Los sueños y la idea de explorar el subconsciente son temas examinados en las películas [Pelicula] Paprika, un filme de 2006 dirigido por Phyllis Johnson, y [Pelicula] El Origen (Inception), estrenado en 2010, con la dirección de [Director] Christopher Nolan. Si se buscan estas películas en Internet, o en cualquier red social, es muy probable que surjan comparaciones y mensajes que aseguran que la cinta live-action no solo se inspiró sino que imitó a la producción animada del realizador japonés. Debido a que hasta cierto punto sus conceptos son similares, se dice que la segunda copió a la primera, o incluso que le robó. Este discurso está lleno de fallas.

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No es difícil entender de dónde vienen los comentarios que mencionan que El Origen copió a Paprika. Christopher Nolan podría haber sido un poco más claro en las influencias que están presentes en su película para evitar leer que el director supuestamente mencionó el filme como una de las inspiraciones. Sin embargo, tampoco se puede evitar creer que la producción animada pudiera tener algo de influencia en el trabajo de Nolan; después de todo hay similitudes que conectan ambas historias como su enfoque en la tecnología para compartir sueños, referencias mitológicas, estructuras que desafían la física y hasta ascensores que mantienen una relación importante con los sueños. Podríamos decir que incluso un par de momentos clave se ven iguales.

Algo que sí es difícil, es exclamar la posesión de una originalidad tan grande en un medio que se caracteriza por las ideas y porque se han contado millones de historias desde hace tantos años. Por eso resulta extraño que la gente se refiera a El Origen como un símbolo de creatividad y de todo lo que es original, cuando unos cuantos años antes ya se estrenó una película que toca el tema de los sueños, también de una manera muy única. Cuando se habla de originalidad, se refiere más a su lado creativo, a cuánto puede provocar al espectador. Eso es lo que han logrado ambos títulos. La gran desventaja en el caso de Paprika es su “inexistencia” por ser una película animada, puesto que para un filme live-action es más sencillo ganar reconocimiento antes que una de estas.

Paprika, de Satoshi Kon (Imagen: Vocal Media)




Por eso, en cuanto al tema de la creatividad e innovación, encontramos que el eterno debate sobre un filme copiando a otro no sirve para ninguno de los proyectos. Hacerlo reduce a [Pelicula] Paprika como “la película que fue copiada por Christopher Nolan” y elimina cualquier mérito propio de esta brillante historia, además de que conlleva a que se señale a [Pelicula] El Origen como “la película que copió el trabajo de Satoshi Kon”, en lugar de enfocarse en el ingenio usual del cineasta. Este tipo de comentarios, además, se convierte en una competencia que destruye la interesante conexión que existe entre las producciones.

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El surrealismo conecta a Paprika y El Origen



Para hablar de esa cooperación o sinergia entre Paprika y El Origen hay que hablar del surrealismo como una pieza fundamental. Primero, cuando se menciona el término surrealismo o surreal, es probable que ya se tenga una imagen mental de cómo luce. Algo así como las imágenes oníricas y surrealistas de [Persona] Salvador Dalí . De Paprika se puede decir que es una película surrealista en sí porque parte del mismo punto que otras obras pertenecientes a este movimiento artístico y literario: intenta reflejar el funcionamiento del subconsciente. A raíz de eso es que el filme de Satoshi Kon es una locura en la que desfilan imágenes y situaciones salvajes. El Origen hace algo muy diferente, ya que se dedica a contar la historia de un ladrón que entra a los sueños de la gente y roba secretos de sus subconscientes, mientras intenta reflejar no el funcionamiento, sino lo que cree que es la “estética” surrealista. Dicho esto, el realismo no tiene una “estética” como tal, así que no podemos decir que el trabajo de Dalí o el de Nolan es un estándar para ello, aunque por su influencia es innegable asociarlos de alguna manera con dicho término. Aquí es cuando empieza esta “colaboración” donde los filmes llegan a ciertos puntos pero de maneras muy distintas.

En Paprika se habla de identidad, mientras que en El Origen la lógica dentro de los sueños



Tanto Paprika como El Origen toman en cuenta a los sueños. A diferencia de la trama del filme de [Director] Christopher Nolan, el trabajo de Phyllis Johnson se enfoca en la identidad. Presenta un escenario en el que la realidad y los sueños convergen; por eso es que podemos ver al detective Toshimi Konakawa encontrarse con, por ejemplo, un desfile lleno de objetos inanimados que incluye muñecas gigantes. La pregunta que se hace el detective es si está soñando y la respuesta que recibe es que todo el mundo lo está haciendo. La historia mantiene la sólida en esa combinación de sueños y la realidad a través de varias escenas como aquella en la que Konakawa asesina a un sujeto que buscaba en los sueños y este muere en la vida real. A pesar de estos sucesos y los momentos extraños que presenta, el filme nunca se pregunta qué es real y que no lo es, a diferencia de El Origen, sino que se enfoca en la identidad. En Paprika, los protagonistas quieren saber cuál es la identidad de la persona que robó un DC Mini, el dispositivo que permite conectar los sueños, y provocó que la gente enloqueciera. La identidad dividida de la psiquiatra Atsuko Chiba, cuyo alter ego en los sueños es Paprika, es parte de esa búsqueda, al igual que el criminal que busca el detective. En la otra cara de la moneda está El Origen, con una historia más enfocada en mostrar un lado “lógico” de los sueños, con tal atención a los detalles que la lleva a hacer su mejor esfuerzo para no dejar el terreno de la ciencia ficción. Por esa razón, Nolan presenta una serie de reglas entre sus personajes para la forma en la que sueñan y lo que define la realidad (como el uso de tótems para saber si estás en tu realidad o en otra, ya sea despierto o en un sueño) y de esa manera evitar que se vuelva incomprensible y abstracto.



El logro de El Origen reside en que además de tocar el tema de los sueños se encuentra en conflicto directo con los ideales del surrealismo pero al final persevera. Mientras que el trabajo de Satoshi Kon trabaja dentro de los límites de este movimiento, lo cual hace que su película sea imposible de definir. Nolan optó por definir sus términos y reglas para construir un argumento que pueda ser mucho más sencillo de explicar. Por supuesto, al construir un argumento más “sólido” con ese propósito, dejó espacio para más críticas debido a que es fácil criticar algo que ya está definido, en comparación con algo que desafía toda descripción. De hecho, muchas de las críticas a El Origen tienen que ver con su deseo de estructura y las asignaciones específicas que surgen en las capas de los sueños.

En resumen, Paprika y El Origen capturan la esencia del mundo de los sueños de formas únicas



Ambos filmes tienen sus respectivas formas de mostrar una narración poco convencional que distorsiona la naturaleza de la realidad. La dirección de Satoshi Kon y Christopher Nolan crean interpretaciones surrealistas del mundo de los sueños con diferentes enfoques, dejando al público preguntándose, ya que cada película depende de la comprensión del espectador. Como ambos tienen similitudes y diferencias, la exploración de nuestros sueños descubre lo que estamos desesperados por decirnos a nosotros mismos, ya sea la verdad o los temores de nuestros deseos generales, la búsqueda de nuestra verdadera identidad o si lo que experimentamos es completamente real.

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