Con el nombre de Spring Breakers: Viviendo al Límite - 67%, el cineasta Harmony Korine logró un impacto en la crítica (y la audiencia) con una historia que a simple vista podría creerse un poco menos polémica de lo que en realidad es. Lo cierto es que esta película, a pesar de contar con la aprobación de los especialistas de este medio, es un festín de cosas que no tienen sentido, un elenco que al menos llama la atención de cualquiera, y situaciones que captaron la atención de todos por las peores razones posibles.
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La película de 2012 es descrita como una mezcla de comedia y crimen que se encuentra protagonizada por Vanessa Hudgens, Selena Gomez, Ashley Benson, Rachel Korine y James Franco. Ellas interpretan a un grupo de chicas universitarias que se dirigen a St. Petersburg, Florida para el “spring break”, las vacaciones de primavera que en realidad es una fiesta de una semana de estudiantes que tiene lugar en los primeros días de esa época del año en Estados Unidos y algunos otros países. Estas vacaciones son notorias porque incluyen un gran aumento del alcohol y la actividad sexual, así como desmanes en los lugares más concurridos.
Lo que hace la propuesta de Korine es justamente enfocarse en los excesos que ocurren durante esos días, además de que pone a James Franco en el papel de un traficante de drogas local, muy excéntrico por cierto, quien las “ayuda” en un momento de desesperación, así como también contribuye a que se involucren en su descenso a un mundo lleno de violencia, crímenes y droga. A simple vista podría parecer otra película en la que sus protagonistas se destruyen, pero hay más elementos que ocasionaron que esta producción sea el centro de la controversia.
Mucho se ha debatido sobre si tiene o no un significado más profundo. Varios medios aseguraron en su momento que Spring Breakers: Viviendo al Límite - 67% era en realidad un comentario hacia lo autodestructivos que pueden ser los jóvenes actualmente, así como una crítica hacia la superficialidad, solo que realizado como una producción colorida que recuerda a lo desechable que pueden ser ciertas partes de la cultura.
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Sin embargo, una gran parte criticó negativamente la película ya que considera que lo único que su historia hace es reforzar la “cultura de la violación” y la imagen de chica fiestera con una historia que básicamente muestra a sus personajes como jóvenes que “piden” que les suceda todo lo que se ve en la película. Aunque su calificación no traslada esto completamente, ya que fue aprobada por la crítica apenas con el 67%, el retrato que hace de las mujeres que protagonizan el relato aún es objeto de debate.
The Guardian dijo específicamente que la cinta trata a las mujeres como objetos y que se encarga de reforzar la cultura de la violación. Dada la popularidad que tuvo es difícil tratar de cambiar la conversación y que claramente falla como una burla a la cultura del spring break, si es que eso era realmente intentaba hacer. De hecho, el medio cita que en la función a la que se refiere estuvo llena de jóvenes de unos veinte años aproximadamente, y que a la salida del cine salieron preguntándose qué era lo que acababan de ver, además de llamar “loca” a la película.
No hay que ir muy lejos para encontrar la opinión del resto de la crítica. Varias reseñas mencionan que no encuentran dónde está la sátira de la película o el comentario social que supuestamente hace, y también se refieren a la “naturaleza confusa y espeluznante” que tiene este trabajo de Harmony Korine. Algunos incluso se refieren al director como el propio peligro del que intenta advertir a los espectadores.
Tampoco es que hay demasiado para rescatar de Spring Breakers: Viviendo al Límite - 67%, puesto que recibió críticas por su guión plano y sin sentido, además de que tampoco se destacaron las actuaciones de su elenco. De hecho, se juzgó mucho el tipo de papel que interpretaron sus actores, especialmente el de Franco. La dirección de Korine también fue descrita como "descuidada" en algunas críticas.
Esto fue lo que dijeron los medios sobre este lanzamiento:
J. Hoberman de The New York review of Books:
Spring Breakers: Viviendo al Límite complace a la multitud, aunque dada su naturaleza confusa y espeluznante, la audiencia que más agrada es sin duda la base de admiradores intelectuales del cineasta de cuarenta años.
Michael O'Sullivan de Washington Post:
Una vez al año, San Petersburgo se llena de gente irreflexiva y desagradable que toma malas decisiones. Esta primavera, Korine es una de ellas.
Brittani Nichols de Autostraddle:
¿Es un comentario social sobre la cultura adulta joven de hoy? no veo cómo ¿Es sátira? Seguramente desearía que lo fuera. En cambio, esto fue un intento serio de algo... no sé qué.
Candice Frederick de Reel Talk Online:
Desde su guión sin sentido, actuación descuidada y dirección terrible, Spring Breakers: Viviendo al Límite no es tan profundo como pretende ser.
Sara Michelle Fetters de MovieFreak.com:
El último juego alucinógeno de adultos jóvenes de Korine, Spring Breakers: Viviendo al Límite, es el primero de los trabajos del director al que he respondido de una manera moderadamente positiva.
Monica Castillo de Bitch Media:
Detrás de la capa exterior vacía de color caramelo de la película hay conceptos ambiguos y moralmente desafiantes.
Mara Reinstein de US Weekly:
Un torbellino alucinante y fluorescente de senos y pipas.
Wesley Morris de Grantland:
La película está demasiado calculada para impactar. Korine solo quiere ser el peligro del que nos advierte.
Donald Clarke de Irish Times:
Manteniendo su dialéctica mareante en todo momento, el director oscila entre el disgusto y la indulgencia frenética.
David Sexton de London Evening Standard:
Comienzas la película preguntándote cuál será la moraleja de todo este libertinaje sin inventiva: ¿es una sátira? - pero luego me doy cuenta con consternación de que no hay ninguna oferta en absoluto.
Nigel Andrews de Financial Times:
Bebidas, drogas, sexo y robo con violencia menor.
Tim Robey de Daily Telegraph:
El problema está en la estructura salvajemente ansiosa de la película, que se siente dictada en gran medida en la sala de montaje por Korine que se esfuerza por no ser acusado de un mensaje.
David Calhoun de Time Out:
Es cursi y cómico a veces, pero Korine también le da a la película un toque melancólico y melancólico, con voces en off, repetición aguda de diálogos e imágenes, y un trabajo de cámara, sonido y edición alucinantes.
Simon Crook de Empire Magazine:
Una película espeluznante y luminosa para adolescentes, tan ridícula como elegante, y la mejor película de Harmony Korine en años.
Rick Groen de Globe and Mail:
Brillante como el neón y pura energía, Spring Breakers: Viviendo al Límite es una paradoja palpitante de una película, tanto un sueño de mandarina como un control de la realidad cultural, un artefacto pop que simultáneamente explota y explora la superficialidad de los artefactos pop.
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