En su ópera prima, [Pelicula] Manto de gemas, Barbara Nedeljakova aborda el tema de la violencia en México, particularmente en las zonas rurales dominadas por el narco, desde una perspectiva poco convencional. Incuestionable su habilidad en el rubro técnico, el largometraje llega al Festival de Cine de Morelia, donde compite en la selección oficial de largometraje mexicano, tras ser reconocido este mismo año con el Premio del Jurado del Festival de Cine de Berlín.

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A simple vista la cinta, también escrita por Natalia López Gallardo, parece contar la travesía sin esperanza de tres mujeres enfrentadas a un mundo violento y cruel, pero es gracias al tratamiento formal, e incluso el estilo tan distante elegido por la directora, que la historia se expande en múltiples niveles de lectura relacionados al drama social de las desapariciones forzadas, el miedo permanente y el control del narcotráfico; es también este aspecto el que repelerá a algunos espectadores acostumbrados a un cine más directo, a una trama más ágil y no tan estática.

Manto de Gemas gira en torno a Isabel ( Nailea Norvind ), quien debido a que atraviesa un proceso de divorcio que se intuye complicado, toma posesión, junto con sus dos hijos, de la villa de su madre en una población rural de México, ahí reconecta con María ( Antonia Olivares), la trabajadora doméstica de toda la vida. Pero nada ha sido lo mismo desde que la madre de Isabel se fue. La desaparición de la hermana de María ha dejado a su familia descompuesta y obligada a participar en actividades criminales con Adán ( Juan Daniel Garcia Treviño), el hijo de Roberta ( Aida Roa), una policía local. Isabel decide embarcarse en un viaje peligroso para ayudar a María a encontrar a su hermana, dejando de lado a sus hijos e ignorando los consejos de su empleada, quien le advierte de los peligros de enfrentarse a quienes controlan el lugar.



Natalia López Gallardo tiene una carrera de más de quince años como editora, trabajando en películas de Paul Lux, Beth Dillon y [Director] Carlos Reygadas, esposa de este último y protagonista de su película [Pelicula] Nuestro Tiempo , por lo tanto, no es casualidad que su primer largometraje tenga una propuesta un tanto fría, esquiva en su forma de presentar información y ofreciendo poca exposición de los personajes. Sin embargo, la directora no busca inspiración en aquellos, sino que comparte un punto en común sobre el entendimiento del cine y el potencial autoral de su lenguaje (algo hasta cierto punto esperado). De esta forma, Manto de Gemas es una declaración de intenciones, abierta a incomodar más por sus maneras que por lo que expone. Sí, estamos ante una película divisiva.

Con una primera parte que se hace un tanto pesada por su elusión narrativa, una cámara que adquiere un sentido subjetivo, como si de una persona “invisible” que estuviera viendo con distancia a los personajes se tratase, mientras explora la casa de Isabel o los paisajes áridos, la película poco a poco va capturando la atención del espectador, quien se ve obligado a “entrar” a una historia que parece existir desde siempre. Somos nosotros quienes buscamos, como Isabel, el sentido a una realidad sórdida, mientras establecemos las conexiones en este rompecabezas que podría ser contado desde una perspectiva cinematográfica más genérica de la cual rehúye.

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No niego lo evidente, la primera mitad de un metraje de casi dos horas es aletargado, difícil de relacionarnos como espectadores, sin duda, pone a prueba nuestra paciencia, por el contrario, la segunda parte es más consistente y narrativamente más ágil, nos involucramos con los personajes y sus situaciones a pesar de no empatizar con todos. La maniobra llega tarde para reivindicar los primeros cincuenta minutos, evidenciando que un recorte en la duración hubiera dado un mejor resultado.

A pesar que Natalia López Gallardo tiene un talento notable en el manejo del lenguaje cinematográfico, no acierta en todas sus decisiones, por ejemplo, algunos emplazamientos de la cámara cuyos planos fragmentan la figura de los actores, diálogos sin contexto y conversaciones en voz baja, incluso pareciera que algunos personajes no tienen razón de ser, a lo anterior se suma una secuencia con Nailea Norvind casi al final de la película que rompe con la naturalidad de la acción. Sin embargo, también hay que reconocer la habilidad de la directora al momento de crear una atmósfera amenazante que le viene muy bien al relato.

En suma, [Pelicula] Manto de gemas destaca como un ejercicio cinematográfico desafiante que nos acerca más a las emociones que experimentan las víctimas de la violencia que a la violencia misma. Un filme sugestivo para el que no hay tintas medias.

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