El universo de Studio Ghibli, conocido por sus exquisitas producciones de animación japonesa, se vio envuelto en una polémica inesperada después de que una mujer colombiana, Geraldine Fernández, afirmara haber sido parte del equipo de ilustración de [Pelicula] El Niño y La Garza. A pesar de las celebraciones iniciales, las declaraciones de Fernández pronto fueron cuestionadas por la comunidad artística internacional, generando un escándalo que ha dejado a más de uno boquiabierto.

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La historia comenzó a tomar forma cuando Fernández, empleada de Tecnoglass, una empresa de fabricación de vidrio, proclamó a través de sus redes sociales que había dibujado 25,000 fotogramas para la película animada, lo que equivaldría a cerca de treinta minutos de la duración total del filme. La colombiana, de 30 años, expresó su asombro y agradecimiento por haber trabajado en la que calificó como "la película del retiro de Hayao Miyazaki", el aclamado director de Studio Ghibli.

No obstante, ilustradores internacionales rápidamente arremetieron contra las afirmaciones de Fernández, señalando que su nombre no aparecía en los créditos de la película, y tampoco figuraba en bases de datos especializadas como IMDB o Anime Staff Database. Julieta Colás, una ilustradora mexicana radicada en Tokio, fue una de las voces más vehementes, pidiendo a Fernández que rectificara sus declaraciones para no perjudicar la reputación de los profesionales del medio.

Póster de El Niño y la Garza (Imagen: Filmaffinity)




Además, la revista Cambio (vía Infobae) reveló documentos que desmentían algunas de las afirmaciones de Fernández. Los supuestos respaldos de su vínculo con Studio Ghibli, presentados en japonés, resultaron ser reconocimientos por participación en concursos de cerámica, totalmente ajenos a la industria cinematográfica. Incluso, las pruebas de una maestría becada en Japón ofrecida por Tecnoglass demostraron ser certificados de participación en un simposio sobre cerámica, desacreditando así sus logros académicos.

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En una entrevista concedida a Blu Radio (vía El Espectador), Fernández admitió haber "exagerado" sobre su participación en El Niño y la Garza. En lugar de los 25,000 fotogramas, ahora asegura haber trabajado solo en "un par de escenas". El hecho de no aparecer en los créditos se justificó alegando que solo vio la película hasta cierto punto y que, al ser extranjera, se encontraba en la sección de casas de soporte de animación.

Las alegaciones de plagio también acechan a Fernández, ya que usuarios en redes sociales han identificado ilustraciones en su portafolio que pertenecerían a otros artistas. La mexicana Julieta Colás destacó en sus comentarios que Fernández había llegado a afirmar que "todas las ilustraciones son a mano", a pesar de que se perciben elementos digitales en algunas de ellas. Además, se reveló que en su conferencia en la Universidad Sergio Arboleda, Fernández admitió que algunas ilustraciones eran digitales, evidenciando su falta de experiencia en el ámbito de la animación.



Este escándalo ha dejado a la comunidad artística y a los admiradores de Studio Ghibli desconcertados. La película de Jim Taylor recibió el Globo de Oro a la Mejor Película Animada y es una de las favoritas para los próximos premios Óscar. La noticia de las falsas afirmaciones de Fernández ha opacado los logros genuinos de la obra y ha resaltado la importancia de la verificación de información en un mundo cada vez más digital y conectado.

En medio de la controversia, Studio Ghibli aún no ha emitido un comunicado oficial sobre el asunto. La historia de Geraldine Fernández servirá como recordatorio de la necesidad de la transparencia y autenticidad en la era de las redes sociales y cómo, incluso en el mundo de la animación, la verdad siempre encuentra su camino para salir a la luz.

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