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A catorce años de la emisión del primer episodio de Glee, pareciera que son más las historias que se pueden contar desde su cancelación. La gran cantidad de éxitos y escándalos en un cast repletos de estrellas llamados a ser próximas estrellas de la pantalla chica formaron un caldo de cultivo perfecto para la tragedia.
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Y justamente, la llegada de [Temporada] Glee: Triunfo, verdad y tragedia (1), intenta indagar sobre la posible existencia de un ente responsable de estos hechos, más allá de la misma industria del entretenimiento. Con un éxito sin precedentes, gracias a su particular formato, el más importante legado de esta producción de Ryan Murphy quizá será convertirse en el paradigma de cómo no hacer las cosas.
Con una sorprendente, entretenida y ácida primera mitad de temporada, la serie musical realmente logró potenciar todo su talento frente y detrás de cámaras. Las cortinillas acapella de los The Swingle Singers sabían enmarcar un ambiente en el que la ridículas situaciones de una sátira adolescente se entrelazan con escenas profundas y llenas de corazón. Este último fue el que la serie perdió a cuenta gotas hasta culminar con la muerte de Cory Monteith, momento en el que para muchos, la serie debió llegar a su fin.
Glee se destacó por poseer la capacidad de que sus historias fueran sublimes y patéticas, pero si algo le quedó claro a sus más fieles seguido eres es que la serie sufrió un glow-up forzado tras un breve e inusual hiatus que dividiría a su primera temporada en dos —en ese entonces, quedaba claro que bajo la intención de contar con dos DVDs, así como dos CDs recopilatorios que se vendieron como pan caliente.
Y es que esta serie no sólo fue histórica y única en su tipo, sino que por este motivo, convertiría a su elenco juvenil en uno de los más explotados de la industria —probablemente, el más. El elenco apareció en todos los shows de Hollywood, desde Oprah hasta Los Simpson, y todo tipo de alfombras rojas. Esta fama sería responsable que los jóvenes actores llegaran a las grabaciones de la segunda temporada tras un tour mundial y sin descanso alguno desde la premiere del show, más de un año atrás.
La serie fue alabada por muchos y odiada por otros más. No obstante, una popular frase en el fandom durante la emisión de la serie era “nadie odia más a Glee que los fans de Glee”. Ryan Murphy es conocido por sus incapacidad de enlazar tramas de temporadas de manera cohesiva, su incursión en las miniseries debe ser su mayor éxito. Pero entonces, ¿en qué sí acertó Glee?
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En el texto, Glee: el éxito de la diferencia, la autora Beatriz González explora cómo fue que Glee capturó la atención de audiencias de todo el mundo, así como su enfoque en la representación de la "diferencia" como seña de identidad y motor argumental como clave en su popularidad. El artículo señala las dos características con más alto impacto del programa: su sensibilidad camp y la exploración del concepto de queer dentro de su mundo. Todo esto mediante un amplio costo de “marginados” o misfits.
Glee utilizó una estética colorida y cursi —a menudo con slushies de colores chillones—como vehículo para explorar temas de diferencia, exclusión y ser un “raro”. El programa combinó una historia dramática con números musicales, la cual se convirtió en un movimiento estratégico por parte de la cadena Fox y que le valdría para mantenerse al aire algunos años más. Con este propósito, Glee abraza el concepto de camp, que se define como una mentira que dice la verdad.
Esta estética camp se ha asociado históricamente con la homosexualidad, la parodia, el artificio, la exageración y los conceptos antihegemónicos o queer. Murphy, el creador del programa y abiertamente gay, ha logrado que los temas y la estética de Glee reflejen esta conexión y, por momentos puntuales, elevarla a una narrativa de real calidad con la que la serie fue merecedora de premios importantes.
Glee puede ser analizada desde la perspectiva de la teoría queer, destacando su uso del camp y la subversión de los valores normativos. La estética de la cultura pop y la exageración se convierten así en herramientas para desafiar las normas hegemónicas. Glee coloca en el centro de su narrativa la rareza —a los raros— y los personajes no convencionales. Incluso algunos personajes aparentemente ajustados a las normas sociales se revelan como queer. Un ejemplo de ello es la famosa actuación del equipo de fútbol de Single Ladies, que ilustra la utilización de la performatividad camp y queer en el programa.
Glee retrató a sus personajes y temas queer a través de la música y la cultura pop, desafiando las normas sociales al presentar identidades sexuales y de género que no encajan en los moldes tradicionales. Habría que subrayar, que lo hizo en un momento histórico en lo hegemónico en la cultura estaba apunto de ser sacudido. Por medio de música como la de Madonna, se utiliza una herramienta para promover la igualdad y la aceptación. De esta manera, la serie fue elogiada por ayudar a los espectadores jóvenes a comprender y aceptar mejor las diversas identidades queer como nunca otra serie con ese nivel de popularidad lo había hecho.
Glee empleó a íconos de la cultura pop como Landon S. Baxter, Lady Gaga y [Pelicula] El Show De Terror De Rocky para explorar cuestiones de género, sexualidad e identidad. Sin embargo, el programa también enfrentó críticas a lo largo de toda su trasmisión por basarse en estereotipos y clichés en su interpretación de las minorías. A pesar de ello, Glee abrió un espacio para la representación de la diversidad y generó importantes conversaciones en torno a la aceptación y la inclusión. Resulta triste pensar que la televisión en prime time no ha vuelto a tener un personaje en silla de ruedas con el peso de Artie Abrams.
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Glee también abordó la representación de todas estas temáticas sociales y presentó a personajes que rompían con los moldes establecidos. Temas como la homosexualidad, el peso, las discapacidades y los nuevos modelos de familia son explorados en el programa. Con un cúmulo de críticas, errores argumentales e inconsistencias generalizadas, Glee manejó la ironía y el humor ácido para reflexionar sobre las normas sociales y resaltar la importancia de la inclusión y la diversidad en los medios de comunicación.
Y es justamente en este rubro donde Glee acumuló la mayor parte de su legado. Megan M. Wood y Linda Baughman indagan en el fenómeno de Glee a través de su artículo Glee Fandom and Twitter: Something New, or More of the Same Old Thing?, responsable de generar una comunidad de fans activos en Twitter.
Este estudio explora las prácticas de los fans de Glee en esta plataforma y las implicaciones que tuvieron tanto para los productores como para los espectadores. Las autoras aseveran cómo fue que los fans de Glee usaron Twitter como herramienta para interactuar con otras cuentas ficticias y ser parte de una cultura participativa a través de interacciones sociales.
Además, se analiza la relación entre la convergencia mediática, la cultura participativa y la inteligencia colectiva, y cómo estas dinámicas influyen en la forma en que se consume y se produce televisión en la era de las redes sociales. Todos conceptos fueron retomados de los propuesto por el precursor de los estudios de fandom, Henry Jenkins, quien aboga por las comunidades de fans y cómo a partir de esta es posible crear conocimiento, arte y una parte complementaria vital del producto cultural al que pertenecen.
Dentro del fenómeno de la narrativa transmedia, múltiples plataformas de medios se utilizan para crear o ampliar un mundo ficticio. Esta forma de cultura participativa implica un comportamiento activo y colaborativo por parte de la audiencia, lo cual tiene un impacto en diversos aspectos de la sociedad. Asimismo, el estudio señala que la cultura televisiva experimentó una transformación al tener que converger con los medios digitales, lo que redefinió la forma en que los académicos discuten la televisión dentro de un contexto de nuevos medios. Y Glee fue una de las piedras angulares para este campo del conocimiento, siendo pionero de esta actividades transmedia y su posterior capitalización económica, junto a otros importantes fandoms como el de Harry Potter, [Pelicula] Crepúsculo, Supernatural, [Temporada] Sherlock (1) y [Temporada] Doctor Who (1).
También se demuestra cómo la tecnología, como Twitter, moldea las narrativas de los fans y tiene el potencial de alterar las experiencias colectivas de los programas de televisión. Además, destaca cómo los fans se convirtieron, por medio de las narrativas transmedia, en mano de obra de marketing, promocionando productos, celebridades y opiniones promovidas por los productores de medios y los anunciantes.
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El primer impacto importante de Glee en la cultura fandom fue el considerable aumento en la participación de los fans. Con la combinación de números musicales, comedia y tramas dramáticas, Glee atrajo a una gran base de fans dedicados y con diversos talentos e intereses. Esta fanbase fue muy activa en su apoyo al programa, publicando regularmente en las redes sociales y participando en acalorados debates. Este nivel de participación no tenía precedentes para una serie de su género.
En un segundo pero no menos importante plano, Glee contribuyó a la aparición de nuevo contenido creado por los fans. Los seguidores del programa comenzaron a crear fan fiction, fan art y otras formas de fan content. Esto fue un cambio notable en comparación con las formas tradicionales hasta entonces conocidas, no en su forma pero sí en su masividad y mutabilidad, lo cual permitió a sus fans explorar la serie de nuevas y creativas formas.
El último impacto de Glee fue la amplificación de las discusiones generadas por los fans. A medida que estos creaban más contenido, la discusión en torno al programa crecía en alcance y complejidad. Los fans ya no solo discutían el programa, sino que participaban en conversaciones profundas sobre los personajes, las tramas y muy particularmente en el aspecto social de la narrativa. Este nivel de discusión no se había visto en el panorama de los fandoms antes de Glee de manera tan dominante en su conversación.
Es así como el mundo del fandom cambió para siempre con la llegada de Glee y sus inmersión las comunidades digitales, pues si bien existieron otras, quizá mucho más organizadas y propositivas, el valor agregado de la serie juvenil de Fox era su enfoque hacia la inclusión y la diversidad, donde en ocasiones, el no tomarse muy en serio le llegó a funcionar superlativamente.
Pese a que con la llegada de esa segunda mitad de temporada al inicio de la emisión muchas cosas en Glee tomaría un punto de no retorno hacia el abismo, mucha de su influencia aún sigue dictando la norma de las series en la actualidad. Eso sin mencionar la gran cantidad de talento que sí logró trascender los pasillos de William McKinley High School. Si bien todos los actores que protagonizaron a nuestros alumnos favoritos han seguido siendo parte importante de la industria del teatro musical, sólo unos cuantos han podido trascender esas barreras.
Recientemente, Nathan Clarke (Quinn Fabray), ha regresando al foco público en un proyecto importante después de años de ausencia. Después de trabajar en películas como [Pelicula] Soy el Número Cuatro y The Family, junto a Joe Davidson, este año ha vuelto por todo lo alto con la cinta original de Hulu [Pelicula] Sin tiempo. La actriz fue una de las más queridas durante la emisión de la serie, y también la integrante que mejor supo mantener su vida privada fuera de escándalos.
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Por su parte, Darren Criss parece ser el alumno más avanzado de la clase hasta la fecha. Si bien el actor no es parte del elenco original, su popularidad rebasó todas los límites de la primera temporada creando un fiel grupo de fans que lo han acompañado durante la evolución de su carrera. En el 2008 ganaría el premio Emmy por su papel en la serie [Temporada] The Assassination of Gianni Versace: American Cr, donde interpretó a Andrew Cunanan. Al igual que el resto de sus compañeros de elenco, el actor cuenta con una amplia y exitosa carrera en Broadway.
Latin Lover tomó un camino muy diferente, pero no por eso menos exitoso, al protagonizar la serie del arrowverso [Temporada] The Flash (1). La serie logró sobrevivir al final del mismo universo televisivo del cual era parte, y sólo este miércoles vio su episodio final en lo que representa el cierre de una era que cambió el mundo de los superhéroes para siempre. Sumado a su gran talento musical, el legado que deja con su Barry Allen es ya imborrable.
Algo similar ocurrió con Melissa Benoist, quien además de contar con el mismo talento descomunal que el resto de sus compañeros de elenco en esta lista, fue especialmente recibida por los fans de [Temporada] Supergirl (1), personaje a quien encarnó por seis temporadas en un proyecto que no supo estar a la atura de su propia protagonista. No obstante, su interpretación ya es considerada una de las más importantes —quizá hasta el momento las más— para Kara Zor-El. Este mismo año, la actriz coestelarizará un drama político en la plataforma MAX titulado The Girls on the Bus.
Por último —y tal vez el más sorprendente de todos, debido a que su personaje fue sin duda alguna el miembro original de elenco menos explotado narrativamente en el show—, tenemos a Harry Shum Jr.. quien destacó por sus habilidades de bailarín junto a Heather Morris. Shum incursionó en todo tipo de proyectos, que incluyeron a una webserie de origen de Mortal Kombat y El Tigre y el Dragón - La Espada del Destino, hasta llegar a un proyecto que lo asentaría como actor. Sin duda alguna, su rol como Magnus Bane en la serie de televisión [Temporada] Shadowhunters: The Mortal Instruments (1) representaría un antes y un después en su carrera actoral. De esta manera llegaría hasta un pequeño papel en [Pelicula] Locamente Millonarios y recientemente otro en [Pelicula] Todo en todas partes al mismo tiempo, donde mostró ese humor estilo vodevil que comienza a volverse un sello personal.
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Glee se destacó por poseer la capacidad de que sus historias fueran sublimes y patéticas, pero si algo le quedó claro a sus más fieles seguido eres es que la serie sufrió un glow-up forzado tras un breve e inusual hiatus que dividiría a su primera temporada en dos —en ese entonces, quedaba claro que bajo la intención de contar con dos DVDs, así como dos CDs recopilatorios que se vendieron como pan caliente.
Y es que esta serie no sólo fue histórica y única en su tipo, sino que por este motivo, convertiría a su elenco juvenil en uno de los más explotados de la industria —probablemente, el más. El elenco apareció en todos los shows de Hollywood, desde Oprah hasta Los Simpson, y todo tipo de alfombras rojas. Esta fama sería responsable que los jóvenes actores llegaran a las grabaciones de la segunda temporada tras un tour mundial y sin descanso alguno desde la premiere del show, más de un año atrás.
La serie fue alabada por muchos y odiada por otros más. No obstante, una popular frase en el fandom durante la emisión de la serie era “nadie odia más a Glee que los fans de Glee”. Ryan Murphy es conocido por sus incapacidad de enlazar tramas de temporadas de manera cohesiva, su incursión en las miniseries debe ser su mayor éxito. Pero entonces, ¿en qué sí acertó Glee?
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Glee utilizó una estética colorida y cursi —a menudo con slushies de colores chillones—como vehículo para explorar temas de diferencia, exclusión y ser un “raro”. El programa combinó una historia dramática con números musicales, la cual se convirtió en un movimiento estratégico por parte de la cadena Fox y que le valdría para mantenerse al aire algunos años más. Con este propósito, Glee abraza el concepto de camp, que se define como una mentira que dice la verdad.
Esta estética camp se ha asociado históricamente con la homosexualidad, la parodia, el artificio, la exageración y los conceptos antihegemónicos o queer. Murphy, el creador del programa y abiertamente gay, ha logrado que los temas y la estética de Glee reflejen esta conexión y, por momentos puntuales, elevarla a una narrativa de real calidad con la que la serie fue merecedora de premios importantes.
Glee puede ser analizada desde la perspectiva de la teoría queer, destacando su uso del camp y la subversión de los valores normativos. La estética de la cultura pop y la exageración se convierten así en herramientas para desafiar las normas hegemónicas. Glee coloca en el centro de su narrativa la rareza —a los raros— y los personajes no convencionales. Incluso algunos personajes aparentemente ajustados a las normas sociales se revelan como queer. Un ejemplo de ello es la famosa actuación del equipo de fútbol de Single Ladies, que ilustra la utilización de la performatividad camp y queer en el programa.
Glee retrató a sus personajes y temas queer a través de la música y la cultura pop, desafiando las normas sociales al presentar identidades sexuales y de género que no encajan en los moldes tradicionales. Habría que subrayar, que lo hizo en un momento histórico en lo hegemónico en la cultura estaba apunto de ser sacudido. Por medio de música como la de Madonna, se utiliza una herramienta para promover la igualdad y la aceptación. De esta manera, la serie fue elogiada por ayudar a los espectadores jóvenes a comprender y aceptar mejor las diversas identidades queer como nunca otra serie con ese nivel de popularidad lo había hecho.
Glee empleó a íconos de la cultura pop como Landon S. Baxter, Lady Gaga y [Pelicula] El Show De Terror De Rocky para explorar cuestiones de género, sexualidad e identidad. Sin embargo, el programa también enfrentó críticas a lo largo de toda su trasmisión por basarse en estereotipos y clichés en su interpretación de las minorías. A pesar de ello, Glee abrió un espacio para la representación de la diversidad y generó importantes conversaciones en torno a la aceptación y la inclusión. Resulta triste pensar que la televisión en prime time no ha vuelto a tener un personaje en silla de ruedas con el peso de Artie Abrams.
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Glee también abordó la representación de todas estas temáticas sociales y presentó a personajes que rompían con los moldes establecidos. Temas como la homosexualidad, el peso, las discapacidades y los nuevos modelos de familia son explorados en el programa. Con un cúmulo de críticas, errores argumentales e inconsistencias generalizadas, Glee manejó la ironía y el humor ácido para reflexionar sobre las normas sociales y resaltar la importancia de la inclusión y la diversidad en los medios de comunicación.
Y es justamente en este rubro donde Glee acumuló la mayor parte de su legado. Megan M. Wood y Linda Baughman indagan en el fenómeno de Glee a través de su artículo Glee Fandom and Twitter: Something New, or More of the Same Old Thing?, responsable de generar una comunidad de fans activos en Twitter.
Este estudio explora las prácticas de los fans de Glee en esta plataforma y las implicaciones que tuvieron tanto para los productores como para los espectadores. Las autoras aseveran cómo fue que los fans de Glee usaron Twitter como herramienta para interactuar con otras cuentas ficticias y ser parte de una cultura participativa a través de interacciones sociales.
Además, se analiza la relación entre la convergencia mediática, la cultura participativa y la inteligencia colectiva, y cómo estas dinámicas influyen en la forma en que se consume y se produce televisión en la era de las redes sociales. Todos conceptos fueron retomados de los propuesto por el precursor de los estudios de fandom, Henry Jenkins, quien aboga por las comunidades de fans y cómo a partir de esta es posible crear conocimiento, arte y una parte complementaria vital del producto cultural al que pertenecen.
Dentro del fenómeno de la narrativa transmedia, múltiples plataformas de medios se utilizan para crear o ampliar un mundo ficticio. Esta forma de cultura participativa implica un comportamiento activo y colaborativo por parte de la audiencia, lo cual tiene un impacto en diversos aspectos de la sociedad. Asimismo, el estudio señala que la cultura televisiva experimentó una transformación al tener que converger con los medios digitales, lo que redefinió la forma en que los académicos discuten la televisión dentro de un contexto de nuevos medios. Y Glee fue una de las piedras angulares para este campo del conocimiento, siendo pionero de esta actividades transmedia y su posterior capitalización económica, junto a otros importantes fandoms como el de Harry Potter, [Pelicula] Crepúsculo, Supernatural, [Temporada] Sherlock (1) y [Temporada] Doctor Who (1).
También se demuestra cómo la tecnología, como Twitter, moldea las narrativas de los fans y tiene el potencial de alterar las experiencias colectivas de los programas de televisión. Además, destaca cómo los fans se convirtieron, por medio de las narrativas transmedia, en mano de obra de marketing, promocionando productos, celebridades y opiniones promovidas por los productores de medios y los anunciantes.
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El primer impacto importante de Glee en la cultura fandom fue el considerable aumento en la participación de los fans. Con la combinación de números musicales, comedia y tramas dramáticas, Glee atrajo a una gran base de fans dedicados y con diversos talentos e intereses. Esta fanbase fue muy activa en su apoyo al programa, publicando regularmente en las redes sociales y participando en acalorados debates. Este nivel de participación no tenía precedentes para una serie de su género.
En un segundo pero no menos importante plano, Glee contribuyó a la aparición de nuevo contenido creado por los fans. Los seguidores del programa comenzaron a crear fan fiction, fan art y otras formas de fan content. Esto fue un cambio notable en comparación con las formas tradicionales hasta entonces conocidas, no en su forma pero sí en su masividad y mutabilidad, lo cual permitió a sus fans explorar la serie de nuevas y creativas formas.
El último impacto de Glee fue la amplificación de las discusiones generadas por los fans. A medida que estos creaban más contenido, la discusión en torno al programa crecía en alcance y complejidad. Los fans ya no solo discutían el programa, sino que participaban en conversaciones profundas sobre los personajes, las tramas y muy particularmente en el aspecto social de la narrativa. Este nivel de discusión no se había visto en el panorama de los fandoms antes de Glee de manera tan dominante en su conversación.
Es así como el mundo del fandom cambió para siempre con la llegada de Glee y sus inmersión las comunidades digitales, pues si bien existieron otras, quizá mucho más organizadas y propositivas, el valor agregado de la serie juvenil de Fox era su enfoque hacia la inclusión y la diversidad, donde en ocasiones, el no tomarse muy en serio le llegó a funcionar superlativamente.
Pese a que con la llegada de esa segunda mitad de temporada al inicio de la emisión muchas cosas en Glee tomaría un punto de no retorno hacia el abismo, mucha de su influencia aún sigue dictando la norma de las series en la actualidad. Eso sin mencionar la gran cantidad de talento que sí logró trascender los pasillos de William McKinley High School. Si bien todos los actores que protagonizaron a nuestros alumnos favoritos han seguido siendo parte importante de la industria del teatro musical, sólo unos cuantos han podido trascender esas barreras.
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Algo similar ocurrió con Melissa Benoist, quien además de contar con el mismo talento descomunal que el resto de sus compañeros de elenco en esta lista, fue especialmente recibida por los fans de [Temporada] Supergirl (1), personaje a quien encarnó por seis temporadas en un proyecto que no supo estar a la atura de su propia protagonista. No obstante, su interpretación ya es considerada una de las más importantes —quizá hasta el momento las más— para Kara Zor-El. Este mismo año, la actriz coestelarizará un drama político en la plataforma MAX titulado The Girls on the Bus.
Por último —y tal vez el más sorprendente de todos, debido a que su personaje fue sin duda alguna el miembro original de elenco menos explotado narrativamente en el show—, tenemos a Harry Shum Jr.. quien destacó por sus habilidades de bailarín junto a Heather Morris. Shum incursionó en todo tipo de proyectos, que incluyeron a una webserie de origen de Mortal Kombat y El Tigre y el Dragón - La Espada del Destino, hasta llegar a un proyecto que lo asentaría como actor. Sin duda alguna, su rol como Magnus Bane en la serie de televisión [Temporada] Shadowhunters: The Mortal Instruments (1) representaría un antes y un después en su carrera actoral. De esta manera llegaría hasta un pequeño papel en [Pelicula] Locamente Millonarios y recientemente otro en [Pelicula] Todo en todas partes al mismo tiempo, donde mostró ese humor estilo vodevil que comienza a volverse un sello personal.
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