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Al estar viendo [Pelicula] Cacería en Venecia no pude evitar recordar una entrada de un blog que leí hace años sobre una chica que visitó, en compañía de una especialista en psiquiatría, la casa conocida como La Moira, un lugar lleno de misticismo en la Ciudad de México que durante un tiempo estuvo ofreciendo recorridos guiados para todos aquellos valientes con la curiosidad de explorar sus pasillos supuestamente embrujados. Conforme narraba los acontecimientos que tuvieron lugar esa noche, la autora describía a detalle cómo el escepticismo inicial de su chaperona se iba desdibujando poco a poco, hasta que la sesión espiritista (el plato fuerte de la velada) terminó por romper su compostura, obligándola a admitir que hay cosas en este mundo que quizá no tienen una explicación científica. Una vez terminada la lectura, el primer pensamiento que me llegó a la mente fue: esto sería material de primera para una película, y afortunadamente la última aventura del detective Hercule Poirot en la pantalla grande hace un gran uso de esta premisa, incluso si no termina por explotar todo su potencial y se toma grandes libertades creativas sobre la obra en la que está basada, Las Manzanas de [Escritor] Agatha Christie .
Te invitamos a leer: Cacería en Venecia, de Kenneth Branagh, ya tiene calificación de la crítica
Cacería en Venecia está ambientada en la espeluznante Venecia posterior a la II Guerra Mundial, en la víspera de Todos los Santos, y es un misterio terrorífico que supone el regreso del célebre detective Hercule Poirot . Ya retirado y viviendo en un exilio autoimpuesto en la ciudad más glamorosa del mundo, Poirot asiste a regañadientes a una sesión de espiritismo en un palacio decadente y encantado. Cuando uno de los invitados es asesinado, el detective se ve inmerso en un siniestro mundo de sombras y secretos. Cabe resaltar que la cinta es secuela de [Pelicula] Asesinato en el Expreso de Oriente y [Pelicula] Muerte en el Nilo, y la dirección corre a cargo nuevamente de Kenneth Branagh. En el elenco, Branagh retoma su papel como el detective Hercule Poirot y comparte créditos con Michelle Yeoh, Jamie Dornan, Tina Fey, Riccardo Scamarcio, Camille Cottin, Kelly Reilly, Allen Covert, Shae D’lyn, entre otros.
Después del desafortunado estreno pandémico de Muerte en el Nilo, la franquicia necesitaba reinventarse desesperadamente para lograr atraer nuevamente a un público que cada vez muestra más indiferencia a historias de detectives hechas a la antigua como esta, y encontró la respuesta en un género que se podría considerar el primo leproso del misterio, el terror. Por supuesto, esta decisión es lógica si tomamos en cuenta que este cine es uno de los más remunerados en taquilla y los elementos de ambos géneros se prestan para hacer un match escalofriantemente funcional. El resultado de esta cruza hecha en los rincones del más allá es un escapismo inteligente, hecho para degustar palomitas en el cine y olvidar lo que acabas de ver en cuanto abandonas la sala, pero sin más pretensiones que el entretenimiento puro y directo, el producto acaba cumpliendo casi todos los objetivos que se propone, confirmándose al final como el capítulo más sólido de la ahora trilogía.
En la dirección, Branagh confecciona un desafió mental divertido de ver, aunque algo predecible si se le pone la atención correcta a todas las pistas que se nos van revelando a cuentagotas. La estructura de la narrativa retoma el mismo patrón que las dos cintas previas utilizaron: el detective se ve involucrado en un nuevo caso-se presenta a la plana de sospechosos-a mitad del caso sucede un giro que aumenta la tensión en el escenario-los sospechosos van siendo interrogados uno por uno-se da erróneamente con el responsable y posteriormente se revela por medio de flashbacks toda la verdad detrás de la conspiración. Pero si todo esto tiene un tramado tan predecible, ¿por qué logra consolidarse como la entrada más notable en la serie? La respuesta está en la forma en que [Pelicula] Cacería en Venecia involucra al espectador en la trama, colocándolo en la cuerda floja de la lógica y la razón como a Poirot, pidiéndole que cuestione sus creencias a medida que apariciones fantasmales, sonidos de ultratumba y otros sucesos inexplicables comienzan a desenvolverse. Después de dos entregas irregulares, donde la franquicia no lograba encontrar su tono ni estilo, también da gusto ver un producto que deja de ser una mezcla de otras películas similares y por fin se atreve a tomar riesgos, haciendo que sea más fácil perdonar sus errores.
Y es que, aunque la cinta ve a la franquicia saliendo de su zona de confort, lo cierto es que el manejo del género por parte de Branagh no es nada del otro mundo. Sí, aquí hay terror, pero del tipo [Pelicula] Mansión Embrujada que se siente contenido para no resultar demasiado perturbador o incómodo para la audiencia. Sumado a esto, los sustos se limitan al jumpscare que ves venir a una milla de distancia, y lo peor es que de todos esos momentos los mejores ya fueron mostrados en el tráiler, por lo que si vas esperando alguna sorpresa te sugiero modular tus expectativas. Lo que lamentablemente termina dando miedo es la calidad tan pobre de los efectos especiales que se usan en las apariciones fantasmales, un defecto que casi logra sacarte de la película por toda la credibilidad que le resta. Todo esto podría ser la receta perfecta para el desastre de no ser por el ritmo ágil de Kenneth Branagh, que mantiene todas las piezas del tablero en constante movimiento para no perder la atención de la audiencia y la sabia decisión de recortar unos minutos de metraje para no estirar innecesariamente la trama, algo que se le venía criticando desde Asesinato en el Expreso de Oriente.
Aunque sus antecesoras tuvieron un trabajo de cámara bien cuidado, Cacería en Venecia nos muestra al Branagh más juguetón hasta el momento, usando ángulos y planos que juegan con la perspectiva de las cosas de forma ingeniosa, elevando la historia a nivel técnico cuando la narrativa amenaza con empezar a flaquear. Las tomas de Venecia capturadas por Haris Zambarloukos son fantásticas y perfectamente justifican que esto se vea en la pantalla grande y no por streaming, sin embargo, los procedimientos de la historia desafortunadamente requieren que nos quedemos atrapados dentro de una mansión con los personajes, limitando el perímetro a un par de pasillos interminables y habitaciones que nunca terminamos de explorar por completo. Este último punto resulta particularmente frustrante porque el escenario donde se desarrolla todo, aunque es un poco cliché, se presta para poder establecer una atmósfera en la que el terror provenga de lo que acecha en las penumbras, de la amenaza invisible que debería representar una entidad fantasmal, pero esto nunca llega a suceder y nos tenemos que conformar con un paseo por lo que parecen ser las habitaciones más aburridas que existen dentro del recinto.
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Como no podría ser de otra forma, Kenneth Branagh es el activo más importante que tiene la película gracias a su impecable interpretación como Hercule Poirot, que con solo una mirada logra transmitirnos ese sentimiento de incredulidad al no poder explicar los sucesos de los que es testigo. Por otra parte también podemos percibir los estragos emocionales que ha dejado el pasado en Poirot, mostrando un sutil cambio de personalidad que le añade peso emocional a todo lo que vino antes, y justamente por eso una de las partes más satisfactorias de Cacería en Venecia es verlo tener su desarrollo de personaje haciendo las paces con sus demonios al final. Casi todo el resto del elenco también trabaja bajo la misma sintonía y entrega un puñado de actuaciones que si bien no van a competir por el Óscar, cumplen con dotar de personalidad a lo que de otro modo serían arquetipos del juego de mesa Clue. En su caso Tina Fey brilla siendo Tina Fey, con el carisma irresistible de la actriz fluyendo con mucha naturalidad. Riccardo Scamarcio, Kelly Reilly y Camille Cottin tienen una participación discreta pero no por ello menos envolvente, y en sus pocas líneas podemos vislumbrar matices que en dado momento nos llegan a hacer confiar o desconfiar de ellos, jugando con nuestro juicio sin que les opongamos mucha resistencia. Yeoh aparece poco pero las escenas que comparte con el resto del cast son de los mejores momentos que tiene la película, y es una pena que la hayan desperdiciado en un personaje que daba para más. Y mientras Jude Hill, a pesar de su corta edad, lograr caracterizar de forma convincente a un infante bastante peculiar con gusto por la literatura gótica, Dornan hace lo que puede para tener su momento de brillar sin conseguirlo, siendo el elemento más olvidable de todo el conjunto.
El guion de [Escritor] Michael Green no puede evitar caer en los tropos y trampas habituales del género como en las entregas pasadas, pero en esta ocasión parece haber finalmente comprendido por qué las novelas de Agatha Christie son tan adictivas y logra mostrar un mejor dominio de los elementos a su disposición, además de crear un misterio atractivo que realmente nos interese resolver. Si bien el tercer acto no logra ser tan cautivador como lo fue el resto de la película, Green lleva a buen puerto esta historia y cierra todo de forma satisfactoria, tanto así que esta podría quedar como la última entrega de la franquicia y se sentiría apropiado. El relato obviamente dista mucho de Las Manzanas y solamente utiliza la novela como base para hacer despegar la aventura, pero un puñado de guiños y referencias tanto a la obra como a Christie mantendrán felices a los fanáticos de hueso colorado.
Finalmente, [Pelicula] Cacería en Venecia no rompe el molde pero tampoco pretende hacerlo, es una adaptación hecha a la antigua que entrelaza el misterio con el horror con resultados mixtos pero que hace justicia a la obra de Christie gracias a un trabajo encomiable del elenco y la visión de un director que ha dejado los fantasmas del pasado atrás y ha llevado a la franquicia al territorio donde siempre debió estar.
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¿De qué trata Cacería en Venecia?
Cacería en Venecia está ambientada en la espeluznante Venecia posterior a la II Guerra Mundial, en la víspera de Todos los Santos, y es un misterio terrorífico que supone el regreso del célebre detective Hercule Poirot . Ya retirado y viviendo en un exilio autoimpuesto en la ciudad más glamorosa del mundo, Poirot asiste a regañadientes a una sesión de espiritismo en un palacio decadente y encantado. Cuando uno de los invitados es asesinado, el detective se ve inmerso en un siniestro mundo de sombras y secretos. Cabe resaltar que la cinta es secuela de [Pelicula] Asesinato en el Expreso de Oriente y [Pelicula] Muerte en el Nilo, y la dirección corre a cargo nuevamente de Kenneth Branagh. En el elenco, Branagh retoma su papel como el detective Hercule Poirot y comparte créditos con Michelle Yeoh, Jamie Dornan, Tina Fey, Riccardo Scamarcio, Camille Cottin, Kelly Reilly, Allen Covert, Shae D’lyn, entre otros.
Después del desafortunado estreno pandémico de Muerte en el Nilo, la franquicia necesitaba reinventarse desesperadamente para lograr atraer nuevamente a un público que cada vez muestra más indiferencia a historias de detectives hechas a la antigua como esta, y encontró la respuesta en un género que se podría considerar el primo leproso del misterio, el terror. Por supuesto, esta decisión es lógica si tomamos en cuenta que este cine es uno de los más remunerados en taquilla y los elementos de ambos géneros se prestan para hacer un match escalofriantemente funcional. El resultado de esta cruza hecha en los rincones del más allá es un escapismo inteligente, hecho para degustar palomitas en el cine y olvidar lo que acabas de ver en cuanto abandonas la sala, pero sin más pretensiones que el entretenimiento puro y directo, el producto acaba cumpliendo casi todos los objetivos que se propone, confirmándose al final como el capítulo más sólido de la ahora trilogía.
En la dirección, Branagh confecciona un desafió mental divertido de ver, aunque algo predecible si se le pone la atención correcta a todas las pistas que se nos van revelando a cuentagotas. La estructura de la narrativa retoma el mismo patrón que las dos cintas previas utilizaron: el detective se ve involucrado en un nuevo caso-se presenta a la plana de sospechosos-a mitad del caso sucede un giro que aumenta la tensión en el escenario-los sospechosos van siendo interrogados uno por uno-se da erróneamente con el responsable y posteriormente se revela por medio de flashbacks toda la verdad detrás de la conspiración. Pero si todo esto tiene un tramado tan predecible, ¿por qué logra consolidarse como la entrada más notable en la serie? La respuesta está en la forma en que [Pelicula] Cacería en Venecia involucra al espectador en la trama, colocándolo en la cuerda floja de la lógica y la razón como a Poirot, pidiéndole que cuestione sus creencias a medida que apariciones fantasmales, sonidos de ultratumba y otros sucesos inexplicables comienzan a desenvolverse. Después de dos entregas irregulares, donde la franquicia no lograba encontrar su tono ni estilo, también da gusto ver un producto que deja de ser una mezcla de otras películas similares y por fin se atreve a tomar riesgos, haciendo que sea más fácil perdonar sus errores.
Y es que, aunque la cinta ve a la franquicia saliendo de su zona de confort, lo cierto es que el manejo del género por parte de Branagh no es nada del otro mundo. Sí, aquí hay terror, pero del tipo [Pelicula] Mansión Embrujada que se siente contenido para no resultar demasiado perturbador o incómodo para la audiencia. Sumado a esto, los sustos se limitan al jumpscare que ves venir a una milla de distancia, y lo peor es que de todos esos momentos los mejores ya fueron mostrados en el tráiler, por lo que si vas esperando alguna sorpresa te sugiero modular tus expectativas. Lo que lamentablemente termina dando miedo es la calidad tan pobre de los efectos especiales que se usan en las apariciones fantasmales, un defecto que casi logra sacarte de la película por toda la credibilidad que le resta. Todo esto podría ser la receta perfecta para el desastre de no ser por el ritmo ágil de Kenneth Branagh, que mantiene todas las piezas del tablero en constante movimiento para no perder la atención de la audiencia y la sabia decisión de recortar unos minutos de metraje para no estirar innecesariamente la trama, algo que se le venía criticando desde Asesinato en el Expreso de Oriente.
El estilo de Kenneth Branagh
Aunque sus antecesoras tuvieron un trabajo de cámara bien cuidado, Cacería en Venecia nos muestra al Branagh más juguetón hasta el momento, usando ángulos y planos que juegan con la perspectiva de las cosas de forma ingeniosa, elevando la historia a nivel técnico cuando la narrativa amenaza con empezar a flaquear. Las tomas de Venecia capturadas por Haris Zambarloukos son fantásticas y perfectamente justifican que esto se vea en la pantalla grande y no por streaming, sin embargo, los procedimientos de la historia desafortunadamente requieren que nos quedemos atrapados dentro de una mansión con los personajes, limitando el perímetro a un par de pasillos interminables y habitaciones que nunca terminamos de explorar por completo. Este último punto resulta particularmente frustrante porque el escenario donde se desarrolla todo, aunque es un poco cliché, se presta para poder establecer una atmósfera en la que el terror provenga de lo que acecha en las penumbras, de la amenaza invisible que debería representar una entidad fantasmal, pero esto nunca llega a suceder y nos tenemos que conformar con un paseo por lo que parecen ser las habitaciones más aburridas que existen dentro del recinto.
También lee: RESEÑA | Muerte en el Nilo: Nadie es impune a la fiebre del amor
Como no podría ser de otra forma, Kenneth Branagh es el activo más importante que tiene la película gracias a su impecable interpretación como Hercule Poirot, que con solo una mirada logra transmitirnos ese sentimiento de incredulidad al no poder explicar los sucesos de los que es testigo. Por otra parte también podemos percibir los estragos emocionales que ha dejado el pasado en Poirot, mostrando un sutil cambio de personalidad que le añade peso emocional a todo lo que vino antes, y justamente por eso una de las partes más satisfactorias de Cacería en Venecia es verlo tener su desarrollo de personaje haciendo las paces con sus demonios al final. Casi todo el resto del elenco también trabaja bajo la misma sintonía y entrega un puñado de actuaciones que si bien no van a competir por el Óscar, cumplen con dotar de personalidad a lo que de otro modo serían arquetipos del juego de mesa Clue. En su caso Tina Fey brilla siendo Tina Fey, con el carisma irresistible de la actriz fluyendo con mucha naturalidad. Riccardo Scamarcio, Kelly Reilly y Camille Cottin tienen una participación discreta pero no por ello menos envolvente, y en sus pocas líneas podemos vislumbrar matices que en dado momento nos llegan a hacer confiar o desconfiar de ellos, jugando con nuestro juicio sin que les opongamos mucha resistencia. Yeoh aparece poco pero las escenas que comparte con el resto del cast son de los mejores momentos que tiene la película, y es una pena que la hayan desperdiciado en un personaje que daba para más. Y mientras Jude Hill, a pesar de su corta edad, lograr caracterizar de forma convincente a un infante bastante peculiar con gusto por la literatura gótica, Dornan hace lo que puede para tener su momento de brillar sin conseguirlo, siendo el elemento más olvidable de todo el conjunto.
El guion de [Escritor] Michael Green no puede evitar caer en los tropos y trampas habituales del género como en las entregas pasadas, pero en esta ocasión parece haber finalmente comprendido por qué las novelas de Agatha Christie son tan adictivas y logra mostrar un mejor dominio de los elementos a su disposición, además de crear un misterio atractivo que realmente nos interese resolver. Si bien el tercer acto no logra ser tan cautivador como lo fue el resto de la película, Green lleva a buen puerto esta historia y cierra todo de forma satisfactoria, tanto así que esta podría quedar como la última entrega de la franquicia y se sentiría apropiado. El relato obviamente dista mucho de Las Manzanas y solamente utiliza la novela como base para hacer despegar la aventura, pero un puñado de guiños y referencias tanto a la obra como a Christie mantendrán felices a los fanáticos de hueso colorado.
Finalmente, [Pelicula] Cacería en Venecia no rompe el molde pero tampoco pretende hacerlo, es una adaptación hecha a la antigua que entrelaza el misterio con el horror con resultados mixtos pero que hace justicia a la obra de Christie gracias a un trabajo encomiable del elenco y la visión de un director que ha dejado los fantasmas del pasado atrás y ha llevado a la franquicia al territorio donde siempre debió estar.
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