Mucho se dice sobre el pobre conocimiento que el público en general tiene de la explotación infantil. Narrar estos actos de violencia tan brutal es tramposo en el cine por su naturaleza visual. Pero es exactamente superando ese desafío que [Director] Emmanuelle Nicot construyó un relato de enorme sensibilidad que expone que es posible la supervivencia ante eventos tan devastadores. El título, que está en cartelera, es [Pelicula] El Amor Según Dalva y tuvimos oportunidad de hablar con la realizadora sobre él.

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Luego de ser separada de su padre, quien la mantenía convencida de sostener con él una relación incestuosa, Dalva ( Zelda Samson) es puesta en un centro de asistencia social. Pero, todavía incrédula ante la idea de que fue víctima de un abuso, encontrará difícil retomar su infancia en este lugar y formarse una identidad propia antes de confrontar lo que le ocurrió.

Para Nicot, la inspiración del filme provino de un lugar muy cercano a ella. Su familiares son trabajadores sociales y el tema de las infancias bajo el cuidado estatal ha sido uno recurrente en su obra. En El amor según Dalva, su primer largometraje, volvió a estos “niños sin edad”, como los llama ella por lo fuerte de las violencias que sobreviven, para contar un relato desde la reconstrucción y no la destrucción.

La base o la inspiración fue la inmersión en estos centros y darme cuenta que el sufrimiento no está donde podemos pensar. Creemos que cuando sacamos a los niños del lugar de maltrato, los estamos salvando cuando en realidad no es así. Porque el cuerpo y la psique logran crear mecanismos para soportar lo insoportable y es cuando son colocados en estos centros que estos mecanismos caen. Y mi idea era buscar mecanismos de reconstrucción que de destrucción.

Consenso de la crítica sobre El amor según Dalva. (Crédito: Tomatazos)




La ayuda a menores explotados ha sido un tema que ha tomado impulso, en las semanas recientes, por la campaña viral de [Pelicula] Sonido de Libertad, filme de acción sobre un hombre que viaja a la jungla colombiana para salvar a una niña víctima de tráfico. En el extremo opuesto del lenguaje cinematográfico, El amor según Dalva aborda el mismo tema desde un drama muy íntimo, uno que pone su enfoque en los sobrevivientes y no en los adultos que se congratulan por rescatarlos y lejos del morbo de narrar las siniestras violencias que se infligen sobre ellos.

Para Nicot, era importante “hablar de la resiliencia después del incesto y que la gente pudiera ver la película, sin bajar la mirada”. De ahí que el filme comienza con Dalva siendo separada de su padre, quien no aparece a cuadro en ese momento, por parte de las autoridades. La directora francesa buscaba devolverle a la protagonista el control sobre su vida y encontró, a través del vestuario y maquillaje, la forma de traducir esta emancipación en términos visuales.

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En la primera parte de El amor según Dalva, la niña usa ropa negra de encaje, tiene el cabello teñido y se maquilla los ojos y labios. Poco a poco, lejos de su padre, cambia su apariencia, recupera su tono natural y empieza a lucir atuendos más apropiados para su edad:

Fue una búsqueda visual larga y , junto a la vestuarista y maquillista, fue trabajar con todas ellas, sobre el color del maquillaje, del cabello, sus peinados; la intentamos hacer ver más joven, más vieja. Y trabajamos mucho porque no quería hacerla una lolita vulgar. La relación que tiene el padre con su hija es transformarla en su esposa, entonces no es una forma de sexualizarla realmente, sino de convertirla en su mujer. Pero tampoco se trataba de pasar mucho tiempo con ciertos vestuarios, y así evitar que el espectador estuviera atento a su cuerpo porque justamente eso no era lo que se buscaba.

Y es que la emancipación que Dalva encuentra funciona de forma literal, como la historia de una niña que se sobrepone a un trauma inimaginable, pero también de forma alegórica. Nicot, en esos términos, también estaba interesada por contar un relato sobre cómo las infancias y adolescencias forman una identidad propia alejada de los deseos y moldes parentales que de pequeños tomamos como mandatos. Ese “momento de bajar a los padres del pedestal es brutal”, dice.

Me di cuenta que estos niños tenían el dolor de haber sido colocados en los centros de asistencia más que el que es producto del maltrato parental. Me pareció importante contar el proceso de pasar de estar bajo el control de los padres al momento de encontrar justicia.Y también pensar que a todos nos sucede que cuando somos niños, nuestro padres son dios, y ese momento de bajarlos del pedestal es brutal.

[Pelicula] El Amor Según Dalva ya se encuentra en cartelera.

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