En tiempos como estos, en los que Netflix ha perdido más suscriptores de lo esperado y tras la caída de su valor en la bolsa, es lógico pensar que la compañía de streaming se va a enfocar (o aferrar) más en aquellos contenidos que han sido extremadamente exitosos como para tratar de nivelarse. Aún tiene un par de años para mantener a sus clientes a la espera de una quinta temporada de [Temporada] Stranger Things (4) que de seguro hará mucho ruido, y mientras suma cifras de visionado bastante grandes con su cuarta temporada y otras producciones como [Temporada] Bridgerton (2) que también están haciendo una gran parte del esfuerzo, sus ejecutivos están en la búsqueda de la siguiente gran producción.

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En cuanto a producciones exitosas de la plataforma, [Temporada] El juego del calamar (1) ocupa uno de los mejores lugares. La serie coreana fue un éxito rotundo y quizás el más “global” de todos al convertirse en la más exitosa de todos los tiempos. Para muchos, el final que tuvo era perfecto y debía haberse quedado allí, pero Netflix piensa de otra manera y la renovó para una segunda temporada. Su creador, [Escritor] Hwang Dong-hyuk, tardó una década en conseguir que la historia que escribió fuera producida sin nunca imaginar que se convertiría en un auténtico fenómeno televisivo.

Sus 1.6 mil millones de horas reproducidas por los suscriptores del servicio le dieron el honor de ser el responsable de la serie más exitosa de la plataforma en cualquier idioma; esa cifra es más del doble de la que logró la cuarta temporada de Stranger Things, la más exitosa en idioma inglés, al menos hasta antes del lanzamiento de los dos últimos episodios del Volumen 1. No es una sorpresa que se ganara una segunda temporada, ya que se tiene la impresión de que cualquier cosa que tenga que ver con ella podría ser ese otro éxito que Netflix anhela.



Curiosamente, tiempo después de que se confirmó que habrá más episodios, se dio a conocer que la compañía está preparando un reality show llamado Squid Game: The Challenge, el cual presentará “la serie de competencia más grande de la historia”. Como recordarán, El juego del calamar tiene como protagonista a un grupo de personas que atraviesan por graves dificultades financieras y eso los lleva a que prueben suerte participando en una serie de retos a cambio de una enorme cifra de dinero que podrían ganar si consiguen sobrevivir.

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De acuerdo con CBR, participarán 456 personas, el mismo número que se ve en la serie coreana, y participarán por US$4.56 millones que a su vez es la cifra más alta en la historia de este tipo de programas. De ser un reality show diferente podría sonar muy atractivo, pero cuando recordamos que su existencia es posible debido a que está basado en una historia donde los no solo las personas que participan deben sobrevivir a unas adaptaciones de juegos infantiles, sino la crítica a la sociedad y lo dispuestas que están muchas personas a hacer cualquier cosa para salir de una crítica situación financiera.

Aquí es cuando Netflix se contradice totalmente: ellos, obviamente, siguen en su plan de mantener contentos a los suscriptores, ganar unos cuantos nuevos y generar conversación, pero con esta jugada nos recuerda que está mucho más del lado de la gente adinerada que ve cómo un grupo de gente desesperada hace lo que sea para sobrevivir en un juego con pocas probabilidades de salir con dinero. Uno de los grandes giros de la serie es precisamente un hombre que al principio parecía uno más de los participantes, pero que al final se revela como la mente detrás de todo. Un hombre con demasiado dinero al que no se le ocurrió una mejor idea que crear un juego para que él y sus amigos tengan una forma de gastar su excesiva riqueza, aún si la forma en que lo hacen es asquerosa.



En la serie incluso se hace una comparación ridícula cuando en una de las escenas se dice que los ricos tienen algo en común con los pobres porque "vivir no es nada divertido" para ellos puesto que al tenerlo todo no importa qué es lo que compren, al final todo será aburrido. Por supuesto, las personas pobres no pueden disfrutar de la vida como los ricos porque no es viable, mientras que los ricos no la disfrutarían porque poder tener todo lo que quieren les parece aburrido. Con Netflix confirmando la producción del reality show basado en El Juego del Calamar, la compañía toma la posición de los multimillonarios o VIPs que aparecen en la serie, con sus trajes caros y máscaras estrafalarias, lista para presenciar cómo un grupo de personas tratan de llevarse a casa el premio que se entregará al ganador.

No es que se necesitaban muchas indicaciones para recién considerar al servicio de streaming de esta manera, pero el contexto que le da la historia protagonizada por Lee Jung-jae y el hecho de que es algo completamente real, lo hace todo más escalofriante. Pero siempre puede ser peor: saber que Netflix lo está haciendo para mantener el interés de la gente en su contenido significa que encima de todo está sacando provecho de la desesperación de los participantes. Y encima, la compañía ha ocupado los titulares de medios en las últimas semanas, no por la pérdida de suscriptores, sino porque ha despedido a cientos de empleados y se dice que estos apenas fueron los primeros que dejarán de trabajar para ellos.

Netflix destruyó su división de animación, cancelando numerosos proyectos y dejando sin trabajo a muchas personas y lo mismo ocurrió después con varios escritores. Es risible que todos los despidos sean anunciados como parte de una reestructuración de presupuesto cuando el contenido no ha sido bueno últimamente. Antes había más para ver, con una calidad al menos un poco superior, pero en cuanto la plataforma decidió lanzar películas nuevas cada semana tuvo que destinar una cantidad de dinero mayor a la usual para destinarla a sus producciones, y también para atraer a pesos pesados de Hollywood a trabajar en sus proyectos. Pero la compañía consideró más conveniente deshacerse de unos cuantos salarios en lugar de bajar el ritmo o de generar contenido de mayor calidad para no perder suscriptores frente a la competencia, que además es menos costosa en su mayoría.

Por eso no resulta sorprendente que se exploten historias como la de [Temporada] El juego del calamar (1) a pesar de tener un final que podría considerarse perfecto, pero aún así lo hace de una manera más ridícula al burlarse prácticamente de lo que la producción original criticó. Es también irónico que la historia hace un comentario sobre las clases sociales de Corea del Sur y la brecha que existe entre ellas, con unas personas muy bien acomodadas y otras que tratan de sobrevivir el día a día, y que Netflix, al apropiarse de eso, solo piensa en cómo poder exprimir la serie para beneficiarse. Es casi impresionante, pero no se esperaba menos.

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