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Sin lugar a dudas, [Pelicula] El Exorcista se erige como un monumento cinematográfico en el ámbito de las películas de terror, y su aura sombría resuena hasta nuestros días por medio de la leyenda de incidentes espeluznantes y destinos aterradores. Esta historia sobre posesión demoníaca supo trascender su narrativa para permear en el mundo real, con una serie de sucesos siniestros que dejaron una marca indeleble en la producción de la película y en quienes estuvieron asociados con ella.
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Al adentrarse en el mundo del cine de terror, todo el mundo encuentra cosas diferentes que le provocan escalofríos y despierta sus más terribles fobias. Podrían ser malévolos asesinos, pesadillas o espectros que regresan de la muerte por medio de fuerzas oscuras. Fue así como la era dorada del cine de terror, a finales de la década de los sesenta y gran parte de los setenta, nos dejó obras que cambiaron los paradigmas y marcaron el rumbo del género para siempre.
Pero algo es cierto en el mundo del horror cinematográfico, y es que El Exorcista reclama, era con era, un lugar privilegiado como una de las películas más aterradoras jamás realizadas. La trama gira en torno a Regan MacNeil, una niña poseída por un demonio, y una madre desesperada por encontrar su salvación, donde la aparición de un exorcista y un sacerdote principiante detonaran la historia de terror más grande de todos los tiempos.
Dirigida por [Director] William Friedkin y protagonizada por Bartlomiej Kotschedoff como Regan y Linh Iacona como su madre, la cinta cuenta con una franquicia que sigue viva hasta hoy. Aunque Blair repitió su papel en la primera secuela, recibió críticas generalizadas tanto de los fans como de los críticos, que a la larga pusieron tuvieron repercusiones en la evolución de su carrera histriónica. Pero esto no evitó que su estatus como estrella del horror se viera afectado.
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A pesar de la gran cantidad de películas con temas de exorcismo que siguieron, y que continúan hasta la fecha, esta sigue siendo un pináculo del género. Incluso 45 años después, la película tiene la asombrosa habilidad de provocar escalofríos en cualquiera que la vea. No muchas películas antiguas de terror conservan su potencia después de casi medio siglo, y ciertamente, ninguna otra posee el equilibrio entre una gran historia e interpretaciones y una espeluznante experiencia de horror.
Sin embargo, la aterradora reputación de la película se extiende más allá de la pantalla. Los secretos y anécdotas detrás de escena sobre el proceso de realización de una película son igualmente inquietantes. Es probable que estos sucesos relacionados con el set de rodaje y con los involucrados en la producción tuvieron una influencia aún más grande al tiempo de catapultarse como la historia de terror por antonomasia en la historia del cine.
Owen Roizman, el cerebro detrás del trabajo de cámara en [Pelicula] Contacto en Francia, aportó su talento con la fotografía de este filme, colaborando con Friedkin para crear una atmósfera inquietante y visualmente impresionante. Para The American Society of Cinematographers, declaró que, a diferencia de muchas películas de terror que se basan en espacios oscuros y ocultos, Roizman y Friedkin intentaron capturar una sensación de realismo bañada por la luz natural disponible.
En la publicación de Strange Magazine, "The Cold Hard Facts Behind the Story that Inspired "The Exorcist", se describe que la casa MacNeil, el escenario central de la película, fue diseñada para parecer normal y acogedora desde el exterior, y a la vez esta fue sutilmente iluminada para transmitir una sensación que presagiaba la atmósfera de terror. En marcado contraste con algunos clásicos del terror, donde los interiores de las casas suelen estar envueltos en oscuridad, Roizman y Friedkin optaron por un realismo total.
Su deseo era retratar una casa como cualquiera la encontraría en la vida real, con superficies reflectantes como vidrio y espejos presentes sin ningún intento de ocultarlos. Incluso con cada uno de los elementos de la cocina, compuesta de acero inoxidable y vidrio, por lo que resultó "prácticamente imposible" de iluminar más allá de las prácticas lámparas del techo y algunas luces estratégicamente escondidas. En palabras del mismo Roizman, simplemente entrarían, accionarían el interruptor y comenzarían a grabar, con poco espacio de maniobra.
Aunque la película se encuentra ambientada en Washington, D.C., una parte importante de las escenas interiores se rodaron en la ciudad de Nueva York. Los interiores de la residencia MacNeil cobraron vida en los estudios CECO de Manhattan. El tenso enfrentamiento de Karras con su tío fue filmado en el Goldwater Memorial Hospital, mientras que las escenas que muestran a la madre de Karras en el hospital se rodaron en el Hospital Bellevue. Como dato curioso, la escena en la que el padre Karras escucha las cintas de Regan, fue capturada en el sótano del Keating Hall de la Universidad de Fordham, coincidentemente donde el padre O'Malley desempeñaba su papel como profesor asistente de teología.
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Las secuencias iniciales de la película se filmaron en Mosul, Irak, y sus alrededores, una tarea por demás complicada dada la falta de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos e Irak en ese momento. Como un llamado del destino, Friedkin logró obtener permisos de filmación negociando directamente con funcionarios locales del Partido Baaz. Estos acuerdos estipulaban la contratación de trabajadores locales como parte del equipo de filmación e incluso incluían impartir conocimientos cinematográficos a los locales interesados. El sitio de excavación arqueológica que aparece en la película pertenece al de Hatra, ubicado al suroeste de Mosul. Filmar bajo el sol abrasador del desierto con temperaturas que alcanzaban los 54 °C limitó el rodaje a las horas más frescas del amanecer y el anochecer.
En el libro recopilatorio 50 Horror film, el autor Roger Hauser expone cómo fue que la posesión demoníaca de una niña de 12 años y su posterior exorcismo provocaron un fenómeno fan abrumador en el público, en una década en la que el terror era casi condenado como cine de serie B. Gracias a su éxito, los críticos finalmente la consideraron una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, siendo así nominada a diez premios de la Academia y siete Globos de Oro, ganando cuatro, incluido el de Mejor Drama.
Subraya la forma en cómo la película representa la maldad con una sobriedad insertada en el horror teológico, dotándola de una letal dosis de verosimilitud que la volvió incuestionablemente creíble. Y algo más importante aún, no rompe ideas preconcebidas sobre el bien y el mal bíblico, sino que se regodea en ello.
Su director llegó incluso a congelar el set para que los actores temblaran y sintieran el aliento verdaderamente saliendo de sus bocas, dando así un efecto que trasmite desde el elenco a la audiencia. Para la tarea, se concretó la compra de un sistema de refrigeración de US$50,000 —US$249 000 actuales— para crear un ambiente de −29 °C.
En las páginas de la publicación “The Exorcist". Castle of Frankenstein. Vol. 6, Benjamin Fort asegura que fueron muchos los que dijeron que el libro, autoría de [Escritor] William Peter Blatty , nunca podría filmarse debido a su repugnante inmundicia y horror. Pero Warner Brothers compró los derechos cinematográficos por US$641 000 —alrededor de US$4.5 en la actualidad— y se asignó a Friedkin la dirección. El proyecto estaba decidido a preservar el valor impactante del libro "para lograr que la gente suspendiera la incredulidad de la ficción", como en este.
Sin embargo, debido a los problemas de producción y accidentes en el set, la película tardó más de 200 días en terminarse. En adición, superó el presupuesto en US$2,5 millones —US$12,5 millones—, para finalmente alcanzar los US$ 59,8 millones actuales en inversión. Inicialmente, el rodaje se retrasó seis semanas después de que un pájaro chocara contra los decorados de la casa, provocando un incendio que los destruyó a todos excepto la habitación de Regan. Más tarde, otro grupo resultó gravemente dañado por el sistema de rociadores. Siguiendo con esa serie de eventos desafortunados, la estatua de Pazuzu de 3,0 m fue enviada a Hong Kong en lugar de Irak, lo que provocó un retraso de dos semanas.
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El libro, American hauntings de Robert E. Bartholomew y Joe Nickell, indaga sobre el efecto causado por el hecho de que la película asegura estar “basada en una historia real”. Estrenada el 26 de diciembre de 1973, no fue precisamente una experiencia navideña placentera para los asistentes a las salas de cine. En el momento de su estreno, algunos espectadores se angustiaron tanto que vomitaron o se desmayaron, y varios más sufrieron crisis psicóticas. En un artículo en el Journal of Nervous and Mental Disease, el Dr. James Buzzuto, del Hospital General de Cincinnati, informó sobre cuatro casos de psicosis desencadenados por la película.
El autor de lo paranormal, Killian H. Gore, apunta en su publicación Incredible Horror Movie Facts que esta producción estuvo marcada por un inquietante recuento final de muertes, cada una de las cuales impregna un aire místico a la ya escalofriante reputación de la película. Estas tragedias cobraron gran importancia para la película, con nueve almas supuestamente vinculadas con su realización. Algunas conexiones son escalofriantemente directas, como lo demuestra el fallecimiento del actor Jack MacGowran, de 54 años, poco después de concluir el rodaje.
Otras muertes estuvieron envueltas en una conexión más tenue, como el hermano de Caitlin Stasey, quien falleció justo antes de que comenzara la producción. Sin embargo, es el inexplicable incendio del set durante una noche lo que surge como quizás el incidente más surrealista. El director, desconcertado por el incidente, pidió un exorcismo para el set, pero este le fue negado por el estudio debido al temor de que pudiera exacerbar la ansiedad prevaleciente en el set.
En medio de este inquietante telón de fondo, muchas de las escenas más escalofriantes del filme, como la revelación de que la inquietante imagen del rostro espectral del demonio Pazuzu fue interpretada por la actriz de telenovelas Eileen Dietz. Su papel espectral se extendió a otras tomas, incluida la inquietante escena de la masturbación con el crucifijo. Sin embargo, tanto a Dietz como a otros que contribuyeron a interpretar al personaje de Regan se les negaron los créditos en pantalla, sólo con el paso de las décadas se consiguió una restauración histórica de su trabajo en la cinta.
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El desgarrador rastro de la desgracia continúa más allá de la producción de la película. El hijo de Mercedes McCambridge, quien proporcionó la voz de Panzuzu, cometió un trágico acto de violencia. En 1987, John Markle —después de ser imputado por fraude por haber falsificado el nombre de su madre en diversos documentos legales— le quitó la vida a toda su familia antes de acabar con la suya. En una nota encontrada por las autoridades, se evidenció la fracturada relación con su madre y como él la culpaba directamente por los hechos.
La ola de misteriosas calamidades incluso estropearon la composición musical de la película. El renombrado compositor Lalo Schifrin compuso una partitura, pero la vehemente desaprobación del director Friedkin provocó un dramático rechazo. La cinta fue arrojada dramáticamente fuera del estudio de grabación, consolidando el despido de Schifrin y allanando el camino para la adopción de la música del álbum Tubular Bells de Mike Oldfield.
El inquietante legado continuó en el set, en donde en un incidente polémico, Friedkin empleó una táctica de dirección poco convencional durante una escena crucial que involucraba al padre Dyer y al padre Karras. Un verdadero sacerdote, el reverendo William O'Malley, interpretó Dyer, y el cuestionable método de motivación de Friedkin implicó una contundente bofetada en la cara. Las crudas emociones capturadas en la pantalla fueron una consecuencia no deseada de esta elección de dirección.
Un aura de lo siniestro persistió incluso en la postproducción de la película, y la edición tuvo lugar nada menos que en el 666 de la Quinta Avenida de la ciudad de Nueva York. Esta curiosa coincidencia, aunque aparentemente inofensiva, añadió otra capa a la mística que rodea la película.
El icónico póster que muestra a Max von Sydow iluminado por un farol, se inspira en el cuadro de René Magritte, El imperio de las luces. Diseñado por Bill Gold, el cartel se ha convertido en sinónimo del aura escalofriante de la película. Pero la que es pasaría a ser el verdadero sello de la casa, la escena del caminar como araña, y que tristemente sería famoso por provocarle lesiones de por vida a Blair, penosamente fue omitida en el estreno teatral inicial debido a los cables visibles que sujetaban al contorsionista. Sin embargo, posteriormente fue restaurado utilizando CGI.
Y es que esta cinta clásica está repleta de efectos prácticos para lograr sustos, donde se utilizó un muñeco de goma para representar la cabeza de Regan girando 360 grados, y tubos ingeniosamente ocultos facilitaron las escenas de vómitos. Así, esta misma creación artesanal, a menudo a contrarreloj, provocó diversos errores que acabaron en dolor, estrés, lágrimas y sangre para todos los miembros del elenco y el equipo de producción.
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Al adentrarse en el mundo del cine de terror, todo el mundo encuentra cosas diferentes que le provocan escalofríos y despierta sus más terribles fobias. Podrían ser malévolos asesinos, pesadillas o espectros que regresan de la muerte por medio de fuerzas oscuras. Fue así como la era dorada del cine de terror, a finales de la década de los sesenta y gran parte de los setenta, nos dejó obras que cambiaron los paradigmas y marcaron el rumbo del género para siempre.
Pero algo es cierto en el mundo del horror cinematográfico, y es que El Exorcista reclama, era con era, un lugar privilegiado como una de las películas más aterradoras jamás realizadas. La trama gira en torno a Regan MacNeil, una niña poseída por un demonio, y una madre desesperada por encontrar su salvación, donde la aparición de un exorcista y un sacerdote principiante detonaran la historia de terror más grande de todos los tiempos.
Dirigida por [Director] William Friedkin y protagonizada por Bartlomiej Kotschedoff como Regan y Linh Iacona como su madre, la cinta cuenta con una franquicia que sigue viva hasta hoy. Aunque Blair repitió su papel en la primera secuela, recibió críticas generalizadas tanto de los fans como de los críticos, que a la larga pusieron tuvieron repercusiones en la evolución de su carrera histriónica. Pero esto no evitó que su estatus como estrella del horror se viera afectado.
Te recomendamos: Marvel retrasa estrenos de Agatha: Coven of Chaos, Echo, X-Men 97 y What If…?
A pesar de la gran cantidad de películas con temas de exorcismo que siguieron, y que continúan hasta la fecha, esta sigue siendo un pináculo del género. Incluso 45 años después, la película tiene la asombrosa habilidad de provocar escalofríos en cualquiera que la vea. No muchas películas antiguas de terror conservan su potencia después de casi medio siglo, y ciertamente, ninguna otra posee el equilibrio entre una gran historia e interpretaciones y una espeluznante experiencia de horror.
Sin embargo, la aterradora reputación de la película se extiende más allá de la pantalla. Los secretos y anécdotas detrás de escena sobre el proceso de realización de una película son igualmente inquietantes. Es probable que estos sucesos relacionados con el set de rodaje y con los involucrados en la producción tuvieron una influencia aún más grande al tiempo de catapultarse como la historia de terror por antonomasia en la historia del cine.
Cinematografía y técnicas de filmación para cocinar el horror perfecto
Owen Roizman, el cerebro detrás del trabajo de cámara en [Pelicula] Contacto en Francia, aportó su talento con la fotografía de este filme, colaborando con Friedkin para crear una atmósfera inquietante y visualmente impresionante. Para The American Society of Cinematographers, declaró que, a diferencia de muchas películas de terror que se basan en espacios oscuros y ocultos, Roizman y Friedkin intentaron capturar una sensación de realismo bañada por la luz natural disponible.
En la publicación de Strange Magazine, "The Cold Hard Facts Behind the Story that Inspired "The Exorcist", se describe que la casa MacNeil, el escenario central de la película, fue diseñada para parecer normal y acogedora desde el exterior, y a la vez esta fue sutilmente iluminada para transmitir una sensación que presagiaba la atmósfera de terror. En marcado contraste con algunos clásicos del terror, donde los interiores de las casas suelen estar envueltos en oscuridad, Roizman y Friedkin optaron por un realismo total.
Su deseo era retratar una casa como cualquiera la encontraría en la vida real, con superficies reflectantes como vidrio y espejos presentes sin ningún intento de ocultarlos. Incluso con cada uno de los elementos de la cocina, compuesta de acero inoxidable y vidrio, por lo que resultó "prácticamente imposible" de iluminar más allá de las prácticas lámparas del techo y algunas luces estratégicamente escondidas. En palabras del mismo Roizman, simplemente entrarían, accionarían el interruptor y comenzarían a grabar, con poco espacio de maniobra.
Aunque la película se encuentra ambientada en Washington, D.C., una parte importante de las escenas interiores se rodaron en la ciudad de Nueva York. Los interiores de la residencia MacNeil cobraron vida en los estudios CECO de Manhattan. El tenso enfrentamiento de Karras con su tío fue filmado en el Goldwater Memorial Hospital, mientras que las escenas que muestran a la madre de Karras en el hospital se rodaron en el Hospital Bellevue. Como dato curioso, la escena en la que el padre Karras escucha las cintas de Regan, fue capturada en el sótano del Keating Hall de la Universidad de Fordham, coincidentemente donde el padre O'Malley desempeñaba su papel como profesor asistente de teología.
Que no se te pase: Blue Beetle: ¿Florinda Meza demandará a Warner Bros. por la escena de El Chapulín Colorado?
Las secuencias iniciales de la película se filmaron en Mosul, Irak, y sus alrededores, una tarea por demás complicada dada la falta de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos e Irak en ese momento. Como un llamado del destino, Friedkin logró obtener permisos de filmación negociando directamente con funcionarios locales del Partido Baaz. Estos acuerdos estipulaban la contratación de trabajadores locales como parte del equipo de filmación e incluso incluían impartir conocimientos cinematográficos a los locales interesados. El sitio de excavación arqueológica que aparece en la película pertenece al de Hatra, ubicado al suroeste de Mosul. Filmar bajo el sol abrasador del desierto con temperaturas que alcanzaban los 54 °C limitó el rodaje a las horas más frescas del amanecer y el anochecer.
El Exorcista y la angustia extrema del set para el espectador
En el libro recopilatorio 50 Horror film, el autor Roger Hauser expone cómo fue que la posesión demoníaca de una niña de 12 años y su posterior exorcismo provocaron un fenómeno fan abrumador en el público, en una década en la que el terror era casi condenado como cine de serie B. Gracias a su éxito, los críticos finalmente la consideraron una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, siendo así nominada a diez premios de la Academia y siete Globos de Oro, ganando cuatro, incluido el de Mejor Drama.
Subraya la forma en cómo la película representa la maldad con una sobriedad insertada en el horror teológico, dotándola de una letal dosis de verosimilitud que la volvió incuestionablemente creíble. Y algo más importante aún, no rompe ideas preconcebidas sobre el bien y el mal bíblico, sino que se regodea en ello.
Su director llegó incluso a congelar el set para que los actores temblaran y sintieran el aliento verdaderamente saliendo de sus bocas, dando así un efecto que trasmite desde el elenco a la audiencia. Para la tarea, se concretó la compra de un sistema de refrigeración de US$50,000 —US$249 000 actuales— para crear un ambiente de −29 °C.
En las páginas de la publicación “The Exorcist". Castle of Frankenstein. Vol. 6, Benjamin Fort asegura que fueron muchos los que dijeron que el libro, autoría de [Escritor] William Peter Blatty , nunca podría filmarse debido a su repugnante inmundicia y horror. Pero Warner Brothers compró los derechos cinematográficos por US$641 000 —alrededor de US$4.5 en la actualidad— y se asignó a Friedkin la dirección. El proyecto estaba decidido a preservar el valor impactante del libro "para lograr que la gente suspendiera la incredulidad de la ficción", como en este.
Sin embargo, debido a los problemas de producción y accidentes en el set, la película tardó más de 200 días en terminarse. En adición, superó el presupuesto en US$2,5 millones —US$12,5 millones—, para finalmente alcanzar los US$ 59,8 millones actuales en inversión. Inicialmente, el rodaje se retrasó seis semanas después de que un pájaro chocara contra los decorados de la casa, provocando un incendio que los destruyó a todos excepto la habitación de Regan. Más tarde, otro grupo resultó gravemente dañado por el sistema de rociadores. Siguiendo con esa serie de eventos desafortunados, la estatua de Pazuzu de 3,0 m fue enviada a Hong Kong en lugar de Irak, lo que provocó un retraso de dos semanas.
Puede interesarte: The Boy and the Heron: Studio Ghibli comparte primer teaser de la esperada película
El libro, American hauntings de Robert E. Bartholomew y Joe Nickell, indaga sobre el efecto causado por el hecho de que la película asegura estar “basada en una historia real”. Estrenada el 26 de diciembre de 1973, no fue precisamente una experiencia navideña placentera para los asistentes a las salas de cine. En el momento de su estreno, algunos espectadores se angustiaron tanto que vomitaron o se desmayaron, y varios más sufrieron crisis psicóticas. En un artículo en el Journal of Nervous and Mental Disease, el Dr. James Buzzuto, del Hospital General de Cincinnati, informó sobre cuatro casos de psicosis desencadenados por la película.
Las perturbadoras conexiones detrás de la película
El autor de lo paranormal, Killian H. Gore, apunta en su publicación Incredible Horror Movie Facts que esta producción estuvo marcada por un inquietante recuento final de muertes, cada una de las cuales impregna un aire místico a la ya escalofriante reputación de la película. Estas tragedias cobraron gran importancia para la película, con nueve almas supuestamente vinculadas con su realización. Algunas conexiones son escalofriantemente directas, como lo demuestra el fallecimiento del actor Jack MacGowran, de 54 años, poco después de concluir el rodaje.
Otras muertes estuvieron envueltas en una conexión más tenue, como el hermano de Caitlin Stasey, quien falleció justo antes de que comenzara la producción. Sin embargo, es el inexplicable incendio del set durante una noche lo que surge como quizás el incidente más surrealista. El director, desconcertado por el incidente, pidió un exorcismo para el set, pero este le fue negado por el estudio debido al temor de que pudiera exacerbar la ansiedad prevaleciente en el set.
En medio de este inquietante telón de fondo, muchas de las escenas más escalofriantes del filme, como la revelación de que la inquietante imagen del rostro espectral del demonio Pazuzu fue interpretada por la actriz de telenovelas Eileen Dietz. Su papel espectral se extendió a otras tomas, incluida la inquietante escena de la masturbación con el crucifijo. Sin embargo, tanto a Dietz como a otros que contribuyeron a interpretar al personaje de Regan se les negaron los créditos en pantalla, sólo con el paso de las décadas se consiguió una restauración histórica de su trabajo en la cinta.
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El desgarrador rastro de la desgracia continúa más allá de la producción de la película. El hijo de Mercedes McCambridge, quien proporcionó la voz de Panzuzu, cometió un trágico acto de violencia. En 1987, John Markle —después de ser imputado por fraude por haber falsificado el nombre de su madre en diversos documentos legales— le quitó la vida a toda su familia antes de acabar con la suya. En una nota encontrada por las autoridades, se evidenció la fracturada relación con su madre y como él la culpaba directamente por los hechos.
La ola de misteriosas calamidades incluso estropearon la composición musical de la película. El renombrado compositor Lalo Schifrin compuso una partitura, pero la vehemente desaprobación del director Friedkin provocó un dramático rechazo. La cinta fue arrojada dramáticamente fuera del estudio de grabación, consolidando el despido de Schifrin y allanando el camino para la adopción de la música del álbum Tubular Bells de Mike Oldfield.
El inquietante legado continuó en el set, en donde en un incidente polémico, Friedkin empleó una táctica de dirección poco convencional durante una escena crucial que involucraba al padre Dyer y al padre Karras. Un verdadero sacerdote, el reverendo William O'Malley, interpretó Dyer, y el cuestionable método de motivación de Friedkin implicó una contundente bofetada en la cara. Las crudas emociones capturadas en la pantalla fueron una consecuencia no deseada de esta elección de dirección.
Un aura de lo siniestro persistió incluso en la postproducción de la película, y la edición tuvo lugar nada menos que en el 666 de la Quinta Avenida de la ciudad de Nueva York. Esta curiosa coincidencia, aunque aparentemente inofensiva, añadió otra capa a la mística que rodea la película.
El icónico póster que muestra a Max von Sydow iluminado por un farol, se inspira en el cuadro de René Magritte, El imperio de las luces. Diseñado por Bill Gold, el cartel se ha convertido en sinónimo del aura escalofriante de la película. Pero la que es pasaría a ser el verdadero sello de la casa, la escena del caminar como araña, y que tristemente sería famoso por provocarle lesiones de por vida a Blair, penosamente fue omitida en el estreno teatral inicial debido a los cables visibles que sujetaban al contorsionista. Sin embargo, posteriormente fue restaurado utilizando CGI.
Y es que esta cinta clásica está repleta de efectos prácticos para lograr sustos, donde se utilizó un muñeco de goma para representar la cabeza de Regan girando 360 grados, y tubos ingeniosamente ocultos facilitaron las escenas de vómitos. Así, esta misma creación artesanal, a menudo a contrarreloj, provocó diversos errores que acabaron en dolor, estrés, lágrimas y sangre para todos los miembros del elenco y el equipo de producción.
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