¿Tiene sentido un remake? Por qué el live-action de ‘Cómo Entrenar a tu Dragón’ es un proyecto arriesgado

¿Tiene sentido un remake? Por qué el live-action de ‘Cómo Entrenar a tu Dragón’ es un proyecto arriesgado

Aunque los comentarios son mayormente positivos, te contamos por qué el remake live-action de 'Cómo Entrenar a tu Dragón' merece criticarse

Por Sofía Torres el 17 junio, 2025

Hay películas que se sienten como un abrazo de la infancia. Otras, como una patada en la nostalgia. El remake live-action de ‘Cómo Entrenar a tu Dragón’ navega incómodamente entre ambas sensaciones: ambiciosa, emocionante y con un sospechoso aroma a caja registradora.

‘Cómo Entrenar a tu Dragón’, una franquicia millonaria

Todo comenzó en 2010, cuando DreamWorks nos presentó a Hipo, un vikingo algo torpe que, en lugar de matar dragones, decide hacerse amigo de uno. Así nació la amistad entre él y Chimuelo, un adorable Furia Nocturna que parecía una cruza entre un gato y un murciélago gigante. El resultado fue un fenómeno de crítica y taquilla: la primera cinta recaudó casi 495 millones de dólares. La secuela de 2014 fue aún más lucrativa con $621 millones, y el cierre de trilogía en 2019, también superó los $520 millones.

La franquicia no solo generó ingresos monstruosos, sino también aclamaciones por su narrativa, su evolución emocional y la impecable música de John Powell. Todo cerró de manera redonda: un final agridulce y una despedida justa. Era el tipo de saga que no pedía una continuación. Y mucho menos un calco.

¿Tiene sentido un remake live-action de ‘Cómo Entrenar a tu Dragón’?

Si se lo preguntamos a los ejecutivos, seguramente tienen sentido hasta los spin-offs protagonizados por la oveja de Berk. Desde el punto de vista financiero, claro que sí. La nueva versión debutó con $85 millones solo en Estados Unidos y promete seguir inflando las arcas de Universal.

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¿Pero artísticamente? Ahí es donde el dragón deja de volar. La nueva entrega toma el argumento original, lo traslada a escenarios reales y apenas modifica el guion. Hipo sigue siendo el adolescente torpe; Astrid sigue siendo ruda pero adorable; y Estoico, interpretado de nuevo por Gerard Butler, sigue gritando como si estuviera en una película de espartanos.

Las actuaciones, eso sí, no están mal. Mason Thames captura la esencia de Hipo, y Nico Parker es una Astrid Fenomenal. Pero el verdadero problema no es el reparto, es la falta de riesgo. El remake live-action de Cómo Entrenar a tu Dragón‘ en realidad no se atrevió a cambiar o añadir algo respecto a la propuesta original.

Y justo ese es el dilema. ¿Para qué rehacer algo que aún se sostiene perfectamente? ¿Por qué sustituir la animación vibrante y detallada por paisajes grises y dragones fotorrealistas que, aunque bonitos, pierden el encanto caricaturesco? Ver a Chimuelo en live-action es impresionante, sí, pero tal vez ya no provoca la misma ternura.

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¿Veremos continuación para ‘Cómo Entrenar a tu Dragón’?

Vaya que sí. Antes incluso del estreno oficial del remake, DreamWorks autorizó una secuela live-action basada en la segunda película, con el mismo elenco. La producción arrancará en 2026, con estreno tentativo para el 11 de junio de 2027.

Este proyecto nació por amor al arte, pero también por el arte de facturar. Mientras la historia original cierra con una nota de madurez y encanto, la nueva versión está lista para estirar la cuerda hasta que el dragón ya no despegue.

Y ojo: esto no significa que sea imposible hacer un buen remake, de hecho, ‘Cómo Entrenar a tu Dragón’ no es un mal remake; simplemente si no está roto, no lo arregles.

El remake live-action de Cómo Entrenar a tu Dragón no es una catástrofe cinematográfica. Tiene momentos visuales hermosos, actuaciones magníficas y un claro respeto por el material original. El problema es que se queda ahí: en la reverencia sin riesgo, en el homenaje sin alma.

Si el futuro del cine consiste en refritar clásicos sin aportar nada nuevo, entonces más vale que guardemos nuestras películas favoritas antes de que también las conviertan en live-action que quizás no esté a la altura.

Con información de Comicbook.

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