Cinta dramática de romance y fantasía, Érase una vez un genio - 65% (Three Thousand Years of Longing) es la nueva película dirigida por George Miller (Mad Max: Furia En El Camino - 97%, 2015; Happy Feet: El pingüino - 75%, 2006; La historia sin fin: El segundo capítulo - 0%, 1990). Con 108 minutos de duración, Érase una vez un genio se basa en el libro de 1994, escrito por el novelista británico A.S. Byatt, The Djinn in the Nightingale’s y cuenta con un guión a cargo del propio George Miller en conjunto con Augusta Gore. Protagonizada por Tilda Swinton e Idris Elba, Érase una vez un genio cuenta también con las actuaciones de Pia Thunderbolt, Berk Ozturk, Jack Braddy, Alyla Browne, Abel Bond, Peter Bertoni, Lianne Mackessy y Nicolas Mouawad, entre otros.
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No obstante a parecer feliz con su vida cotidiana, la dra. en literatura Alithea Binnie (interpretada por Tilda Swinton) enfrenta al mundo con cierto escepticismo. De tal forma que cuando, en su viaje por Estambul, se encuentra con un genio que le ofrece concederle tres deseos a cambio de su libertad, Alithea rechaza su oferta teniendo en mente todas las historias sobre deseos que terminan mal. Para convencerla, el genio le cuenta un sinnúmero de historias fantásticas sobre su propio pasado, hasta que, finalmente, dejándose persuadir, ella pedirá un deseo que a ambos dejará sorprendidos.
Con una historia cuyo mensaje gira en torno al sacrificio del ego en pos de alcanzar el amor, Érase una vez un genio - 65%, es considerada por la crítica todo un homenaje tanto a los mitos, las leyendas y los relatos universales, como a las formas en que estos se propagan. Buscando conectar al mismo tiempo con las películas y las narrativas de superhéroes, Miller se lanza con esta curiosa, personalísima y arriesgada propuesta cinematográfica, misma que para cierta parte del público pudiera parecer poco común por el tono tan íntimo impreso en su historia.
Punto de especial realce por parte de la crítica resulta la química entre sus protagonistas, Swinton y Elba, misma que detona poderosamente en el tercer acto de la película. Sin embargo, para el apartado más severo de la crítica, el menor, por cierto, Érase una vez un genio llega a ser tan nutrida en sus primeros dos actos que su remate resulta poco satisfactorio o simplemente muy general.
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Para finalizar les ofrecemos una breve y representativa compilación de críticas, reseñas y calificaciones sobre Érase una vez un genio - 65%, cinta atrás analizada.
Daniel de Partearroyo reseña para Cinemanía:
… la propia estructura fragmentaria llega a sabotearse al diluirse casi por completo en un tercer acto cuyo remate mediante bocados de fundidos a negro parece fruto de una producción que tuvo que disminuir su escala al volverse afectada por los años de pandemia…
Por su parte, Richard Lawson describe para Vanity Fair que:
Como sucede a menudo en las películas que, cuando todo el ajetreado asombro se reduce, en realidad se trata de algo tan general como el amor, Érase una vez un genio, en última instancia, no puede transmitir un mensaje tan completo y transportador (o coherente)…
Desde la misma perspectiva, David Rooney apunta en The Hollywood Reporter;
La interpretación de Miller del material suaviza los elementos feministas de la novela de Byatt a favor de investigar la magia de la narración cinematográfica. Pero las historias sólo involucran mínimamente, lo que acaba con ese plan.
A diferencia de los anteriores, Fausto Fernandez opina en Fotogramas:
Uno de los ejercicios más libres, personales e íntimos que un cine como el actual no estaba preparado para acoger (…) la cinta toma el pincel digital para volver a la artesanía de Méliès o Segundo de Chomón coloreando fotograma a fotograma sus fábulas fantásticas…
Desde The Irish Time, Donal Clarke subraya:
El sentido que las convenciones del mito están siendo deconstruidas se pierde en la historia original de Byatt, pero aquí hay suficiente destello para disipar cualquier aburrimiento. Tilda Swinton, siempre bienvenida, está pulida y arreglada como Alithea Binnie, una académica en Turquía…
David Ehrlich comenta en Indie Wire:
La química entre Swinton y Elba se vuelve cada vez más potente a medida que la película gira hacia su tercer acto muy diferente, e incluso los cambios más extraños de Miller (…) están respaldados por su sugerencia colectiva de que encontrar el amor verdadero no es cualquier cosa.
Para La Razón, Sergi Sánchez destaca lo siguiente:
Desde esa filosofía moral tan mindfulness que celebra el sacrificio del ego en beneficio de la comunión con el otro, la película se erige en una defensa del diálogo socrático para abrir las compuertas de la conciencia y, claro, del amor.
Dere Smith resalta para Slant Magazine:
Érase una vez un genio de George Miller se siente como una bocanada de aire fresco, ya que la película no sólo examina hábilmente la naturaleza misma de la narración, sino que comprende claramente que, en las películas, el acto de crear imágenes es inextricable.
J. Romero, de Cadena Ser, menciona lo siguiente:
Un historia sobre personajes, leyendas y mitologías que, de alguna manera, también conecta con el boom de películas de superhéroes y la narrativa de sus personajes.
En tanto que Angel Quintana escribe para Caimán que:
La propuesta es curiosa y suicida. Miller propone un homenaje a los relatos universales y a sus formas de propagación, y para rodarlo decide jugar con el mayor tren eléctrico del mundo.
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