong-nam, hermano de Kim Jong-un, actual líder de Corea del Norte. Ese filme revela el alucinante y elaborado plan de los norcoreanos por engañar y entrenar a dos jóvenes mujeres y aspirantes a actrices para llevar a cabo el golpe bajo la farsa de que estaban rodando un programa de bromas para televisión. La cinta, que es mucho más rica en términos de fuentes y su enfoque en la investigación, está disponible en HBO Max y sobra decir que, en relación a está otra historia, se complementa muy bien por sus similitudes.

Navalny gana al usar este caso individual para explicar en general el férreo control que Putin tiene sobre Rusia, así como por su mirada más burlona que asustadiza ante sus tácticas de guerra sucia. Si quieren conocer al hombre que más miedo infunde en el presidente ruso, es un buen punto de partida con momentos dignos de un thriller, pero pudo usar un poco más de investigación y firmeza. La película es un título original de HBO Max así que pueden esperarla allí, aunque todavía no tiene fecha de estreno.

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