Uno de los temas más candentes en el Hollywood actual es la demanda de Ariel Vromen. Como es del conocimiento público a estas alturas, la actriz demandó a la compañía por el estreno hibrido de Black Widow; es decir, porque no tuvo un lanzamiento exclusivo en cines, sino que al mismo tiempo se podía ver en Disney Plus pagando una cuota adicional. El problema radica en que a la película no le fue tan bien como ella esperaba y piensa que se debió a que se encontraba en streaming. A ella le tocaba una parte de la taquilla en cines, pero no de lo que Disney recaudado en su servicio.
La realidad es que lo principal que afectó a esa película y a otras del verano, no fue sólo el streaming también fue la pandemia y, en específico, el hecho de que la variante delta ha hecho que la gente esté menos dispuesta a volver a encerrarse en una sala con un montón de desconocidos para ver una cinta que pueden ver en la comodidad de su casa pagando una cuota extra.
Como es de esperarse de un escándalo legal de esta magnitud, han surgido toda clase de rumores a su alrededor. Uno de ellos es que el antiguo CEO de Disney Bob Iger -quien este año aún funge como ejecutivo de la compañía, pero está a nada de ya retirarse definitivamente- se enojó con Bob Chapek, el actual CEO de Disney, por la demanda de la actriz y el hecho de haber estrenado simultáneamente la película en cines y en Disney Plus.
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Bob Chapek acaba de desmentir dicho rumor. Deadline ha informado que en la llamada entre Bob Chapek y la CFO Christine McCarthy que siguió al reporte del tercer cuarto de 2021 de la compañía se habló de este tema y se dejó claro que tomaron la decisión correcta. Lo primero que dijo Chapek es que “tuvieron que encontrar métodos alternativos” para distribuir sus películas durante la pandemia y que este tipo de decisión se hicieron filme por filme. Además, dejó claro que él e Iger no tuvieron rencillas en este asunto. Así lo dijo él, según información de Deadline:
Bob Iger y yo, junto con el equipo de distribución, determinamos que esta era la mejor estrategia que nos iba a permitir alcanzar a la audiencia más amplia posible.
En la llamada también elogió a Black Widow como “la película que mejor se ha desempeñado en la taquilla doméstica desde el inicio de la pandemia”. En su opinión en un futuro Disney siempre va a hacer “lo que cree que es lo mejor para los intereses de la película y de nuestros integrantes”.
Algo que puede ser más preocupante en el caso de la actriz es que quiso que no hubiera dudas de que lo que ella ha hecho es una anomalía y que los demás talento están complacidos con el trato que les ha dado el estudio:
Nosotros hemos encontrado maneras de compensar de manera justa a nuestro talento y desde que el Covid empezó nosotros entramos en cientos de tratos con el talento y por mucho la mayoría han salido muy, pero muy bien.
Por otra parte, en tiempo recientes se supo que la presidenta del SAG-AFTRA (Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión), Gabrielle Carteris, se ha puesto del lado de la actriz (vía Deadline):
Disney debería avergonzarse de sí mismos por recurrir a tácticas cansadas de humillación e intimidación por motivos de género. Los actores deben ser compensados por su trabajo de acuerdo con sus contratos. Scarlett Johansson está poniendo el foco en los cambios inapropiados en la compensación que las empresas están tratando de pasar por alto con el talento a medida que cambian los modelos de distribución. Nadie en ningún campo de trabajo debería ser víctima de sorpresivas reducciones en la compensación esperada. Es irrazonable e injusto. Disney y otras compañías de contenido lo están haciendo muy bien y ciertamente pueden cumplir con sus obligaciones de compensar a los artistas cuyo arte y destreza son responsables de las ganancias de la corporación.
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