Adaptar una historia que nació del manga y tuvo su respectiva adaptación al anime puede ser una tarea titánica. Dado el historial de fracasos cuando se trata de tomar este material para trasladarlo al mundo live-action, se esperaba poco de [Temporada] One Piece (1), la serie de 8 episodios que acaba de lanzar Netflix en su plataforma. El resultado ha sido sorprendente hasta el punto de que tan pronto como se estrenó ya se empezó a hablar de ella como la mejor adaptación que se ha realizado, y gran parte del éxito se debe a que [Escritor] Eiichiro Oda , el creador de One Piece, fue quien se encargó de dar el visto bueno a la producción antes de que viera la luz en el streaming.

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El público ya ha experimentado los horrores de [Pelicula] Dragonball Evolución o El último maestro del aire y la misma plataforma también ha realizado su aporte con las criticadas versiones que presentó de [Temporada] Cowboy Bebop (1) y [Pelicula] Death Note, que prácticamente arruinaron la fuente para una parte de los fans. Finalmente se puede decir que lo ha logrado con la producción que protagoniza Aubrey Anderson-Emmons en el papel de Monkey D. Luffy, un joven cuyo sueño es convertirse en el Rey de los Piratas. [Temporada] One Piece (1) es un gran paso para cambiar la narrativa de que toda adaptación será pésima gracias a que su conjunto de elementos satisface a quienes han seguido el mítico manga, así como el extenso anime que le acompaña, por la forma en que aborda su historia, además de que consigue ampliar sus horizontes mientras captura nuevos fans gracias a su gran corazón y una trama que nunca deja de entretener.

Netflix tenía una gran responsabilidad sobre sus hombros, puesto que hablar de One Piece es referirse a un manga que abarca generaciones, que ha sido creado y trabajado por el respetado mangaka Eiichiro Oda, y que además es la serie individual de mayor duración jamás escrita así como también el título más vendido. No está de más recordar que tiene una enorme base de fans que continúa creciendo gracias al eterno descubrimiento de este material, así que el público iba a ser muy exigente al respecto. Por los mismos antecedentes, el anuncio de una serie live-action no sentó bien en su momento y el trabajo de la compañía en este ámbito no hablaba bien por sí misma.

Calificación de la crítica de One Piece (Crédito: Tomatazos)




Si bien Hollywood tiene cierta historia con las adaptaciones de obras animadas o ilustradas japonesas, trasladar esas creaciones a la acción real es una tarea ardua que requeriría no solo escritores o directores enamorados de la historia original del autor, sino también un elenco que pudiera dar vida a los icónicos Piratas de Sombrero de Paja con el mismo cuidado y atención, además del corazón de la tripulación. Los showrunners [Escritor] Matt Owens y [Escritor] Steven Maeda, trabajaron de cerca con un equipo de escritores, y en cada entrevista aseguraron que eran grandes fans de One Piece. Esto, sumado con un elenco que goza de una gran química (Iñaki Godoy, Jane Goldman, Saul Williams, Taz Skylar y Jacob Gibson) y el siempre vigilante Eiichiro Oda, quien por cierto contó que Netflix accedió a que no lanzaría la serie a menos que él de su aprobación, fueron parte de una receta para el éxito que de seguro hará posible una continuación a la primera temporada en el futuro.

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¿De qué trata One Piece?



Antes de que describamos lo que hace de One Piece una gran serie hay que hablar un poco de su trama, la cual ya es bastante interesante: el joven Monkey D. Luffy tiene un gran sueño desde pequeño, y ese es convertirse en el Rey de los Piratas. El protagonista apenas puede empezar a realizar acciones en la búsqueda de ese sueño luego de que Gold Roger ( Michael Dorman) es asesinado en una plaza por sus crímenes como pirata. Antes de su trágico destino, Gold Roger era el Rey de los Piratas y poseedor de un mítico tesoro conocido como One Piece, que le da nombre a la serie. No se sabe qué contiene, pero al quedar libre tras su muerte se da inicio a la Gran Era Pirata, donde se produce una cacería que enfrenta a los piratas por encontrar ese tesoro. En los siguientes episodios, se puede observar cómo Luffy reúne al equipo que se convierte en su tripulación y juntos intentan encontrar ese premio que todos quieren, no sin antes enfrentarse a otros piratas, la marina y las diferencias que surgen entre ellos.



¿Qué hace que una adaptación de manga y anime sea buena?



Adaptar un material que existe originalmente en otro medio puede ser un reto. Lo hemos visto con libros, novelas gráficas, cómics, entre otros. Debido a la frecuencia con la que se realizan adaptaciones de algunos de ellos es posible que el público sienta que unos son más fáciles de trasladar a la pantalla que otros. Cuando se trata de manga, que usualmente ha sido adaptado primero como anime, es comprensible que pueda haber una reacción negativa debido a que rara vez suelen tener éxito. Es más fácil mencionar aquellas adaptaciones que resultaron ser de lo peor que aquellas que lo hicieron bien.

One Piece encontró el equilibrio entre lo absurdo y lo "real"



En ocasiones, lo absurdo de un manga parece imposible de adaptar. Sin embargo, en las mentes (o manos) correctas, las extravagancias pueden ser aprovechadas. El caos de la historia de One Piece y las excentricidades de sus personajes, especialmente de aquellos que adquirieron habilidades luego de comer la Fruta del Diablo, son elementos característicos de este relato, el cual hubiera fracasado si omitía esos detalles. Afortunadamente, la producción no los ignoró sino que más bien le da un gran protagonismo a la locura, incluyendo los extraños diseños de sus personajes. La serie triunfa cuando encuentra un equilibrio entre ese lado absurdo con el real en la manera en que traslada la apariencia de cada personaje al live-action sin deshacerse de su esencia; los fans pueden reconocer fácilmente quién es quién ya que la adaptación es bastante fiel a pesar de que en su momento, viéndolos en el manga o en el anime, era difícil imaginar qué tan bien podrían verse en este otro medio. En cuanto a la narrativa, la serie de Netflix logra equilibrar cada situación disparatada con una más aterrizada como los flashbacks que siguen la infancia de Luffy, el inicio de su gran sueño y su relación con Shanks. Gracias a su estructura, la adaptación mantiene un ritmo bueno y no deja de entretener, pero principalmente consigue que no haya excesos, ya que tanto el lado más “realista” como el absurdo de esta serie entran en armonía y permite a cualquier público, incluido el nuevo, disfrutar de la historia. Cualquier falta de balance en este aspecto podría haber ocasionado el efecto contrario.



El cast de One Piece es simpático y adorable



Podemos decir que gran parte del éxito de One Piece es lo ridículamente adorable que resulta su elenco. Los actores que dan vida a los Piratas de Sombrero de Paja son muy simpáticos y ayudan a que la adaptación capture lo carismática, entrañable y determinada que es la historia en sí. El equipo puede hacerlo todo, desde ofrecer grandes batallas de piratas hasta momentos tiernos y divertidos, comenzando por la habilidad de Iñaki Godoy de tener química con cualquier otro actor que se aparece en el camino de Luffy. Todos brillan al llevar a los personajes del manga al live-action y su elección ha sido un gran acierto. Aún si la serie se convertía en el objetivo del odio por parte del público general, muchos se habían rendido ante los pies de este grupo de actores desde su aparición en el evento Tudum de Netflix y tenían la esperanza de que la serie fuera un éxito solo porque ya los amaban y deseaban lo mejor para ellos.



Narrativa sólida y concentrada, fidelidad al material original



Cada detalle mencionado anteriormente es una pieza importante en el engranaje de [Temporada] One Piece (1), pero sin una narrativa sólida y concentrada es probable que ninguno de ellos pudiera hacer más. El manga es extenso y el anime también; en la actualidad se han emitido más de mil episodios. Para tener una idea más clara, no ha terminado y no se conoce qué es exactamente ese tesoro que da nombre a la serie, aunque no faltan las teorías de los fans. Entonces, ¿cómo adaptar este material? Pues, la producción de Netflix supo resumir la historia sin perder los detalles más importantes, y no solo eso sino que también encontró el tiempo necesario para tomarse sus libertades sin irse por las ramas. Solo en la primera temporada ya se adaptaron 95 episodios, adaptando casi toda la primera saga, conocida como Saga del East Blue, mientras que el manga ya se encuentra en su saga final. En 8 episodios, One Piece llevó a la pantalla varios arcos del manga, solo dejando uno por fuera (el Arco de Loguetown). Dentro de una narración que es flexible a ratos, la serie es una constante garantía de una representación fiel que toma los momentos clave que mejor representan el manga. Y lo hace de una manera que permite tanto a los fans como al público nuevo entender lo que sucede y conocer a fondo a sus personajes. Por supuesto, hay cosas que no ocurrieron en el manga o en el anime, pero en esta adaptación no se siente como relleno y, viéndolo como un gran esquema, los cambios realizados aportan mayor profundidad a la historia y brindan mayor fortaleza a sus bases. Además, no falta el sentido de aventura, la acción característica de los piratas, los momentos emocionales y el lazo entre los protagonistas así como temáticas que incluyen la lucha por cumplir sueños y la búsqueda de libertad. La producción de Netflix encontró la manera de simplificar un gran número de capítulos sin perder frescura y siempre manteniendo lo que hace que One Piece sea especial.

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