El estreno de ‘La Pasión de Cristo’ en 2004 fue un parteaguas tanto en la carrera de Mel Gibson como en la forma en que Hollywood se relaciona con el cine de temática religiosa. Con una recaudación de más de 600 millones de dólares en taquilla mundial y una recepción polarizada, la película se convirtió en un fenómeno cultural, pero también marcó el inicio de un largo aislamiento profesional para su director. A pesar del éxito comercial, Gibson fue progresivamente marginado por la industria cinematográfica. ¿Fue por sus creencias? ¿Por el contenido gráfico del filme? ¿O por escándalos personales que estallaron poco después? Esta es la historia del “castigo” de Hollywood a uno de sus talentos más polémicos.
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¿Fue la película en sí la que incomodó a Hollywood?
‘La Pasión de Cristo’ fue recibida con entusiasmo por audiencias cristianas, pero también con fuertes críticas por parte de líderes judíos y sectores de la prensa que la acusaron de fomentar ideas antisemitas. La representación de los sacerdotes del Sanedrín como responsables directos de la crucifixión de Jesús fue considerada por muchos como un mensaje problemático.

Aunque Mel Gibson negó cualquier intención antisemita, la polémica se intensificó al saberse que su padre, Hutton Gibson, era un negacionista del Holocausto. Esto encendió aún más el debate y colocó a Gibson bajo un foco muy incómodo. Años más tarde, en declaraciones recogidas por The Guardian, el actor Jim Caviezel, protagonista de la cinta, reveló que Gibson le advirtió que el papel podría “matar su carrera”. El propio Caviezel aseguró que, tras interpretar a Jesús, fue rechazado sistemáticamente por la industria.
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¿Qué rol jugaron los escándalos personales?
Si bien el contenido religioso y gráfico de la película generó tensión, fue en 2006 cuando Mel Gibson quedó prácticamente exiliado del sistema de estudios. Ese año fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol y, durante el procedimiento policial, hizo declaraciones abiertamente antisemitas como “los judíos son responsables de todas las guerras del mundo”. A pesar de sus disculpas posteriores, la industria no le perdonó fácilmente ese episodio.
La situación empeoró en 2010 cuando su expareja, Oksana Grigorieva, lo acusó de violencia doméstica. Se filtraron audios donde Gibson profería amenazas racistas, sexistas y violentas. Estos incidentes consolidaron su imagen pública como una figura conflictiva y lo alejaron de cualquier tipo de colaboración con los grandes estudios.
¿Ha sido reivindicado con el paso de los años?
Después de más de una década en las sombras, Gibson reapareció en 2016 como director de ‘Hasta el último hombre’, cinta bélica protagonizada por Andrew Garfield que obtuvo múltiples nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Director. Aunque muchos interpretaron esto como un intento de Hollywood por reconocer su talento, Gibson siguió excluido de los grandes círculos de la industria.

En enero de 2025, según informó The New York Times, el expresidente Donald Trump lo nombró “embajador especial” para revitalizar la industria del cine en Estados Unidos, junto a Sylvester Stallone y Jon Voight. Este nombramiento refuerza su estatus dentro de los círculos conservadores, aunque no necesariamente implica una rehabilitación total en Hollywood.
¿Entonces fue castigado por su arte o por su actitud?
La respuesta parece ser ambas. ‘La Pasión de Cristo’ tocó fibras sensibles con su interpretación gráfica y profundamente religiosa de los últimos días de Jesús. Pero fue el comportamiento de Mel Gibson fuera de la pantalla lo que llevó a su marginación prolongada. Entre escándalos legales, acusaciones de antisemitismo y episodios de violencia, la industria tomó distancia de él. Hoy, con una secuela de ‘La Pasión’ en preparación y el respaldo político de sectores conservadores, Gibson intenta regresar al foco, pero la sombra de su pasado sigue dividiendo al público y a sus colegas.
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