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Con el estreno de [Temporada] The Last of Us (1) han surgido distintas incógnitas sobre el origen del hongo que crea a los zombies de este universo, si bien una gran parte de la audiencia es fan del universo, es posible que la mayoría de los espectadores se encuentren con nuevos conceptos sobre la causa de la enfermedad que genera estos zombis. Lo cierto es que esta saga de videojuegos ha destacado del resto —además de su trama realista— por hacer uso de esta peculiar de zombificación. Este tipo de zombi posee una corporalidad más cruda y espeluznante, en sintonía con lo que propone la historia.
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Y es que cuando pensamos en el apocalipsis zombi en la actualidad, tendemos a racionalizarlo mediante una posible explicación científica, y esta misma dota a la ficción en cuestión de una mitología que suele funcionar en el tono de su universo narrativo. Aunque los orígenes de este monstruo estrella de la postmodernidad se alejan mucho de lo científico y se encuentra arraigado en la brujería vudú, el paso del tiempo lo ha colocado como una amenaza biológica, o, tal como en este caso, en una consecuencia del daño a la naturaleza.
Para poder despejar todas las dudas sobre este tema, hay que dejar algo muy en claro: los hongos son raros. De entre todos los reinos de los seres vivos en el planeta Tierra, el fungi es sin duda el primo extraño que nadie desea reconocer. Este comprende una amplio espectro en el que prácticamente todo tipo de características extraños lo comprenden, por ejemplo, puede ser al mismo tiempo el ser vivo más pequeño de la Tierra y el más grande, una variedad de microrriza que se ha localizado en Oregón y se extiende por una superficie de 900 hectáreas gracias a su capacidad de simbiosis con otros organismos.
A diferencia de las plantas, los hongos no poseen clorofila, por lo que no son capaces de producir su propia comida, en consecuencia suelen adquirir sus nutrientes y alimentos por absorción desencadenando así su rol clave en el ciclo nutrimental del medio ambiente. Además de dar inicio a la vida por este motivo, también son uno de los principales descomponedores de materia orgánica muerta, llegando a controlar plagas y brindar equilibrio a ecosistemas enteros.
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Mientras muchas plantas viven en simbiosis con hongos potentes alucinógenos o tóxicos capaces de matarnos con tan sólo con un toque, estos también pueden llegar a ser cruciales para la nutrición humana, pues sus variedades comestibles cuentan con la característica de poseer vitaminas que sólo pueden encontrarse en la proteína animal, de ahí su gran valía para la nutrición y la gastronomía.
Y si esto pudiera llegar a hacerte pensar que los hongos deben de tener origen en el espacio exterior, en realidad estos organismos comparten similitudes con el ADN de los humanos, incluso mucho más que con el de las plantas. Puede resultar evidente que esta rareza sea atractiva para los guionistas de la historia, pero, ¿por qué es esto importante para la trama de [Temporada] The Last of Us (1)?
Partamos de la idea de que, si bien una nueva mutación siempre es una posibilidad latente en cualquier especie, es probable que la respuesta a una pandemia de este tipo resulte bastante diferente a como la vemos en pantalla. Trágicamente, la humanidad aún lidia con las consecuencias de una de menor impacto que sin duda presentó pasajes igualmente oscuros como inesperados.
Sin embargo, la escena inicial de la serie sin duda logra su cometido consiguiendo que la audiencia sienta mucho más cercana la posibilidad de un evento zombi a escala mundial, en especial tras la sufrido por la humanidad durante los últimos años. Y este tipo de verosimilitud es mucho más importante para cualquier historia que el hecho de apegarse al cien por ciento a los eventos históricos o datos científicos. Desde este punto la serie ya gana valiosos puntos con su audiencia, al crear algo creíble pero que ciertamente sigue las reglas de un género de ficción, ambas con resultados sobresalientes.
Una vez aclarado este punto, es un hecho que la base científica es suficientemente sólida para recrear todo un mundo no tan distinto al nuestro con todo lo que “podría ser”. Al igual que el virus causante de la COVID-19, el organismo causante de estos zombis era ya bien conocido por la humanidad. Los investigadores han señalado por muchos años ya la correlación entre el cambio climático y el incremento de epidemias, a medida que la humanidad ha invadido espacios naturales provocando migraciones forzadas por destrucciones de hábitats y cambios ecológicos que alterar en equilibrio de flora y fauna, incluso a nivel microbiológico.
Muchas especies animales conviven parasitaria o simbióticamente con microorganismos que alguna vez fueron patógenos para ellos, pero debido a la evolución sólo sobrevivieron aquellos que fueron resistentes a estos. Y el caso de la humanidad no es particularmente diferente, aunque sin duda hemos causado condiciones climáticas que nos hacen más propensos a una virtual extinción.
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En la ficción el causante del fin del mundo es un pequeño organismo llamado Ophiocordyceps unilateralis, más comúnmente conocido en este mundo como Cordyceps. En nuestro mundo, este es un hongo que se avanza lentamente por el cuerpo con el objetivo de controlar un cerebro, pero afortunadamente para los humanos esto sólo se presenta con algunos insectos.
En China, el Ophiocordyceps sinensis, infecta larvas de la familia Hepialidae, y produce una oruga parasitada muy valorada por la medicina tradicional como afrodisiaco. Este hongo oruga infecta el cuerpo de las larvas de la polilla fantasma. Pero el Ophiocordyceps unilateralis, que infecta específicamente a las hormigas carpinteras, avanzando a través de su cuerpo eventualmente tomando el control de sus músculos. Poco antes de su muerte, la hormiga dejará su colonia y encontrará una hoja o rama colgante a la cual se agarrará con sus fauces en donde, una vez muerta, el hongo emitirá esporas que caerán sobre las víctimas desprevenidas. Ese proceso le ha valido el apodo de "hongo zombi".
Esta es la inspiración para el hongo Cordyceps al que se enfrentarán Joel — Pedro Pascal— y Ellie —Emily Kinney. La web de divulgación científica y cultura pop Inverse, consulta con el profesor de entomología y biología David Hughes, sobre las particularidades de este hongo, ya que fue el consultor para el primer videojuego de la saga siendo un al ser un experto en el estudio del cordyceps.
El investigador declaró al medio que, en el transcurso de la realización del juego se descubrió que el Ophiocordyceps unilateralis no se dirige al cerebro de la hormiga para convertirla en un zombi, sino que lo preserva mientras causa estragos en todas las otras partes de su cuerpo. De esta manera, la ciencia real no compagina con lo planteado en el universo de The last of us, ya que en este la infección se encuentra directamente ligada al cerebro, así como el las fases de su infección con su cercanía al mismo. "Nosotros mismos pensamos que estaría en el cerebro y nos sorprendió descubrir que no era así", confesó.
A pesar de los “chasqueadores” son los zombis más emblemáticos de la saga, estas criaturas cuentan con una maleabilidad importante que potencia su capacidad para el horror, y si bien los “corredores” y “acechadores” aún cuentan con algunas características humanas, la tercera y cuarta fase de estos zombis han desarrollado un físico y mentalidad enteramente poseído por el hongo, sólo conservando su boca y dientes para devorar. La mala noticia para quienes le hacen frente es que en este estado la placa de hongo se ha convertido en una protección para el cerebro y las extremidades del zombi, lo que lo hace más difícil de vencer.
Aunque no se conocen demasiados detalles en el juego sobre su interacción microbiológica con los seres humanos a nivel clínico —spoiler alert— nos queda claro que la capacidad de contagio por esporas es relativamente bajo, dado que los personajes sólo se ven obligados a usar una mascarilla en ciertos espacios infestados por estas, debido a esto los creadores del videojuego han declarado que las zonas seguras viven a salvo de los zombis. Con la llegada de [Temporada] The Last of Us (1) a HBO Max el pasado 15 de enero, tuvimos la oportunidad de explorar a fondo este tipo de criaturas y sus distintas características. Tras el primer episodio pudimos constatar que, pese a apegarse mayoritariamente a la historia original, la serie ha realizado algunos cambios respecto al desarrollo del hongo en su huésped.
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Después de que los seres humanos se infectaran con el hongo, en tan sólo unos cuantos meses, este había acabado con un 60% de la humanidad. Se sabe que el cordyceps sigue creciendo en su tejido cerebral y su vida natural dentro del huésped puede llegar a durar décadas. Poco se conoce sobre la capacidad de infectar a animales, pero en grabaciones encontradas por los personajes de la saga se sabe que este hongo fue capaz de enfermar a primates, con lo que tal vez que se confirma la teoría de que no es posible que este afecte a animales alejados genéricamente del ser humano.
La primera etapa de la infección corresponde a la de los corredores, donde la infección en la cabeza afecta a la corteza cerebral que deja virtualmente ciego a su huésped y sólo durará por uno o dos días previos a la infección. Estos zombis se vuelven irritables y de inmediato su sentido del oído comienza a desarrollarse muy por encima de las capacidades humanas. En la segunda etapa los acechadores, aún en su estado más radical de mutación se esconden para atacar, muy probablemente debido a que esos cambios biológicos los hace vulnerables, este estado puede presentarse en las primeras semanas de la infección. Aquí su capacidad de geolocalización comienza a desarrollarse, así como su inteligencia.
En la tercera etapa los clickers o chasqueadores representan frecuentemente el mayor peligro, pues casi un año después de la infección este zombi se encuentra completamente desarrollado, contando con una fuerza sobrehumana y alta resistencia a los ataques con arma de fuego, además de mostrar gran inteligencia para cazar. Su nombre hace referencia al chasquido que realizan como instrumento de ecolocalización con el cual atacan. Su aspecto y capacidades se debe a la exposición prolongada al hongo.
Esta capacidad de ecolocalización es usada para rastrear a sus presas en movimiento, por lo que al permanecer quieto en su presencia un clicker pensará que eres un objeto. Cuando se encuentran inmóviles, estos zombies rasgan sus ojos tratando de remover la capa de hongos que los ha cegado. Poseen escamas en su cuerpo que brillan en la oscuridad, pero primordialmente son una etapa anterior de la infección que crece fuera del cuerpo de sus huéspedes pero que mantiene funcionando al organismo.
En esta fase, los zombis poseen más fuerza y agresividad que los corredores y los acosadores, pero su arma más mortífera es la inteligencia, pues además de la alta capacidad de caza a velocidad, son capaces de buscar en sus rincones y grietas para dar con todo aquel que intente esconderse de ellos.
De tal manera que derrotar a un chasqueador es una tarea extremadamente difícil, por lo que su presencia es señal de alto peligro para cualquier humano presente. Aunque es verdad que existen fases más avanzadas en la infección,este es el verdadero depredador alfa del mundo post apocalíptico de The last of us, por lo que pocos personajes sobrevivirán a su encuentro.
Para la cuarta etapa ya ha transcurrido casi una década después de la infección. Los conocidos como hinchados son extremadamente fuertes y agresivos, y también poseen la capacidad de emitir una neurotoxoina y esporas. La capa gruesa del hongo los hace altamente resistentes a cualquier tipo de arma. En la secuela del videojuego también pudimos saber que existen algunas mutaciones anómalas con ciertos infectados, ligadas al paciente cero de la infección en esa región, así como a muy altas concentraciones de esporas e infectados confinados en espacios cerrados que se consumieron entre sí. Gracias a las propiedades de adaptación del cordyseps, los zombis de este tipo poseen características de todas las etapas. Pese a la existencia de estas otras variantes, los chasqueadores logran sobresalir gracias a su conjunto de características que lo vuelven especialmente aterrador y peligroso, y al final del día ,tanto los sonidos que emite como el rostro de este zombi se han convertido en la firma de la franquicia.
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No obstante, la serie en su primer episodio titulado [Episodio] Cuando Estés Perdido en la Oscuridad, dio datos que cambiarían estas reglas en su universo. En la escena donde los militares examinan al niño recién llegado a la zona segura, es posible leer un poster informativo que señala el tiempo para que un infectado llegue a la primera etapa: Cuello, cara o cabeza: 5-15 minutos; torso, brazo, hombro o mano: 2-8 horas; Pierna o pie: 12-24 horas. Si bien aún no sabemos de qué forma afectarán estos cambios a la trama, es evidente que este hecho volverá a estos zombis en amenazas mucho más poderosas. Sin duda estaremos atentos a la evolución de la historia y la potencial aparición de nuevos zombis.
Aunque la investigación de Hughes en 2017 demostró que el hongo se detiene antes del cerebro, de manera que se adhiere al cuerpo como una espora. para abrirse camino desde el exterior del cuerpo de la hormiga hacia el interior en el transcurso de 24 horas, de manera ilustrativa para lo asombroso de este hecho, Hughes lo compara con una pelota de ping-pong que atraviesa una pared de ladrillos. Ya dentro del organismo, el hongo desarrolla su red fúngica hasta llegar a apoderarse del 40 al 50 por ciento del cuerpo de la hormiga.
Las células de la hormiga son destruidas a medida que el hongo se mueve a través de la hormiga, pero el cerebro permanece intacto, y más importante aún, a pesar de que el hongo podría causar daño si quisiera. "Esta es una decisión activa de la colonia de hongos a medida que crece y se replica dentro del cuerpo", subraya el experto.
Antes del dramático fin de la hormiga, el hongo libera neuromoduladores, específicamente químicos oxidativos reductores, que se encargan de mantenerla en una salud relativa a las partes del cuerpo que no se encuentran cubiertas por el Ophiocordyceps unilateralis. Y así llega el denominado agarre mortal. aproximadamente tres semanas después del contagio. "Lo que creemos que está sucediendo en el cerebro es de vital importancia para el accionar de esta manipulación, para que literalmente el hongo pueda sacar a la hormiga del nido para llevarla a donde debe ir" afirma Hughes.
Cuando el cuerpo de la hormiga finalmente se convierte en una trampa de esporas para la siguiente víctima por medio de una última mordida para fijarse en la rama, el Cordyceps actúa de manera idéntica a las etapas avanzadas los infectados en [Temporada] The Last of Us (1), donde el cuerpo del zombie cuerpo se ha cubierto totalmente de placas fúngicas y desarrolla protuberancias similares a tallos.
Posteriormente, en el 2019, se descubrió que el hongo se acumula en las células musculares, logrando que sus músculos se contraigan, lo cual podría ser la razón de la mordida final de la hormiga antes de morir. A la par se comprobó que el hongo preserva uniones neuromusculares, donde las células musculares y las neuronas motoras del cerebro se unen para intercambiar información, por lo que se cree que esta es la vía utilizada por el hongo para que el cerebro envíe la señal final de "masticación" a los músculos de la mandíbula, logrando el agarre mortal.
Es justo decir que el reino de los hongos es uno muy especial y gracias al éxito de la serie de HBO incluso las ventas de libros sobre el reino fungi se han disparado. Esperamos que la serie profundice en alguno de los cabos sueltos sobre la infección que ha dejado el videojuego, pero estamos seguros que sea cual sea la información adicional que se nos presente, la mitología del cordyceps en la serie será fiel al universo.
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Y es que cuando pensamos en el apocalipsis zombi en la actualidad, tendemos a racionalizarlo mediante una posible explicación científica, y esta misma dota a la ficción en cuestión de una mitología que suele funcionar en el tono de su universo narrativo. Aunque los orígenes de este monstruo estrella de la postmodernidad se alejan mucho de lo científico y se encuentra arraigado en la brujería vudú, el paso del tiempo lo ha colocado como una amenaza biológica, o, tal como en este caso, en una consecuencia del daño a la naturaleza.
Para poder despejar todas las dudas sobre este tema, hay que dejar algo muy en claro: los hongos son raros. De entre todos los reinos de los seres vivos en el planeta Tierra, el fungi es sin duda el primo extraño que nadie desea reconocer. Este comprende una amplio espectro en el que prácticamente todo tipo de características extraños lo comprenden, por ejemplo, puede ser al mismo tiempo el ser vivo más pequeño de la Tierra y el más grande, una variedad de microrriza que se ha localizado en Oregón y se extiende por una superficie de 900 hectáreas gracias a su capacidad de simbiosis con otros organismos.
A diferencia de las plantas, los hongos no poseen clorofila, por lo que no son capaces de producir su propia comida, en consecuencia suelen adquirir sus nutrientes y alimentos por absorción desencadenando así su rol clave en el ciclo nutrimental del medio ambiente. Además de dar inicio a la vida por este motivo, también son uno de los principales descomponedores de materia orgánica muerta, llegando a controlar plagas y brindar equilibrio a ecosistemas enteros.
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Mientras muchas plantas viven en simbiosis con hongos potentes alucinógenos o tóxicos capaces de matarnos con tan sólo con un toque, estos también pueden llegar a ser cruciales para la nutrición humana, pues sus variedades comestibles cuentan con la característica de poseer vitaminas que sólo pueden encontrarse en la proteína animal, de ahí su gran valía para la nutrición y la gastronomía.
Y si esto pudiera llegar a hacerte pensar que los hongos deben de tener origen en el espacio exterior, en realidad estos organismos comparten similitudes con el ADN de los humanos, incluso mucho más que con el de las plantas. Puede resultar evidente que esta rareza sea atractiva para los guionistas de la historia, pero, ¿por qué es esto importante para la trama de [Temporada] The Last of Us (1)?
Partamos de la idea de que, si bien una nueva mutación siempre es una posibilidad latente en cualquier especie, es probable que la respuesta a una pandemia de este tipo resulte bastante diferente a como la vemos en pantalla. Trágicamente, la humanidad aún lidia con las consecuencias de una de menor impacto que sin duda presentó pasajes igualmente oscuros como inesperados.
Sin embargo, la escena inicial de la serie sin duda logra su cometido consiguiendo que la audiencia sienta mucho más cercana la posibilidad de un evento zombi a escala mundial, en especial tras la sufrido por la humanidad durante los últimos años. Y este tipo de verosimilitud es mucho más importante para cualquier historia que el hecho de apegarse al cien por ciento a los eventos históricos o datos científicos. Desde este punto la serie ya gana valiosos puntos con su audiencia, al crear algo creíble pero que ciertamente sigue las reglas de un género de ficción, ambas con resultados sobresalientes.
Una vez aclarado este punto, es un hecho que la base científica es suficientemente sólida para recrear todo un mundo no tan distinto al nuestro con todo lo que “podría ser”. Al igual que el virus causante de la COVID-19, el organismo causante de estos zombis era ya bien conocido por la humanidad. Los investigadores han señalado por muchos años ya la correlación entre el cambio climático y el incremento de epidemias, a medida que la humanidad ha invadido espacios naturales provocando migraciones forzadas por destrucciones de hábitats y cambios ecológicos que alterar en equilibrio de flora y fauna, incluso a nivel microbiológico.
Muchas especies animales conviven parasitaria o simbióticamente con microorganismos que alguna vez fueron patógenos para ellos, pero debido a la evolución sólo sobrevivieron aquellos que fueron resistentes a estos. Y el caso de la humanidad no es particularmente diferente, aunque sin duda hemos causado condiciones climáticas que nos hacen más propensos a una virtual extinción.
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En la ficción el causante del fin del mundo es un pequeño organismo llamado Ophiocordyceps unilateralis, más comúnmente conocido en este mundo como Cordyceps. En nuestro mundo, este es un hongo que se avanza lentamente por el cuerpo con el objetivo de controlar un cerebro, pero afortunadamente para los humanos esto sólo se presenta con algunos insectos.
En China, el Ophiocordyceps sinensis, infecta larvas de la familia Hepialidae, y produce una oruga parasitada muy valorada por la medicina tradicional como afrodisiaco. Este hongo oruga infecta el cuerpo de las larvas de la polilla fantasma. Pero el Ophiocordyceps unilateralis, que infecta específicamente a las hormigas carpinteras, avanzando a través de su cuerpo eventualmente tomando el control de sus músculos. Poco antes de su muerte, la hormiga dejará su colonia y encontrará una hoja o rama colgante a la cual se agarrará con sus fauces en donde, una vez muerta, el hongo emitirá esporas que caerán sobre las víctimas desprevenidas. Ese proceso le ha valido el apodo de "hongo zombi".
Esta es la inspiración para el hongo Cordyceps al que se enfrentarán Joel — Pedro Pascal— y Ellie —Emily Kinney. La web de divulgación científica y cultura pop Inverse, consulta con el profesor de entomología y biología David Hughes, sobre las particularidades de este hongo, ya que fue el consultor para el primer videojuego de la saga siendo un al ser un experto en el estudio del cordyceps.
El investigador declaró al medio que, en el transcurso de la realización del juego se descubrió que el Ophiocordyceps unilateralis no se dirige al cerebro de la hormiga para convertirla en un zombi, sino que lo preserva mientras causa estragos en todas las otras partes de su cuerpo. De esta manera, la ciencia real no compagina con lo planteado en el universo de The last of us, ya que en este la infección se encuentra directamente ligada al cerebro, así como el las fases de su infección con su cercanía al mismo. "Nosotros mismos pensamos que estaría en el cerebro y nos sorprendió descubrir que no era así", confesó.
A pesar de los “chasqueadores” son los zombis más emblemáticos de la saga, estas criaturas cuentan con una maleabilidad importante que potencia su capacidad para el horror, y si bien los “corredores” y “acechadores” aún cuentan con algunas características humanas, la tercera y cuarta fase de estos zombis han desarrollado un físico y mentalidad enteramente poseído por el hongo, sólo conservando su boca y dientes para devorar. La mala noticia para quienes le hacen frente es que en este estado la placa de hongo se ha convertido en una protección para el cerebro y las extremidades del zombi, lo que lo hace más difícil de vencer.
Aunque no se conocen demasiados detalles en el juego sobre su interacción microbiológica con los seres humanos a nivel clínico —spoiler alert— nos queda claro que la capacidad de contagio por esporas es relativamente bajo, dado que los personajes sólo se ven obligados a usar una mascarilla en ciertos espacios infestados por estas, debido a esto los creadores del videojuego han declarado que las zonas seguras viven a salvo de los zombis. Con la llegada de [Temporada] The Last of Us (1) a HBO Max el pasado 15 de enero, tuvimos la oportunidad de explorar a fondo este tipo de criaturas y sus distintas características. Tras el primer episodio pudimos constatar que, pese a apegarse mayoritariamente a la historia original, la serie ha realizado algunos cambios respecto al desarrollo del hongo en su huésped.
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Después de que los seres humanos se infectaran con el hongo, en tan sólo unos cuantos meses, este había acabado con un 60% de la humanidad. Se sabe que el cordyceps sigue creciendo en su tejido cerebral y su vida natural dentro del huésped puede llegar a durar décadas. Poco se conoce sobre la capacidad de infectar a animales, pero en grabaciones encontradas por los personajes de la saga se sabe que este hongo fue capaz de enfermar a primates, con lo que tal vez que se confirma la teoría de que no es posible que este afecte a animales alejados genéricamente del ser humano.
La primera etapa de la infección corresponde a la de los corredores, donde la infección en la cabeza afecta a la corteza cerebral que deja virtualmente ciego a su huésped y sólo durará por uno o dos días previos a la infección. Estos zombis se vuelven irritables y de inmediato su sentido del oído comienza a desarrollarse muy por encima de las capacidades humanas. En la segunda etapa los acechadores, aún en su estado más radical de mutación se esconden para atacar, muy probablemente debido a que esos cambios biológicos los hace vulnerables, este estado puede presentarse en las primeras semanas de la infección. Aquí su capacidad de geolocalización comienza a desarrollarse, así como su inteligencia.
En la tercera etapa los clickers o chasqueadores representan frecuentemente el mayor peligro, pues casi un año después de la infección este zombi se encuentra completamente desarrollado, contando con una fuerza sobrehumana y alta resistencia a los ataques con arma de fuego, además de mostrar gran inteligencia para cazar. Su nombre hace referencia al chasquido que realizan como instrumento de ecolocalización con el cual atacan. Su aspecto y capacidades se debe a la exposición prolongada al hongo.
Esta capacidad de ecolocalización es usada para rastrear a sus presas en movimiento, por lo que al permanecer quieto en su presencia un clicker pensará que eres un objeto. Cuando se encuentran inmóviles, estos zombies rasgan sus ojos tratando de remover la capa de hongos que los ha cegado. Poseen escamas en su cuerpo que brillan en la oscuridad, pero primordialmente son una etapa anterior de la infección que crece fuera del cuerpo de sus huéspedes pero que mantiene funcionando al organismo.
En esta fase, los zombis poseen más fuerza y agresividad que los corredores y los acosadores, pero su arma más mortífera es la inteligencia, pues además de la alta capacidad de caza a velocidad, son capaces de buscar en sus rincones y grietas para dar con todo aquel que intente esconderse de ellos.
De tal manera que derrotar a un chasqueador es una tarea extremadamente difícil, por lo que su presencia es señal de alto peligro para cualquier humano presente. Aunque es verdad que existen fases más avanzadas en la infección,este es el verdadero depredador alfa del mundo post apocalíptico de The last of us, por lo que pocos personajes sobrevivirán a su encuentro.
Para la cuarta etapa ya ha transcurrido casi una década después de la infección. Los conocidos como hinchados son extremadamente fuertes y agresivos, y también poseen la capacidad de emitir una neurotoxoina y esporas. La capa gruesa del hongo los hace altamente resistentes a cualquier tipo de arma. En la secuela del videojuego también pudimos saber que existen algunas mutaciones anómalas con ciertos infectados, ligadas al paciente cero de la infección en esa región, así como a muy altas concentraciones de esporas e infectados confinados en espacios cerrados que se consumieron entre sí. Gracias a las propiedades de adaptación del cordyseps, los zombis de este tipo poseen características de todas las etapas. Pese a la existencia de estas otras variantes, los chasqueadores logran sobresalir gracias a su conjunto de características que lo vuelven especialmente aterrador y peligroso, y al final del día ,tanto los sonidos que emite como el rostro de este zombi se han convertido en la firma de la franquicia.
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Las células de la hormiga son destruidas a medida que el hongo se mueve a través de la hormiga, pero el cerebro permanece intacto, y más importante aún, a pesar de que el hongo podría causar daño si quisiera. "Esta es una decisión activa de la colonia de hongos a medida que crece y se replica dentro del cuerpo", subraya el experto.
Antes del dramático fin de la hormiga, el hongo libera neuromoduladores, específicamente químicos oxidativos reductores, que se encargan de mantenerla en una salud relativa a las partes del cuerpo que no se encuentran cubiertas por el Ophiocordyceps unilateralis. Y así llega el denominado agarre mortal. aproximadamente tres semanas después del contagio. "Lo que creemos que está sucediendo en el cerebro es de vital importancia para el accionar de esta manipulación, para que literalmente el hongo pueda sacar a la hormiga del nido para llevarla a donde debe ir" afirma Hughes.
Cuando el cuerpo de la hormiga finalmente se convierte en una trampa de esporas para la siguiente víctima por medio de una última mordida para fijarse en la rama, el Cordyceps actúa de manera idéntica a las etapas avanzadas los infectados en [Temporada] The Last of Us (1), donde el cuerpo del zombie cuerpo se ha cubierto totalmente de placas fúngicas y desarrolla protuberancias similares a tallos.
Posteriormente, en el 2019, se descubrió que el hongo se acumula en las células musculares, logrando que sus músculos se contraigan, lo cual podría ser la razón de la mordida final de la hormiga antes de morir. A la par se comprobó que el hongo preserva uniones neuromusculares, donde las células musculares y las neuronas motoras del cerebro se unen para intercambiar información, por lo que se cree que esta es la vía utilizada por el hongo para que el cerebro envíe la señal final de "masticación" a los músculos de la mandíbula, logrando el agarre mortal.
Es justo decir que el reino de los hongos es uno muy especial y gracias al éxito de la serie de HBO incluso las ventas de libros sobre el reino fungi se han disparado. Esperamos que la serie profundice en alguno de los cabos sueltos sobre la infección que ha dejado el videojuego, pero estamos seguros que sea cual sea la información adicional que se nos presente, la mitología del cordyceps en la serie será fiel al universo.
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