Cuando se dio a conocer que Netflix había perdido 200 mil suscriptores saltaron las alarmas y luego cuando se reveló que podría perder 2 millones en los siguientes tres meses, el caos reinó. Sus acciones cayeron un 35 por ciento y el valor de la compañía disminuyó en US$50 mil millones y, en general, el temor del resto de suscriptores por el futuro de la plataforma hizo que muchos se pongan a analizar si mantener o no el servicio, después de que la caída confirma que otros ya lo habían pensado antes de cancelar la suscripción que mantenían.

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Netflix había llegado a los 200 millones de suscriptores hace algunos meses y durante algún tiempo ha sido el servicio de streaming número uno en cantidad de personas que pagan por él, pero al mismo tiempo surgía una pregunta importante: ¿hasta cuándo podría seguir creciendo? Hay que tener en cuenta que cada cuenta permite el acceso a varios usuarios dentro del mismo hogar y que también muchas personas comparten sus cuentas sin vivir en el mismo lugar. Incluso otros hacen negocio de la cantidad de pantallas y usuarios que pueden entrar por el mismo pago mensual. Además, la competencia tiene aún mucho por crecer y mucho terreno por abarcar que podría costarle pérdidas mayores a la compañía.

El haber tenido una reducción nada minúscula por primera vez en una década no es una coincidencia y lo que dicen los analistas siempre podría cumplirse exactamente o salir peor de lo que se ha proyectado. Son varios los factores que contribuyen a que le haya sucedido esto a un servicio que hasta cierto punto parecía entender a los consumidores a la perfección, pero que al final no escogió las mejores estrategias para mantenerse intacto y sin preocupaciones adicionales.



La compañía de streaming ocupó el trono varios años sin que alguien pudiera pisarle los talones, pero ahora que el consumidor tiene la posibilidad de acceder a servicios como HBO Max, Disney Plus y Prime Video, son varios detalles los que se consideran para escoger el servicio más indicado. En su momento, la extensa oferta dentro del catálogo de Netflix fue muy seductora y tener una cuenta parecía algo obligatorio, especialmente entre quienes ya dejaron de ver la televisión regular con la llegada del streaming, y por el momento quienes tienen todas las posibilidades de ganar son los servicios nuevos.

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¿Qué fue lo que salió mal? A continuación les contaremos por qué Netflix está perdiendo suscriptores y lo seguirá haciendo en los próximos meses.

El aumento de precio (por contenido de menos valor que antes)



Netflix ha dicho durante mucho tiempo que continuará aumentando gradualmente su precio en relación con el valor que proporciona. Eso significa producir más programas de televisión y películas, y el hecho de que ahora contiene videojuegos, y gastar montones de dinero para darle vida a ese contenido. Su ritmo de producción ha aumentado considerablemente y Netflix tiene que sacar dinero de alguna parte para poder hacer más, así que una forma de lograrlo es subir el precio a sus planes. Siempre tiene uno con un precio más competitivo, uno intermedio y otro más costoso que permite una mejor calidad de video así como múltiples pantallas. Sin embargo, antes sentíamos que su precio estaba justificado para lo que ofrecía e importaba poco pagar un poco más. Eso ha cambiado y muchos han notado que ese valor y esa sensación de “imprescindible” que la plataforma tenía antes ya desapareció. Esto ha ocasionado que las personas se cambien a planes de menor precio o que cancelen para irse con la competencia que de momento ofrece mejor contenido y en su mayoría tiene precios más económicos.



Cobro adicional por compartir cuentas fuera del hogar



Cada suscripción es un ingreso que se suma a las arcas de Netflix, excepto que la compañía no tiene control sobre las personas que comparten sus cuentas con otras que no están en el mismo hogar. Eso es dinero perdido, y los ejecutivos del servicio están buscando la forma de obtener un par de dólares más por esas personas que acceden al servicio sin pagar el valor completo de la suscripción. Se dio a conocer que la compañía estaba analizando cobrar más y que se realizó un “experimento” en un par de países de América Latina pero no se ha hecho más que eso por el momento. En vista de que la compañía ha perdido cientos de miles de suscriptores, está buscando formas de obtener más ingresos para seguir produciendo contenido y ciertamente resta mucho que no pueda obtener lo que debería en base a la cantidad de gente que entra al sitio. Cuando se dio a conocer esto, muchos estuvieron en desacuerdo y surgieron comentarios de gente que estaba dispuesta a finalmente cancelar la suscripción. No debería sorprendernos que esa fuera la gota que derramó el vaso.



La pérdida de títulos de su catálogo



Cuenta la leyenda que antes podías encontrar todo en Netflix. Desde las películas de Marvel y Star Wars hasta las de cualquier otro estudio cinematográfico e incluso joyas de la televisión que pertenecen a otras compañías. ¿Qué sucedió? Cada empresa se dio cuenta de que lo que tenía Netflix al dominar en el streaming podría ser replicado y ellos también querían su parte, así que se propusieron llegar a este mercado. HBO, Disney (y el extinto Fox) y otras compañías empezaron a trabajar para contar con sus propias plataformas, que una vez que estuvieran listas se convertirían en el hogar definitivo para las películas y series que les pertenecían. En este sentido, el tiempo estaba contado para Netflix y el servicio terminó perdiendo miles de títulos que ahora están al alcance de los consumidores en otros lugares y por precios mucho más módicos de momento. Antes, la excusa perfecta para suscribirse era que se podían ver las películas del MCU o que estaban las temporadas de [Temporada] The Office (9) y era suficiente para los suscriptores. Ahora nada de eso está en su catálogo y esos clientes no dudaron en seguirlos a otro servicio.



Mucho contenido = inversión alta ≠ calidad y suscriptores



Este es un punto que parece incluso más importante que cualquier otro de esta lista. Más que el hecho de que el precio de Netflix ha subido en varias ocasiones y muchos se han planteado cancelarlo por esa razón (y lo han hecho). La compañía tenía pocas preocupaciones cuando gran parte de su catálogo estaba ocupada por producciones de otras como Warner Bros. y Disney, así que en cuanto a contenido original no tenía la necesidad de producir demasiado. Ahora, tiempo después de que muchos tomaron sus cosas y se las llevaron a sus propias plataformas, todo quedó en la cancha de Netflix que desde ese momento lanzó muchas producciones originales. Sin embargo, el ritmo de la competencia y la presencia de más servicios hizo que a esta empresa se le ocurriera una no tan genial idea: estrenar una película original por semana. Ese fue el plan a ejecutar en 2022, y continúan produciendo muchísimas cosas para mantenerse a la par y al mismo tiempo generar tantas cosas nuevas para que los suscriptores siempre tengan algo para ver.

Aquí es cuando les jugó en contra: se han invertido muchísimos millones de dólares en actores y cineastas de renombre, películas cuya presencia apabullante denota que hay mucho dinero de por medio y más, pero es muy poco lo que se convierte en memorable o al menos en algo que puede tener vida a mediano plazo. En cuanto a series se salvan algunas como [Temporada] Bridgerton (2) o [Temporada] Stranger Things (4) (habrá que ver cuántos suscriptores más pierde después del estreno de la temporada 5), pero el modelo que está siguiendo no le resulta. Ahora se están haciendo películas de US$200 millones y más, pero no parece que tengan un gran retorno de esto. De hecho, podría culparse a la cantidad de producciones nuevas que están haciendo, sin que necesariamente sean de la mejor calidad, al repentino interés de sus ejecutivos en controlar tanto quién comparte la contraseña de su cuenta, que antes no parecía interesarle tanto cuando todo era color rosa.

La calidad asegurada de lo que se encuentra en servicios como HBO Max, junto a la posibilidad de suscribirse a otros como Star Plus, que además de contenido ya conocido ofrecen deportes y series nuevas que terminan gustando más, son dura competencia para Netflix y llevan al suscriptor o potencial consumidor a pensar qué es lo que tiene esa plataforma de diferente, que además suele ser más costosa, como para estar dispuesto a pagar por el servicio.

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