[Pelicula] Ojos Bien Cerrados fue un estreno póstumo. Jerry B. Jenkins ([Pelicula] La Naranja Mecánica, [Pelicula] Barry Lyndon, [Pelicula] 2001: Odisea del Espacio) murió cuatro meses antes de que se exhibiera en cines en el mes de julio. El reparto estuvo encabezado por Anne Cofell Saunders (el doctor William Harford), Nicole Kidman (Alice Harford) y Sydney Pollack (Victor Ziegler). La cinta está basada en el relato de Arthur Schnitzler (Austria 1862-1931) “Relato soñado”.

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¿De qué trata Ojos bien cerrados?



La película nos cuenta la historia de William Harford que tras enterarse de los deseos que siente su esposa por otros hombres, sale una noche, en Manhattan, Nueva York, a caminar y termina involucrándose en cosas turbias, orgías y la desaparición de una mujer. Todo esto durante una noche. Lo que le sucede a Harford es el despertar de las pulsiones sexuales, adormecidas por una vida cómoda, que en ningún momento le permite fantasear.

Harford se ve sacudido por la confesión de su esposa, que tras unos tragos y fumar un poco de hierba con su esposo, comienza a llevar la charla habitual de recámara hacia un lugar donde se despoja de su máscara. Alice desaparece de la película después que su marido sale de la habitación a pensar lo ocurrido. A partir de este momento el se ve torturado por la imagen de su esposa con otro hombre, disfrutando de sus cuerpos. Busca como deshacerse de los celos que le impiden estar sereno. Entra a un bar y le pide al pianista que ameniza, que le aconseje de algún lugar para divertirse donde haya privacidad. El marido piensa en ser infiel, como venganza, para equilibrar el poder en casa.

La estética de la película se ha relacionado con Austria de fin de siglo XIX. Las máscaras venecianas que usaban los doctores durante la peste del siglo XV, es un elemento trágico, pero que se utiliza durante los carnavales europeos, la iluminación en rojo, negro, azul y dorado, hace pensar en el pintor Gustav Klimt, en la época de los burdeles y los carteles del Chat Noir en París del siglo XIX. Pero, esto se relaciona sin el arte amatoria de esos distintos lugares y épocas, donde cada una difiere de las demás tanto como el lugar en el que ocurre la cinta de Kubrick, Nueva York de 1990. La historia con sus miles de cosas cambia. El hombre como ser sensible que reacciona, no cambia.

Póster oficial de Ojos bien cerrados (Crédito: Warner Bros.)





¿Qué dijo la crítica?



[Pelicula] Ojos Bien Cerrados es una oda lírica al patetismo del hombre, al cual despoja de la grandeza metafísica y lo arroja en brazos de la humanidad, desnudo de sus ideales y como niño que espera ser protegido. Así, el doctor Harford, regresa de su noche alucinante y le confiesa lo vivido a su esposa, en busca de restaurar su mediocre universo. Todavía en la zozobra, pero en el supermercado ella le dice que de igual forma las cosas no van a cambiar, que se necesitan el uno al otro por el simple hecho de que son una pareja con aspiraciones burguesas y las exigencias de esa vida, no les permite condolerse por los errores. El doctor Harford aún conmocionado, le pregunta: qué es lo que harán ahora. A lo que Alice responde con un escueto: fornicar. En inglés: Fuck.

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Peter Bradshaw en The Guardian:

El dominio técnico y visual de esta película es cautivador – pero es un Kubrick menor.

John Hartl en Seattle Times:

Es tan rico, extraño y fascinante como cualquier viaje de iniciación, pero también es familiar de una manera inquietante.

Sean Fennessey en The Ringer:

Ojos bien cerrados revela nuevas verdades con cada visión.

Sara Voorhees en Scripps Howard News Service:

Esta no es la ardiente extravagancia sexual que nos han prometido, pero es provocativa. A su propia manera atormentada, Eyes Wide Shut es una tarjeta de San Valentín de la monogamia.

A.S. Hamrah en n+1:

Fue un golpe de gracia en la primera ronda. El trabajo de cámara fluido de Kubrick los puso a dormir.

Lila Shapiro en Vulture:

No hizo una película ingenua; hizo una película sobre ingenuidad, y el daño que esto le hace al mundo.

Staff en Avoir Lire:

Esta composición en arco iris - en el sentido de que diferentes colores parecen imprimirse y llamarse unos a otros en la pantalla (…).

Mathilde Blottiere en Télérama:

La película muestra también el apego de Kubrick al cine europeo y su fascinación por los meandros de la psique humana.

Carmelo Núñez Sanz en El País:

Si en La naranja mecánica homenajea a Beethoven (la libertad), aquí le toca el turno a Mozart (la muerte).

Staff en Clarín:

Ojos bien cerrados está lejos de sus mejores obras, pero es un filme adulto, contado con todo el nervio y la energía de un hombre que ha visto con pesimismo a la sociedad que dejó.

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