RESEÑA | Five Nights at Freddy's: Freddy conoce los secretos que guardas en tus sueños

Las adaptaciones de videojuegos tienen pésimos antecedentes entre los fans del material porque es imposible recrear en la pantalla grande los detalles y emociones que se dan mientras el usuario mueve botones y se inclina hacia su pantalla con toda atención en un intento por tomar control de la narrativa. Este medio se ha vuelto cada vez más complejo y cercano a lo cinematográfico, por lo que trabajos como The Last of Us - 97% tienen una mejor oportunidad para funcionar en estos otros formatos. Sin embargo, un título como Five Nights at Freddy’s necesitaba tomar decisiones arriesgadas para desarrollar una película, y aunque no todos estarán de acuerdo con esto, algunos podrán encontrar un valor agregado al material que si bien no es para nada perfecto, al menos nos demuestra que sí hay forma de tomarse con seriedad a un montón de animatrónicos con sed de sangre.

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El videojuego de Five Nights at Freddy’s fue creado por Scott Cawthon en 2014 y rápidamente encontró a muchos fans que quedaron encantados con su toque de nostalgia, el diseño de los animatrónicos principales y el misterio de la premisa. Lo curioso es que el creador trabajó este título como resultado de las críticas negativas que recibió con un juego anterior, así que fue como explotar una furia muy específica para desarrollar algo original lleno de suspenso y misterios sin resolver que fueron haciéndose mucho más complejos conforme avanzó la franquicia.

Debido a su gran popularidad, las productoras en Hollywood comenzaron a buscar opciones para adaptarla, y aunque esta noticia siempre dividirá a los fans que saben bien que este tipo de material no siempre se traslada bien a la narrativa cinematográfica, muchos mantuvieron la fe, en especial cuando quedó en manos de Blumhouse, compañía dedicada al terror que no siempre acierta, pero al menos busca nuevas propuestas dentro del género. Los primeros avances lucían muy bien y los seguidores comenzaron a tener ciertas expectativas que se vinieron abajo cuando se confirmó que la cinta sería más corta de lo esperado y mucho menos violenta para ajustarse a una clasificación más accesible.

¿De qué trata ‘Five Nights at Freddy’s’?

Five Nights at Freddy's - 30% sigue bastante bien la narrativa del juego y nos presenta a Mike (Josh Hutcherson), un joven sin mucho futuro que debe hacer lo posible para cuidar a su hermana menor tras el fallecimiento de su madre. Esta tarea no es nada sencilla pues Abby (Piper Rubio) es una niña muy reservada que sólo se expresa por medio de dibujos y que sabe bien que su familia cargaba con un trauma que ella nunca conoció. Para no perder la custodia, el protagonista acepta un trabajo en Freddy Fazbear’s Pizza, un restaurante temático popular en los ochenta y noventa que cerró hace tiempo bajo circunstancias extrañas y que permanece escalofriantemente abandonado, guardando el terrible misterio de los animatrónicos que cobran vida para matar.

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Tomando elementos de todos los videojuegos, la película claramente busca presentar el material a los fans y a público nuevo, algo que esperan funcione en ambos extremos porque podrían desarrollar toda una franquicia para seguir desentrañando esta historia, aunque ciertamente abre y cierra bien como para establecerse como una entrega única. Este es justamente el gran problema de raíz que tiene la adaptación, pues algunos seguidores del juego seguramente sentirán que no es suficientemente violenta o aterradora, y aquellos que gusten del género pero no tengan idea de sus orígenes no se sentirán muy atraídos por la promesa de ver animatrónicos asesinos, una premisa que ya se ha visto en Oestelandia, Westworld - 89%, Willy's Wonderland - 70% y hasta parodias en series y animaciones.

Sin embargo, siguiendo la visión de Emma Tammi, Five Nights at Freddy’s claramente busca explorar algo más sobre el trauma y el mirar hacia atrás con una nostalgia tan fuerte que el presente sólo se puede experimentar desde la ceguera emocional. El asunto es que la película se toma con seriedad las cosas, así que plantea una narrativa extensa para establecer el trauma del protagonista que lo convierte en un adulto frustrado, deprimido y sin perspectivas para el futuro, dejando en segundo plano a Freddy, Foxy, Chica y Bonnie, quienes en realidad están ahí para representar algo más importante.

Con la constante conversación sobre el terror “elevado” y las exigencias del público por regresar a las raíces más violentas y explícitas del género, la adaptación queda en un punto medio donde pide al espectador comprometerse más con el desarrollo emocional de Mike que con los asesinatos que se llevan a cabo en el lugar que debe cuidar. Para los jugadores esto significa que la ambientación se pierde un poco, pero se gana mucho en el análisis del canon, lo que llevará a debates extremos sobre la falta se muertes explícitas y el uso puntual e ingenioso de varias referencias. Esta era una decisión que debía tomarse para poder entregar una película más completa y es que la jugabilidad misma del título original únicamente se podía poner en la pantalla grande si se sacrificaban ciertos aspectos para entregar algo que pudiera regocijarse en su propio caos. Five Nights at Freddy’s no busca sostenerse con comedia negra o violencia explícita, y si el espectador insiste en esa línea seguramente saldrá muy decepcionado, pero si decide guiarse por el camino de la directora se encontrará con una película más estable y prometedora de lo que aparenta.

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Las muchas virtudes de ‘Five Nights at Freddy’s

No es extraño que la directora responsable de The Wind buscara algo más que la violencia animatrónica; después de todo, esa película habla de la percepción del pecado, mientras que Five Nights at Freddy’s habla de la culpa, el trauma y el insistir en quedarse en el pasado. Para la adaptación es importante mostrarnos el evento catastrófico que cambió a Mike para siempre y que sucedió cuando él era un niño que en un descuido normal para su edad, pierde de vista a su hermano menor que es secuestrado frente a sus ojos. Él no puede hacer nada y al sentir que fue su culpa porque debía vigilarlo, pasa toda su vida regresando a ese mismo lugar para tratar de resolver algo que simplemente no puede resolverse. Esto conectará directamente con el misterio de los animatrónicos, pero curiosamente no es tan relevante en ese sentido.

Al final, la cinta es sobre la conexión entre Mike y Abby, una que no puede darse de manera sana mientras él siga atascado en el pasado y sin verla a ella aquí y ahora. De esta forma, el restaurante mismo funciona como una metáfora del estado emocional del protagonista, donde el abandono, el descuido y hasta la furia de Freddy y sus amigos representan los peligros de la nostalgia y el no querer seguir adelante enfrentando el trauma y mirando hacia el futuro con optimismo a pesar de la incertidumbre. Incluso Vanessa (Elizabeth Lail), una policía que conoce bien el lugar, representa esta misma idea con su propio pasado, lo que le quita por completo el encanto a la nostalgia, algo que va contracorriente en el género que justamente ha explotado este sentir entre el público desde hace ya varios años, y que resulta en el punto más fuerte de la propuesta.

Las actuaciones llegan a donde tienen que llegar, aunque definitivamente Matthew Lillard es quien se siente más desperdiciado, posiblemente porque la idea es hacer una trilogía que lo aproveche poco a poco. Al buscar un suspenso distinto y menos obvio, la cinta encuentra un gran apoyo en la música de The Newton Brothers y hasta en el constante uso de “Talking in Your Sleep” de The Romantics que refleja bien el sentir del protagonista y lo que resulta ser su punto de crisis hacia el tercer acto, que no cerrará de una manera tan violenta como muchos esperarían, pero a los conocedores del canon seguramente les parecerá muy prometedor.

La adaptación está lejos de ser perfecta, en especial al dejar al aire ciertas cuestiones narrativas que el espectador simplemente debe asumir fueron resueltas de manera realista en algún punto, y es que como el enfoque se queda en Mike y Abby, una vez que su relación queda clara no hay más por contar. La clasificación también será una de las críticas más fuertes, pues muchos esperaban muertes más explícitas, pero cuando se comprende mejor la meta de la directora es claro que tampoco eran tan necesarias. Five Nights at Freddy’s no logra el mismo equilibrio de otras premisas parecidas como El Teléfono Negro - 93%, pero se agradece su intento por ofrecer algo más interesante para el público que una comedia simplona llena de gore sólo por el gore mismo, y que en vez de eso logra un planteamiento que tiene la oportunidad de mejorar con otras entregas.

Un punto queda realmente claro para cuando llegan los créditos, esta adaptación tal vez no sea muy apreciada en este momento, pero en un futuro será una referencia especial cuando se hable de cómo se han logrado equilibrar los puntos del horror “elevado” con los del horror más directo y clásico, y es que tal vez su mayor defecto es que el contexto de su estreno no es el ideal a tantos años de la primera ola de popularidad del juego. Esto demuestra la importancia de desarrollar ciertos proyectos a tiempo, pero Five Nights at Freddy's - 30% es una gran oportunidad para que la audiencia recuerde que las películas de horror no deben subestimarlos con choques violentos y litros de sangre sin justificación cuando existe la oportunidad de establecer algo más profundo que les permite exigir y esperar más de estas adaptaciones en el futuro.

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