No se puede negar que Francis Ford Coppola es una leyenda del cine y uno de los más grandes directores que hayan existido. Al pensar en sus películas vienen a la mente títulos como El Padrino o Apocalipsis Ahora.
Pero esa asociación inmediata con su trabajo no trae a la conversación cintas como Tetro, Youth Without Youth o Twixt, sus esfuerzos más recientes detrás de una cámara como director. Estas películas tienen en común que han formado parte de la etapa "experimental" de Coppola y también que han sido muy esporádicas en los calendarios de estreno.
(Twixt, la más reciente de ellas, data de 2011).
Hay una razón para este pausado ritmo de trabajo (Spoiler: los superhéroes) y el director lo platicó en entrevista con Yahoo:
"Ésa es la razón por la que terminé mi carrera. Decidí que no ya no quería hacer lo que se podría llamar 'películas de fábrica'. En lugar de eso experimentaría con la forma y vería lo que puedo hacer con películas que salieran de mí. Y poco a poco la industria comercial se fue al negocio de los superhéroes y todo se volvió de esa escala. Los presupuestos se hicieron tan grandes porque quieren hacer grandes series de películas en las que puedan filmar dos o tres partes. Sentí que ya no estaba interesado en poner el extraordinario esfuerzo que se necesita para hacer una película".
Aunque Coppola no es el primer "maestro" que se queja del actual modelo de negocios de Hollwyood (su amigo Steven Spielberg también habló hace poco al respecto), sí parece de los que más en serio se han tomado este distanciamiento de los estudios y sus grandes producciones.
Hay muchos ejemplos de cineastas históricos como el propio Spielberg o Martin Scorsese (por mencionar algunos), quienes continúan lanzando sus proyectos en esos mismos estudios que financian el cine de superhéroes, por lo cual resulta extraño (y triste) que Francis Ford Coppola no esté siguiendo esa misma forma de hacer las películas que quiere hacer.
Pero, aparentemente, no todo está perdido, pues el director sigue teniendo la vela creativa encendida, sólo que a su ritmo y sin comprometerse con fechas.
"Estoy trabajando en cosas muy interesantes. Pero el problema con escribir y trabajar en cosas interesantes —y cosas ciertamente ambiciosas— es que si hablas sobre eso, pierdes la energía para ir y escribirlo. Siento que es mejor no dejar que se vaya la magia diciéndole a la gente lo que estoy haciendo. Hace que sea más fácil ir a la mesa de trabajo si no has hablado sobre eso que estás haciendo".