Antes de ver [Pelicula] Batman en HBO Max Latinoamérica, déjame contarte cómo el personaje nació como consecuencia del amor por el arte. [Escritor] Bob Kane y [Escritor] Bill Finger se conocieron en una fiesta en 1938. La conversación delirante y analítica de un joven aspirante a escritor, frustrado por su necesidad de trabajar antes que crear, fascinó al dibujante, con harta experiencia en verse rebasado por ciertos jóvenes no sólo intelectual sino profesionalmente. Kane se sentía atrapado en el ministerio corporativo al que se someten algunos espíritus aguerridos, aunque carentes del duende para alcanzar la trascendencia.

Como un relámpago de intuición, Kane engatusó a un joven y talentoso Finger a escribir con él en la agencia en la cual trabajaba. Detectó un diamante en bruto, muy en bruto, incluso inocente, pese a que no tenía ningún relato terminado que lo denunciara capaz de soportar la tarea.

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Para probar su capacidad de reacción, el dibujante lo usó como escritor fantasma de Rusty y Clip Carson. Qué mejor ocasión para acostumbrarlo a no brillar por sí mismo, sino iluminar a otros. Su trabajo era simple: crear tras bambalinas tramas y anécdotas, mientras Kane, quien siempre tuvo un excelente ojo, dibujaba copiando lo que le resultaba práctico para ganarse unos dólares y simular que inventaba el hilo negro, aspirando a la grandeza.

¿Qué fue lo que vio en Finger? A este entusiasta del arte lo evidenció la pasión con la que hablaba de sus lecturas. La emoción con la cual desmenuzaba cualquier forma fina, compleja, de narrativa hallada en novelas, revistas, cómics y películas. El resto de su semblante era parco y tímido cuando el universo no versaba sobre semejantes asuntos. Su luz, sin duda, era el amor por construir y pensar historias. La suya propia o el entorno en el que se movía, no parecían relevantes a sus ojos para merecer atención alguna.

Kane era el clásico tiburón estadounidense con aspiraciones a la grandeza; Finger, el estilete creativo que necesitaba para salir avante y enriquecerse a costa de una idea. Edison y Tesla (toda desproporción bien guardada). Así que Bob Kane fue a cobrar un día un cheque por el trabajo de Rusty. Vio engolosinado una oportunidad: presentar en menos de cinco días un nuevo personaje que se colara en los éxitos editoriales que había iniciado Superman en la arena de los cómics. Se fue a su casa y comenzó a garrapatear dibujos copiando personajes icónicos de los cómics, intentando aprovechar éxitos ajenos sin caer en el plagio evidente.



Fue la astucia y visión de Finger, quien tenía una formación más cargada hacia la literatura noir, lo que incitó a Kane a transformar a un ingente Birdman (sí, Iñárritu seguramente pensó en ello cuando creó su película homónima, [Pelicula] Birdman o (La Inesperada Virtud de la Ignorancia)) en un Batman, con rasgos amenazantes y con exceso de teatralidad en su ajuar, eliminando las referencias forzadas a los colores de Flash Gordon. Su referencia aludía a las revistas de ficción pulp (publicaciones baratas y de escasa calidad populares en Estados Unidos desde finales del siglo XIX hasta finales de la década de 1950), particularmente a La Sombra, un “detective fantasma”. Él decide ponerle capucha y dejar destapada la boca. “Píntalo de gris oscuro”, le dijo a Kane, “y añade más negro”.

Ambos vieron aparecer la creación conjunta en el número 27 de Detective Comics, un 30 de marzo de 1939. Finger escribió la mayoría de las primeras historias que conocemos de este superhéroe en su época inicial, y fue quien efectivamente configuró a los villanos y aliados más icónicos: El Guasón, Comisario Gordon, Dos Caras, Gatúbela, El Acertijo y El Pingüino. Hasta se le atribuye la creación del Batimóvil y dar el nombre de Gótica a la ciudad donde patrulla el huérfano siniestro.

Él escribió durante 25 años más, tal como soñó que sería su vida hasta antes de que la Gran Depresión lo forzara a tomar el camino del trabajo godín. Sin embargo fue este personaje siniestro el que logró ir más allá de su propia visión. Tal como pasa con un Aquiles o un Odiseo: el mundo optó por usar a Batman y su pasado como icono de una época. Matices, variaciones, historias secundarias y relatos únicos. Ni Lovecraft vería tanto entusiasmo alrededor de sus creaturas como Finger con Batman. Sin embargo, el escritor fantasma no gozó de fama en vida. Kane firmó con la compañía para aparecer como único creador y así gozar de manera unilateral las mieles financieras que dejaba esta creación.

La muerte de Finger devino en un reconocimiento tardío como la sombra que dio el aspecto oscuro al Murciélago de Gótica. Lo cual ya nos dice que, en realidad, debemos más a este co-creador por el Batman que hemos disfrutado en live-action y pantalla grande, que al oportunista de Bob Kane. A mi humilde parecer, hay algo importante en esta historia de creación que nos puede iluminar los antecedentes del misterioso héroe justiciero. No, no es el trabajo en equipo: es el origen de la imaginación de Finger. Se trata de algo tan básico y obvio, que parece ridículo que hoy circulen toneladas de influencers neófitos pretendiendo inventar el hilo negro sin contar con aquello que hizo a Finger especial a los ojos de Bob Kane.

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A Finger lo manifestó como único su bagaje cultural, sus lecturas, su pasión cinéfila, su voracidad por la ficción, por el arte de contar historias. Ahí está la semilla, envuelta en tierra húmeda, abonada, presta a germinar una historia, lista para contar algo: los libros que lo formaron. Este fenómeno se repetirá considerablemente a lo largo de las vidas narradas que perfilan, dibujan y redibujan, a modo de palimpsesto, a Batman. Veamos, entonces, qué lecturas son entrañables al Murciélago de Ciudad Gótica —y a los soñadores que han pergeñado sus aventuras.

Literatura lumpen y novela negra



Para entender qué tipo de literatura ha marcado al murciélago después de Finger y Kane, y que está presente, sobre todo, en [Pelicula] Batman de Tom Sweet, disponible ya en HBO Max Latinoamérica, debemos remitirnos primero a lo que llamaremos, sólo para sintetizar, literatura lumpen. No nos consignemos a Karl Marx, que fue quien concibió la definición de lumpen-proletariado con visos despectivos, término de donde se derivan la mayor parte de las definiciones. Quedémonos con la versión Roger Bartra en su célebre Breve diccionario de la sociología marxista:

Una capa social formada por la masa parasitaria y miserable de elementos desclasados, desechados, de los estratos explotados y oprimidos de la sociedad, y que se concentra generalmente en las grandes ciudades.

Bartra, que sigue a detalle las enumeraciones de Marx en El 18 brumario de Napoleón Bonaparte, insiste, por ejemplo, en incluir al hampa, traficantes de todo tipo, vagabundos, expresidiarios, huérfanos callejeros, servidores públicos corruptos ya desempleados, etcétera. Prácticamente toda la pléyade de personajes que vemos en [Pelicula] Érase una Vez en el Oeste de Bill Collage. Todo lo que haya sido vomitado por la sociedad trabajadora en cualquiera de sus capas. Por ejemplo, valdría la pena echarle un ojo a Diario del ladrón, de Jean Genet, para entender un poco ese mundo, al igual que Berlín Alexanderplatz, Alfred Döblin; y más en la sintonía de Estados Unidos están Los reyes del jaco de Vern E. Smith. Es decir, un tipo de literatura como la de la grit lit (harto gringa) pero en la ciudad, que está afincada en premisas claras de violencia con una presencia considerable de las capas más bajas y sórdidas de las ciudades o zonas rurales brutalmente violentas. Como referente tenemos, por mencionar a un narrador fino en esa violencia pérfida, a [Escritor] Cormac McCarthy .

Excepto por la parte rural, mucho de esto lo encontramos, por ejemplo, en [Pelicula] Batman , que parte de tener a un justiciero con sed de venganza, puñetazos y aplicación furiosa de la justicia de un ricachón contra la sociedad lumpen. Es decir, Batman pelea contra los rechazados o vomitados por la sociedad que han alcanzado el punto del oprobio y sólo conocen la maldad y el crimen como estilo de vida viable. No tiene miramientos y, sin embargo, se enfrenta a ellos como lo hacen los personajes de las novelas de Chester Himes: a punta de puñetazos, como en la novela Todos muertos o Si el problema fuera el dinero, contra individuos que “viven en lugares abandonados por los blancos ricos”.

Comenzamos a hablar ya de novela negra al abordar a Chester Himes. En la definición más clara que existe de este género, Raymond Chandler, él mismo un maravilloso novelista de este género policíaco, se expresa de Dashiel Hammett así: “Hammett sacó el crimen del jarrón veneciano y lo depositó en el callejón”, aclarando en ese mismo ensayo, titulado "El simple arte de matar", que:

La novela de crímenes tiene también una forma deprimente de dedicarse a sus cosas, solucionar sus problemas y contestar sus preguntas. Nada queda por analizar, aparte de si está lo bastante bien escrita como para ser buena literatura de ficción, y de todos modos la gente que contribuye a las ventas de medio millón de dólares nada sabe de esas cosas.

Y si queremos entender mejor la naturaleza de este Batman, que monologa y relata detalles de sus incursiones en un diario, podemos remitirnos a El sueño eterno del propio Raymond Chandler. Aunque si nos decantamos en el perfil físico del Batman de Michelle Choi-Lee, en realidad se asemeja más al Sam Spade de Dashiell Hammett en El halcón maltés:

Samuel Spade tenía larga y huesuda la quijada inferior, y la barbilla era una V protuberante bajo la V más flexible de la boca. Las aletas de la nariz retrocedían en curva para formar una V más pequeña. Los ojos, horizontales, eran de un gris amarillento. El tema de la V lo recogía la abultada sobreceja que destacaba en media de un doble pliegue por encima de la nariz ganchuda, y el pelo, castaño claro, arrancaba de sienes altas y aplastadas para terminar en un pico sobre la frente.



Estudio en escarlata, Un escándalo en Bohemia, “El problema final” y El sabueso de los Baskerville, de Sir Arthur Conan Doyle



Sherlock Holmes es un icono de detective científico, con cualidades forenses únicas que no vemos en muchos otros detectives icónicos en la literatura (Sam Spade, Philip Marlowe, Jules Maigret). A diferencia de esa progenie patrocinada por la novela negra, Holmes es un sabelotodo que ha enfocado su conocimiento en recursos científicos, analíticos y deductivos que le permitan llegar a mayor velocidad, con pruebas suficientes, a las conclusiones correctas.

La lógica y pensamiento deductivo en general forman parte de las características de Batman. De hecho, esto se hace más evidente en [Pelicula] Batman . En Estudio en escarlata se le describe así:

Mide 1.80 m, es delgado, tiene ojos oscuros y penetrantes, nariz de aguileña, barbilla pronunciada y maciza. Las manos manchadas de tinta y productos químicos. Viste abrigo cuando sale a la calle y de entrecasa usa bata. […] No tiene estudios oficiales, aunque pasó dos años en la universidad. Se interesa por la química, la geología, la botánica y grafología. También tiene un gran interés por la literatura sensacionalista y la historia criminal. Trabaja en el laboratorio de química de un hospital.

Si le cambiamos la bata por un mameluco con capa y botas, prácticamente es Bruce Wayne. Además, a Holmes le gustan los disfraces, es poco sociable y aunque solía trabajar en solitario, se hace de un acompañante que le ayuda a resolver los casos (como Robin). Como corolario, le cae gordo a la mayoría de los policías y detectives en Londres.

También tiene a su Gatúbela: Irene Adler, la única mujer que lo ha superado y, por sus habilidades, seducido:

Y así fue como se evitó un gran escándalo que pudo haber afectado al reino de Bohemia, y cómo los planes más perfectos de Sherlock Holmes se vieron derrotados por el ingenio de una mujer. Él solía hacer bromas acerca de la inteligencia de las mujeres, pero últimamente no le he oído hacerlo. Y cuando habla de Irene Adler o menciona su fotografía, es siempre con el honroso título de ‘la’ mujer.

(Escándalo en Bohemia)

Por si fuera poco, el archienemigo de Sherlock Holmes, ese individuo que lo pone en jaque, contra las cuerdas y lo conduce al abismo, es el doctor Moriarty, a quien algunos fans de la saga han equiparado con El Acertijo. Esto tendría mucho sentido cuando vemos cómo este personaje deja al punto del colapso al héroe en [Pelicula] Batman . El propio detective, que lo enfrenta en el relato “El problema final”, lo describe así:

A la edad de 21 años escribió un tratado sobre el teorema del binomio que ha tenido éxito en Europa. En virtud de ello, ganó la cátedra en matemáticas en una de nuestras universidades más pequeñas y tenía todos los aspectos de una carrera más brillante delante de él. Pero el hombre tenía tendencias hereditarias de la clase más diabólica. Una cepa criminal corría en su sangre, lo cual, en lugar de ser modificado, fue aumentado y lo hizo infinitamente más peligroso por sus extraordinarios poderes mentales.

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Drácula, de Bram Stoker



Como ya vimos, al tratarse de cómics, Kane necesitaba resolver el aspecto visual de su personaje y los escenarios en los cuales deambularía. El romanticismo visual al que aludía con su perfilamiento de las atmósferas para su personaje a sugerencia de su camarada, claramente derivados de Dick Tracy o La Sombra por su cariz de cloaca, y que el propio Finger interpretó como “gótico”, proviene del mote que poseían algunas de sus novelas favoritas, todas ellas signadas como parte de la literatura gótica. El concepto de mansión apartada, solitaria y desoladora en los suburbios de una ciudad ingesta, salen directamente de su lectura de Drácula. Una adaptación depurada de la mitología vampírica, pero que conserva el glamour oscuro que identificó a este personaje incluso a su paso por el cine mudo.

Veamos, en palabras de Jonathan Harker dentro de la novela, un poco de esto:

De repente me di cuenta de que el cochero guiaba a los caballos hacia el patio interior de un inmenso castillo casi completamente en ruinas, de cuyas ventanas no se alcanzaba a distinguir ni un solo rayo de luz y cuyas murallas resquebrajadas se erguían en una línea dentada contra el cielo iluminado por la luna. […] El castillo se encuentra al mismo borde de un terrible precipicio. ¡Una piedra cayendo desde la ventana puede descender mil pies sin tocar nada! Tan lejos como el ojo alcanza a divisar, solo se ve un mar de verdes copas de árboles, con alguna grieta ocasional donde hay un abismo. Aquí y allí se ven hilos de plata de los ríos que pasan por profundos desfiladeros a través del bosque.

El ambiente desolador en el que inscribe la vida solitaria del magnate, lo equiparan en ese sentido con el magnate misterioso, oscuro y nocturno que es el propio vampiro de Stoker. Es más: la metodología de acecho de ambos es equiparable, lo cual no es de extrañarse. Finger amaba esta novela y siempre destacaba de ella el particular estilo de cacería del Conde. Ambos tienden a la teatralidad, el uso de las sombras para escurrirse, su vínculo con los murciélagos y las criaturas nocturnas y la necesidad de infundir miedo en sus víctimas.

El hombre que ríe, de Víctor Hugo



Dado que desde 2008 este personaje comenzó a tener tanto peso como el propio héroe en la cultura popular, sobre todo por sus incursiones en pantalla grande o su papel en nuevas sagas superheroicas como Injustice, esta referencia literaria puede resultar un poco más obvia. No quise dejarla pasar por las implicaciones que tiene.

Aunque ambos personajes obtienen sus máculas –contradictoriamente manifestadas como sonrisas– de heridas y torturas que agudizan su dolor y los conducen al punto de lo grotesco, sólo comparten eso entre sí. Mientras Gwynplaine, que es “el hombre que ríe” de [Escritor] Victor Hugo , es extremadamente bondadoso, El Guasón, ese otro hombre que ríe, encarna al mal en un estado puro de malevolencia. Quizá, para entender por qué se le ocurrió a Finger que una sonrisa podría traer consigo un sinónimo de monstruosidad, podamos aludir al propio Víctor Hugo:

Dos ojos parecidos a rendijas, una raja por boca, una protuberancia chata con dos agujeros que era la nariz, un aplastamiento en lugar de cara, y como resultado de ello, sólo hace reír. Es seguro que la naturaleza no produce por sí sola tales obras maestras. Sólo que, ¿es la risa sinónimo de alegría? Si en presencia de aquel saltimbanqui, porque era un saltimbanqui, se dejaba que la primera impresión de alegría pasara, y si se observaba a ese hombre con atención, podía reconocerse la huella del arte. Una cara semejante no es fortuita, sino buscada. Ser a tal punto completo no está en la naturaleza. […] Le habían aplicado para siempre la risa en el rostro. Era una risa automática y tanto más irresistible, cuanto que estaba petrificada.

Este acento de horror en un rostro devastado es lo que ha tornado a los guasones de Reeves y [Director] Christopher Nolan en las versiones más horripilantes que se han confeccionado para el cine, eliminando la plástica caricaturesca que le dio en su momento [Director] Tim Burton. Sin embargo, como veremos más adelante, comparten algo que sociológicamente es muy importante para entender cómo su origen se mantiene en la misma tesitura y es funcional para Batman: ambos provienen de la podre social, de la clase lumpen.

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El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson



Otra de las novelas denominadas “góticas”. Esta novela les inspiró a los bati-comiqueros al personaje de Harvey Dos Caras, quien tiende a manifestar dos facetas de sí mismo y conducirse hacia el mal por el trastorno de doble personalidad que le ocasiona la mitad de su rostro deformado. Esta lucha entre su lado bondadoso y su lado siniestro, es algo que se representa como una condición de villano en las versiones de Kane + Finger.

Las pérdidas de control y la manera de proceder de Harvey Dos Caras cuando se tornaba en el ser maligno que infundía miedo, se asemejan a esta lectora de Hyde que aparece en la novela:

Me impresionaron también su expresión malvada y, quizás aún más, el extraordinario sentido de escalofrío que me daba su simple presencia. Esta sensación particular, semejante de algún modo a un principio de rigidez histérica y acompañada por una notable reducción del pulso, la atribuí entonces a una especie de idiosincrasia mía, de mi aversión personal, y me extrañé sólo de la agudeza de los síntomas; pero ahora pienso que la causa hay que buscarla mucho más profundamente en la naturaleza del hombre, y en algo más noble que en el simple principio del odio.



Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll



El personaje El Sombrerero Loco de [Pelicula] Batman usa el control mental con un dispositivo que él mismo patenta. Por supuesto, es un neurocientífico en esta versión, llamado Jervis Tetch. En una de las aventuras donde aparece ejecutando fechorías, lleva consigo un chimpancé mascota llamado Carroll Lewis, aunque, lo deja bien claro, el Tetch jura que el chimpancé se niega a decirle cómo llegó a tener ese apodo.

Hay que decir que ya en el libro de [Escritor] Lewis Carroll , donde todo es considerablemente anómalo y, al mismo tiempo, lógico, el sombrerero era igualmente un villano. Eso sí: sólo lo tilda de loco el Gato; pero en realidad el personaje sólo se comporta acorde con el mundo en el cual se inscribe. Tal vez sí sea, hay que decirlo, algo sociópata. Cabe recordar que está condenado a una eterna hora del té por “intentar matar al tiempo” —es decir, por intento de homicidio. Aunque más tarde es mensajero del Rey Blanco en Alicia a través del espejo. Aunque, hay que decirlo, se trató todo de un malentendido propiciado por la Reina de Corazones, siempre tan pesada:

–Bueno –siguió diciendo cuando pudo el Sombrerero–, pues apenas había acabado de cantar la primera estrofa cuando la Reina se puso a gritar: ‘¡Se está cargando al Tiempo! ¡Que le corten la cabeza!’

–¡Qué barbaridad! –exclamó Alicia horrorizada.

–¡Y desde entonces –siguió diciendo el Sombrerero, cada vez con más pena–, el Tiempo no quiere saber nada conmigo y para mí son siempre las seis de la tarde!

Robin Hood, de William Langland



Ok, sé lo que están pensando. Pero no, no me estoy deschavetando. La idea de incorporar un comparsa a Batman en el número 38 de Detective Comics en 1940, derivado a su vez de la necesidad de un Watson –y, sobre todo, colores vivos–, requería una referencia fácil de asimilar en la cultura pop. El pajarito llamado petirrojo, que es una alusión, además al primer boceto de Batman que hizo Kane (Birdman), necesitaba un poco de contexto heroico. Coincidía que Robin Hood se puede traducir como capucha de petirrojo y, también, servía para señalar a una “persona fuera de la ley”, aunque en calidad de justiciero.

Así, casi por osmosis, la humildad y buena vibra que destilaba el Chico Maravilla, parecían una versión joven de aquel arquero justiciero. Además, él es víctima de un personaje que ya visualizamos anteriormente: Harvey Dos Caras. Su orfandad proviene de la maldad a la Hyde aquel otro personajes. Finger fue quien pensó a Robin, lo introdujo y le dio un contexto fuerte a su personaje.

De ahí que se tomaran los dibujos de este personaje medieval, que en la época victoriana ya eran populares, para confeccionar a Robin (quien debajo del antifaz es Dick Grayson). Si revisamos esos dibujos, veremos que los colores y la vestimenta de Robin Hood es igual a la de Robin.

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