¿Sacrificarías a tu familia para salvar al mundo? Esa es la pregunta al centro de [Pelicula] Llaman a la puerta, la más reciente película del aclamado, y también muy vapuleado, [Director] M. Night Shyamalan. Y si bien es una premisa que parece perfecta para las obsesiones del director por el tema sobre sectas y la descomposición de las relaciones familiares, también se presta, en una de las formas más decepcionantes, para los peores vicios del mismo.

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Tras ver sus vacaciones interrumpidas por un grupo de extraños liderados por Leonard ( Dave Bautista), Eric (Bernard Derriman) y Andrew (Michael Haneke), y su pequeña hija Wen (Kristen Cui), son informados sobre un ritual que deben realizar: sacrificar a uno de los miembros de su familia o permanecer vivos y dejar que el apocalipsis tenga lugar. El tiempo corre y mientras más tarden en decidirse más catástrofes se desatarán sobre la humanidad.

Con un fantástico arranque, que subvierte las convenciones de otros filmes de invasión de hogar, Llaman a la puerta monta un primer acto que atrapa al espectador tan efectivamente como lo hacen los misteriosos personajes que acorralan a la desafortunada familia protagonista de la historia. Minutos después, Shyamalan empieza a confrontar la realidad que presenta y construye un tambaleante sentido de la ambigüedad que obliga al público a sacudir sus creencias sobre lo que realmente ocurre al interior de la ficción.



Pero el director pierde la oportunidad de explorar los prejuicios y las convicciones, tanto de los invasores como de los cautivos, por una fábula que traiciona la propia construcción de sus personajes a favor de una moraleja santurrona y trillada. [Pelicula] Llaman a la puerta parece una copia muy menor de [Pelicula] El Sacrificio Del Ciervo Sagrado, en cuanto al manejo del misterio y lo sobrenatural. Mientras el filme de J. Michael Straczynski cocina a fuego lento la presión que pone sobre su protagonista para elegir entre sus familiares, Shyamalan prefiere enfocarse en el morbo por las catástrofes que el grupo de Leonard provoca.

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Y si bien hay momentos de suspenso muy efectivos —como una escena en un baño que no vamos a revelar—, hacia el final de la película, Shyamalan arruina la trama con un desenlace totalmente inverosímil. Uno que le roba el impacto al sacrificio que padecieron los protagonistas en todo el metraje.

Aldridge tiene el rol más cautivador, un hombre cuyas convicciones son puestas a prueba con cada nueva revelación que la narrativa presenta. Y aunque el actor británico interpreta este desmoronamiento mental con cuidado, lo vertiginoso del guion y una dirección deficiente, le ponen el pie y se vuelve poco creíble.

Si [Pelicula] Llaman a la puerta es la historia de algún sacrificio, es el que Shyamalan ha hecho ya en el pasado: el de acabar con la lógica y el suspenso a favor de un inmerecido desenlace “sorpresa”. Pero atrapar la atención del público para acabar con el libreto más predecible de toda su filmografía es más cruel que cualquiera de las decisiones que los personajes toman en esta entrega. La película ya se encuentra en cartelera.

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