La historia del cine de superhéroes en el siglo XXI ha estado marcada por dos propuestas ambiciosas: el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) y el universo planeado por Zack Snyder para DC Comics, conocido como el SnyderVerse. Si bien este último no logró completarse por conflictos creativos y decisiones del estudio, este artículo parte de un escenario hipotético: ¿qué habría pasado si el SnyderVerse hubiera seguido exactamente como lo había concebido su creador? Incluso en ese caso, existen razones de peso para pensar que nunca habría alcanzado el éxito masivo, sostenido y global que logró Marvel con su MCU.
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Un universo planeado para cerrar, no para expandirse indefinidamente
Desde sus primeras fases, el MCU se concibió como una franquicia perpetua. Kevin Feige y su equipo estructuraron cada etapa para presentar nuevos personajes, cerrar ciertos ciclos y abrir otros, permitiendo un crecimiento continuo que se adapta al mercado y a las nuevas generaciones. En cambio, Snyder planeó una saga cerrada de cinco partes, con una conclusión definida en ‘Justice League 3′ y un reinicio mediante ‘Flashpoint‘. Esto convertía al SnyderVerse en una especie de novela gráfica cinematográfica: autónoma, pero limitada.

Esa arquitectura cerrada puede ser atractiva para los fans que buscan una historia completa, pero no para un estudio que quiere sostener una franquicia durante décadas, con videojuegos, productos, series derivadas y nuevos protagonistas. El MCU, con su capacidad para reciclar y expandirse, ha demostrado ser mucho más versátil y comercialmente sostenible.
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Un tono demasiado solemne y homogéneo para las masas
El SnyderVerse apostó por un tono oscuro, solemne y grandilocuente desde ‘Man of Steel‘. Cada película reforzó una visión mitológica del superhéroe, cargada de simbolismo religioso, dilemas existenciales y violencia visual. Aunque esa propuesta tenía coherencia interna y seguidores apasionados, su estética homogénea y su falta de momentos ligeros la alejaban del gran público.
Marvel, por el contrario, construyó un universo tonalmente variado. Películas como ‘Ant-Man‘ o ‘Thor: Ragnarok‘ aportan comedia; ‘Captain America: The Winter Soldier‘ ofrece thriller político; ‘Black Panther‘ introduce drama social. Esa diversidad permite que distintos sectores del público encuentren su punto de entrada. El SnyderVerse, al tomarse siempre en serio a sí mismo, limitaba su alcance emocional y comercial.
Un enfoque centrado en Superman, en lugar de un ecosistema de franquicias
El eje emocional del SnyderVerse era Superman. Toda la narrativa giraba en torno a él como figura mesiánica: su caída, redención, corrupción y legado. Si bien personajes como Batman y Wonder Woman tenían peso, sus historias servían para orbitar la trayectoria del kriptoniano. Esto creaba una estructura piramidal, donde un solo personaje sostenía el centro de gravedad del universo.

El MCU, en cambio, diversificó desde el inicio. Iron Man, Capitán América, Thor y luego personajes como Doctor Strange, Black Panther o los Guardianes de la Galaxia construyeron subuniversos interconectados, pero autónomos. Cada uno podía atraer a distintos tipos de audiencias y mantener la vitalidad de la franquicia incluso cuando otros personajes se retiraban.
Demasiadas ideas densas y no digeridas para el público casual
El SnyderVerse planteaba conceptos complejos: la ecuación Anti-Vida, el multiverso, la corrupción de Superman, el hijo de Bruce Wayne, visiones apocalípticas (Knightmare), el viaje en el tiempo de Flash… Todos estos elementos eran parte del plan desde temprano, pero aparecían en pantalla sin suficiente desarrollo previo. Eran más teasers que tramas integradas.

Esto hacía que muchas escenas generaran confusión en el público que no conocía los cómics o que esperaba una película autoconclusiva. El MCU, por su parte, construyó su complejidad de forma gradual. Primero presentó personajes, luego conectó historias, y solo después se adentró en temas como el multiverso. La progresión era más amigable para el espectador promedio.
Los personajes secundarios no estaban listos para sostener franquicias duraderas
En el plan de Snyder, personajes como Cyborg, Flash o incluso Aquaman estaban diseñados como parte del conjunto, no como protagonistas autónomos con estilos y tonos propios. Aunque ‘Aquaman’ funcionó comercialmente, Flash y Cyborg no tuvieron el mismo desarrollo emocional ni narrativo.
Marvel tomó personajes de segunda línea como Ant-Man, los Guardianes o Shang-Chi, y construyó franquicias exitosas a partir de ellos, gracias a un desarrollo de personajes que apelaba a emociones sencillas: familia, redención, humor, pertenencia. En cambio, los personajes del SnyderVerse muchas veces eran introspectivos, trágicos o demasiado solemnes, lo que dificultaba su explotación comercial individual.

Si el SnyderVerse hubiera seguido adelante sin interferencias, habría dado lugar a una saga coherente, audaz y visualmente poderosa. Pero también habría sido una franquicia limitada en alcance. Su plan narrativo cerrado, su tono uniforme, su enfoque en un solo protagonista y su complejidad conceptual la hacían inviable como fenómeno global a largo plazo.
El MCU no solo fue exitoso por tener buenos efectos o actores carismáticos; lo fue porque construyó una arquitectura flexible, diversa y progresiva. El SnyderVerse, en cambio, fue una gran tragedia griega, pero el público masivo quería una saga que pudiera crecer, mutar y durar más de una década. Esa es la verdadera razón por la que, incluso en su mejor versión, el SnyderVerse jamás habría sido tan exitoso como el MCU.
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