Prácticamente sin hacer ruido llegó a la plataforma de HBO Max un hábil ejercicio de autorevisionismo que se convierte en suculento platillo para el cinéfilo, además de un enriquecedor y más que disfrutable producto para el público en general que se dé oportunidad de descubrirlo. Y es que lo que Olivier Assayas plantea como la adaptación para la pantalla chica que le da continuidad a la película sobre un provocador remake fílmico del viejo serial mudo Les Vampires (1915) -la cual realmente hizo el propio director en 1996-, y que se sostiene sobre la trama alrededor de una joven estrella de blockbusters en la búsqueda de validar su carrera a través de su participación en dicho rodaje de corte independiente; si bien resulta sumamente digerible y llamativa en su exposición de los roles de poder tanto en el set como a nivel personal y romántico, también ofrece una comprometida y elaborada disección de los modelos de conducta que van de la ansiedad a la obsesión, y que pululan en la industria, así como de los procesos creativos que se ven sometidos tanto al ego de quienes los ejecutan como a los intereses comerciales.
Podría interesarte: Cannes 2022: Irma Vep ya tiene calificación de la crítica
Del mismo modo, entre sugestivos juegos estilísticos con aire a pulp que conjugan la supuesta reproducción con el material en blanco y negro de la obra que le da origen, para poco a poco dimensionar el insólito y casi onírico universo de los bajos fondos parisinos de principio de siglo al que pertenece; hay una ingeniosa reflexión sobre la cada vez más delgada línea que divide el universo cinematográfico y del del mercado casero, mientras entre charlas casuales que van de lo cómico a lo hostil y lo dramático, surgen los siempre necesarios cuestionamientos con respecto a la naturaleza del arte y las pretensiones intelectuales en este nuevo escenario de consumo.
Lee también: "No me sentí protegida" Alicia Vikander revela los malos tratos que sufrió al filmar escenas desnuda
Por si fuera poco, conforme los capítulos avanzan, se va materializando entre el mustio homenaje, la figura de la actriz, productora escritora y realizadora francesa Musidora, protagonista de la ya mencionada serie que aquí sirve como punto de partida, reinterpretándole no solo como musa del surrealismo y prototipo de la femme fatal, sino como precursora de la reivindicación de género. Sin duda Irma Vep - 95% es un título destinado a alcanzar cierto estatus de objeto de culto, y una nueva muestra de la lucidez del también responsable de Doble Vida (2018), quien permitiéndose la autocrítica a través del personaje que se convierte en su maniático equivalente -en la ficción también es el director del remake de Les Vampires que se enamoró de quien fue su actriz protagonista-, da voz a la relación de amor-odio que se llega a establecer con los proyectos, y sin renunciar a sus inquietudes personales, ofrece conceptos inteligentes que responden a las exigencias del entretenimiento.
No te vayas sin ver: Doble Vida | Top de críticas, reseñas y calificaciones
Comentarios
Tomatazos
Facebook
Mejores
Nuevos