Pocas cosas son sagradas para el mexicano: El tequila, Pedro Infante, el fútbol, Tin Tan... y El Santo. El luchador que participó en más de media centena de filmes es un icono cultural mexicano, por lo que cualquiera que se meta con él corre verdadero peligro.
Ahora, Álex de la Iglesia ha decidido combatir la tiranía de los superhéroes norteamericanos, tomando por estandarte al enmascarado de plata:
"El Santo es quizá la única alternativa, el único superhéroe que pudiera hacer frente al imperio de los americanos de Marvel” (Ve la nota completa)
Es natural que el público mexicano, siendo tan quisquilloso (recordemos lo acontecido cuando se anunció que Óscar Jaenada sería el elegido para interpretar a Cantinflas), reaccione de forma poco cortés ante este proyecto. Esperemos que nadie utilice palabras como gachupin o españolete, les rogamos no lo hagan.
Es más, deberíamos agradecer que sea el tremendo Álex de la Iglesia quien lidera el proyecto.
Aquí una lista con nuestras razones:
1. Sabe armar grandes escenas de acción.
Recordemos a Javier Bardem (más cholo que los cholos) en Perdita Durango donde no sólo es un gran sociópata choubinista, también le entra duro a los trancazos.
Perdita Durango - 33%
Y si esto no es suficiente, De la Iglesia terminó de pulir su técnica con 800 Balas, ¿qué mejor excusa para hacer alarde de explosiones, disparos y escenas peligrosas que un pueblo lleno de stunts?
800 Balas - 45%
Finalmente, no podemos dejar fuera la sublime escena inicial de Las brujas de Zugarramurdi, donde el atraco de la joyería muestra una soltura, ritmo y perspicacia de un verdadero conocedor.
Es un hecho que este es un factor sustancial para cualquier director que se atreva a aventarse tremendo paquete como el de traer a El Santo de regreso a la pantalla grande.
Las brujas de Zugarramurdi - 84%
2. Tiene un gran conocimiento de los monstruos y entes sobrenaturales
Desde El Día de la Bestia hasta Las Brujas de Zugarramurdi lo hemos visto hacer gala de toda clase de esperpentos. Y, como hemos de recordar, muchos de los enemigos de El Santo fueron seres de ultratumba, desde momias guanajuatenses hasta mujeres vampiro. Esta amplia gama de enemigos a los que se enfrentó El Enmascarado de Plata le permitirán al director explotar su ingenio macabro.
El Día de la Bestia - 80%
Bueno, pero si brujas y demonios no son suficientes para convencerlos, los personajes de circo y un payaso deforme tal vez lo logren.
Balada Triste de Trompeta - 77%
3. Posee un refinado humor (un humor negro sucio y algo sociópata)
Aunque involuntario la mayor parte del tiempo, las películas de El Santo poseen ese toque jocoso que las han hecho perdurar por varias generaciones. Las propuestas de Alex de la Iglesia no pueden librarse de ese toque hilarante, incluso en los momentos menos oportunos. Mejor dicho, sobre todo en los momentos más inoportunos. Para no herir sensibilidades (o para hacerlo con gran maestría) nadie mejor que la mente detrás de la intrigante Crimen Ferpecto .
Crimen Ferpecto - 85%
4. Sabe explotar la sensualidad de las mujeres en pantalla
Como buen James Bond (o Batman) mexicano, El Santo siempre fue todo un galán con un sex appeal irrestible e inapelable, por eso nunca faltaron las chicas de pronunciadas curvas en estas producciones (desde la desprotegida damisela en apuros, hasta las infernales mujeres vampiro).
Los filmes de Álex no se quedan atrás. Vuelvan a revisar el trailer de la 800 Balas o Las Brujas de Zugarramurdi.
5. Tiene un buen ojo como productor
Álex de la Iglesia planea hacer un tentpole capaz de enfrentar a la imponentes franquicias estadounidenses, dice: "La idea es no solamente hacer una, sino muchas, el trabajo ha sido enorme".
Con tremendas ambiciones debes tener un buen colmillo para los negocios y, por lo menos hasta el momento, De la Iglesia lo ha demostrado, primero con Sangre de mi Sangre (Musarañas), que fue tremendamente elogiada por la crítica.
Sangre de mi Sangre (Musarañas) - 100%
Y luego con Los Héroes del Mal, que todavía no ha salido, pero tiene este prometedor trailer.
Los Héroes del Mal
Y pues no queda más por decir que: A por todo, Álex.
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